Viernes, 26 de Abril del 2024
turismo



Exposición “Angulo de incidencia” en el espacio virtual de la Galería Yvonne Sanguineti

Publicado el 18/05/20

ÁNGULO DE INCIDENCIA

Mediante cinco pinturas y tres esculturas objeto, el artista Paolo Vigo pone en cuestionamiento el grado de verdad de la imagen

Desde el 20 de mayo

En http://yvonnesanguinetigaleria.com

Galería de Arte Yvonne Sanguineti

 

Como un juego de imágenes que puede causar en nuestra mente, cuando nos reflejamos frente a un espejo, y su posterior proceso de construcción de la información producto de nuestro conocimiento, es la propuesta que nos presenta el artista trujillano Paolo Vigo en la exposición “Ángulo de incidencia”.

 

Este conjunto de obras conformada por cinco pinturas de técnica mixta sobre lienzo y esculturas objeto que vemos en forma de cajas de madera realizadas en resina y pintura acrílica, podremos verlo desde el 20 de mayo en la galería virtual de Galería de Arte Yvonne Sanguineti http://yvonnesanguinetigaleria.com, respetando de esta manera las medidas de precaución y distanciamiento social a causa del COVID-19.

 

En las pinturas vemos rostros incompletos cuyos personajes se muestran despersonalizados, silenciosos, a la espera de que algo suceda “siempre mostramos una parte de nosotros” anota Paolo Vigo. En una de ellas, la obra titulada Horizontal (realizada en el mes de marzo), alude al contexto que venimos viviendo: un personaje con mascarilla quien se muestra incompleto y que nos lleva a preguntarnos ¿Cómo es que nos vemos ahora?”.

 

En sus esculturas objeto, el artista invita al espectador, mediante un estímulo visual, a autocompletar la imagen. “Sus cajas cargadas de simbolismo, hieratismo y misterio, contienen producciones escultóricas limpiamente montadas, pintadas de colores planos con aplicaciones de elementos como una pistola, plantas o algún bicho. Más allá de lo que nos pueda provocar, su producción nos remite a Platón y el “Mito de las cavernas”, una alegoría referida a las vías del conocimiento” refiere Juan Peralta curador de la exposición.

 

“La idea de esta muestra nace como curiosidad a partir de la idea del reflejo sobre el espejo y como este puede virtualizar una imagen, duplicándola o clonándola en una forma inversa. La mente tiende a completar, concluir, ilusionarse, basta darle una pista, en este caso una parte de objeto (cabeza) que se ve completa por el reflejo del espejo”, comenta el artista.

Sobre el artista

Paolo Vigo (1980) estudió artes plásticas en la Escuela Superior de Bellas Artes de Trujillo Macedonio de la Torre, entre los años 1998 y 2003. Complementó su profesión como artista con estudios de diseño gráfico y arquitectura. Ha realizado las siguientes exposiciones individuales: “Primer Indicio” (Sala de Cultura ICPNA, Cusco, 2004), “Esplín” (Galería Alianza Francesa, Trujillo, 2006), “Casa Roja”, (Galería de Arte Impromptu, El Cultural, Trujillo, 2008), “Spleen” (Bruno Gallery, Lima, 2010), “Horror Vacui” (Galería Sala 58, Lima, 2012), “Quimera” (Bruno Gallery, Lima, 2013), “Children” (Galería Sala 58, Lima 2011 / qoriqancha, Cusco, 2014), “Infancia Etc.” (El Cultural, Centro Peruano Americano de Trujillo, 2014), “Sugestión” (Centro Colich de Barranco, Lima, 2016) y “Abreacción” (Galería Yvonne Sanguineti, Lima, 2019).

 

 

 

ANGULO DE INCIDENCIA

El arte de nuestros días es muy incierto y responde a una serie de agentes que por su naturaleza cambiante, acaban por direccionar y alterar el ámbito cultural; comportamientos, gustos y tendencias que, a su vez, se encuentran relacionados a los avances tecnológicos, descubrimientos científicos, contextos económicos, situaciones sociales y políticas. Todo ello se percibe como una proyección cultural que se moviliza por el campo de lo visual, lo cual nos lleva a reconocer que, en el mundo actual, todo es imagen.

La propuesta de Paolo Vigo resulta un desafío para el espectador. Mediante la producción de un juego visual, nos conduce a lo que hoy forma parte de nuestro día a día, vale decir, el tránsito entre lo cierto y lo ilusorio; situaciones de ficción proyectadas ante nuestros ojos que nos habla de la fragilidad de lo real, donde el engaño a medias o medias verdades, son parte de las directrices sobre las que nos desplazamos.

Vigo, al igual que muchos, reconoce las ficciones que transitan en los medios virtuales y las transmisiones de comunicación en línea, por ello, es que construye estos dispositivos de manera ex profesa a fin de hacernos caer en una especie de trampa óptica y sorprendernos en torno a este proceso mediante el recurso de la imagen reflejada.

Sus cajas cargadas de simbolismo, hieratismo y misterio, contienen producciones escultóricas limpiamente montadas, pintadas de colores planos con aplicaciones de elementos como una pistola, plantas o algún bicho. Más allá de lo que nos pueda provocar, su producción nos remite a Platón y el “Mito de las cavernas”, una alegoría referida a las vías del conocimiento.

 

Por un lado, se refiere a la información que procede de los sentidos, y por otro, el que deriva del mundo de las ideas. Ambas son sendas en que el hombre construye sus conocimientos, algunos a partir de situaciones de engaño y variabilidad, derivados de lo sensorial, frente a otras construidas mediante vínculos con el conocimiento en sí o ideas, en contraste con la realidad y en constatación con la vida misma. Los primeros nos conducen a ver solo irrealidades, de allí la metáfora de las sombras; la otra es la que nos acerca a un conocimiento más sólido, a una verdad más real que se ubica “fuera de la caverna”, bajo una luz que la ilumina toda.

 

Este carácter inmutable de las ideas referidas en Platón, es lo que en esta ocasión Vigo nos presenta desde el arte, como una situación que se ve cancelada en estos tiempos al estar inmersos en la manera relativa del pensar, la cual se sustenta en los principios cambiantes de las ideas, una de las características de la cultura pos moderna asentada sobre la rapidez y fragilidad del tiempo y por tanto, la corta vigencia de los conocimientos que se extiende a las producciones materiales.

 

Es justamente esta relatividad la que se enrola en la práctica de la economía liberal con valores variables, la fragilidad y caducidad de la verdad, los gustos y la validez misma del arte contemporáneo en respuesta a un mercado que transita entre caminos caprichosos de idas y retornos, pero en gran medida, sobre tendencias que responden al gusto y la moda.

 

En estas circunstancias es donde emerge la estrategia de la ficción sobre la que Paolo Vigo asienta su propuesta, el arte proyectado bajo una situación paradójica en que más allá de sus propósitos formales y esteticistas, rayando por momentos en el campo del diseño, hace ver la relatividad en que actualmente nos movilizamos, un gran contexto deshumanizado y sin principios éticos, desvalorizados, en el que más de allá de analizarlo y criticarlo, terminamos por asumirla como tal, enfrentándonos a la cosificación que como parte de esta cultura y sobre todo, desde el arte, parece quedarse atrapada en la imagen direccionada hacia el consumo.

 

Bajo esta idea es que el carácter simbólico, con mayor grado de relatividad por estar sujeto a la manera en que es percibida e interpretada por otros, ha venido transitando en las propuestas de este artista visual, insertado en los temas de identidad, sexualidad, violencia, explotación, entre otros. Es en esta muestra, donde se presenta de manera directa, complementada mediante obras pictóricas bajo una especie de contrapunto visual, cuyos personajes se muestran despersonalizados, silenciosos, a la espera de que algo suceda. 

 

El sentido del espejo, como símbolo de los tiempos actuales, es un elemento incorporado que representa no solo la vanidad, sino también cómo la imagen es asida y reflejada, además del proceso de construcción de la información y conocimiento a lo que ya hemos aludido con Platón. “Angulo de incidencia”, además de referirse al fenómeno de la refracción de la imagen, es una forma que remarca el propósito de la muestra y el mensaje que ella guarda, la situación de rebote y expansión de la idea visual que pone en cuestionamiento el grado de verdad de la imagen.

 

El trabajo de Paolo Vigo recoge la contundencia de la afirmación de Hans Belting (Antropología de la imagen, 2007), para dar forma al sentido de sus propuestas, sobre todo, la que forma parte en la presente exposición: “una imagen es más que un producto de la percepción. Se manifiesta como resultado de una simbolización personal o colectiva. Todo lo que pasa por la mirada o frente al ojo interior puede entenderse, así como una imagen, o transformarse en una imagen.”

 

 

Juan Peralta Berríos

Historiador del arte y Curador

Marzo de 2020

 



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