Jueves, 25 de Abril del 2024
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Cuando la billetera no mata galán

Publicado el 25/11/14

Por Alexis Ravello, director de capital humano de Universidad San Ignacio de Loyola

Viernes. 6:45 p.m. De repente, una llamada: acaba de renunciar un colaborador a cargo de un proceso clave.

El supervisor dice que se lo “jala” la competencia por un jugoso incremento y no sabe qué hacer. Ha llamado el gerente general y él no quiere que el colaborador se vaya sin tener reemplazo. Ésta renuncia ha despertado las leyendas: (a) las renuncias son malas, nos hundimos; (b) la competencia está encima de nosotros, todo el talento nos deja; (c) billetera mata galán, ¡S.O.S!

RR.HH. revisa la renuncia permitiéndole develar la leyenda: (a) No toda renuncia es mala, el colaborador renunció hace un mes pero la carta llegó ese viernes a RR.HH., por lo que nunca hubo real preocupación por retenerlo; (b) el colaborador no va a la perversa competencia; en la práctica, las empresas difícilmente desangran selectivamente a un competidor porque este tipo de transfusión es muy riesgosa. Asimismo, tampoco se encontró información del desempeño, logros o potencial del colaborador, por lo que la renuncia no significa el naufragio.

“Suele suceder que el colaborador renuncia tiempo antes, pero nunca hay una real preocupación por retenerlo hasta el último día”

Finalmente, (c) el jugoso incremento era manejable en un esfuerzo de retención; en este caso, la billetera no mató el encanto de la organización, lo que jugó en contra fue actuar cuando la renuncia estaba consumada y una inexistente cultura de gestión de desempeño y talento.

No permita que la leyenda “billetera mata galán” sea la regla. Identifique y gestione sus talentos y sucesores para que su retención sea parte de la labor gerencial, trabaje proactivamente para retener a los mejores. Si alguien decide alejarse, que no alimente la leyenda en su organización.



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