Rojos dominan EEUU

Después de las presidenciales estadounidenses del 6 de noviembre, el mapa electoral de esta potencia ha quedado teñido de rojo. Esto se evidencia al colocar el color del partido ganador en cada uno de los más de 3,000 condados de este país.

Ciertamente quien ha triunfado en estos comicios no ha sido un partido socialista (que en esa nación casi nunca ha llegado si quiera al 1% de los votos) ni un representante de los nativos americanos (los mismos a quienes se llegó a calificar como ‘pieles rojas’ y que hoy, tras tantos abusos, no llegan ni al 1% de la población total).

Resulta que en EEUU el rojo no es el color de la izquierda (como pasa en el resto del mundo) sino el de la derecha. Este es el tono que ha adoptado el Partido Republicano, el cual, cuando fue fundado por Abraham Lincoln, era tan radical que hasta Karl Marx le apoyaba en la guerra civil que lideró contra el sur esclavista. Mientras en la ‘madre patria’ de los anglosajones americanos (el Reino Unido) el rojo identifica a la izquierda y al laborismo y el azul a la derecha y al conservadurismo, en EEUU ocurre lo inverso. El azul es el símbolo del Partido Demócrata quien hoy ha dejado de ser la fuerza que hace siglo y medio representaba a los esclavistas o que quería transar con ellos y que hoy es la casa de los liberales, las minorías étnicas, los sindicalistas, las feministas, los pro-gays y de varios socialdemócratas.

Uno, no obstante, podría recordarse que el ganador de las presidenciales ha sido Barack Obama quien le dio a su Partido Demócrata una ventaja del 3% del electorado sobre su rival republicano Mitt Romney. Empero, la cuestión es que al ver el mapa electoral se comprueba que al menos el 90% del territorio estadounidense está dominado por el rojo, pues el triunfo de los azules se reduce a algunos puntos dispersos en todo el país, particularmente en las costas, el noreste, las grandes concentraciones urbanas y los distritos con fuerte presencia de las minorías étnicas.

Si bien hoy Obama festeja su triunfo, una realidad cruda se ha vuelto a demostrar: en la inmensa mayoría del país campean los conservadores. Romney, si bien perdió la presidencia, ha logrado calar en el grueso del territorio y ha logrado algo que nunca antes había conseguido alguien quien no hubiera ganado la Casa Blanca: aventajar por 20 puntos porcentuales de diferencia dentro de la mayoría blanca.

Las zonas azules demócratas que respaldaron la reelección del presidente negro son islas en medio de un océano rojo republicano que quiso que el moreno fuese depuesto por el candidato blanco que más ha sido secundado por sus hermanos de raza.