Domingo, 19 de Mayo del 2024
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La moda Lula

Publicado el 09/10/12

Si en el terreno de los diseñadores hay quienes buscan crear trajes con el color lila, en el campo de la política hay quienes buscan hacer carrera haciéndose partícipes de la ‘moda Lula’.

Tanto en Venezuela como en el Perú los derechistas que candidatearon contra el representante del nacionalismo se han proclamado admiradores del ex sindicalista que fue presidente del Brasil del 1 de enero del 2003 al 2011. Keiko Fujimori y Henrique Cardoso al adoptar tal perfil buscan aparecer como más ‘moderados’ y más potables ante sectores que escuchan la prédica ‘radical’ de Ollanta Humala o Hugo Chávez.

Lula representa el arquetipo de lo que muchos conservadores y liberales quisiera que ocurra con la izquierda. Este brasilero de cuna humilde se hizo popular encabezando las huelgas contra la dictadura militar de fines de los 1970s y luego creando el mayor Partido de los Trabajadores de la historia americana. Sin embargo, tras 3 derrotas electorales, Lula se dio cuenta que la mejor manera que él tenía para desbloquear el veto de la elite de su país y poder llegar a la presidencia consistía en renegar de sus primigenios discursos clasistas y congraciarse con el mercado y la empresa privados.

El PT en el poder ha hecho todo lo posible por desligarse de su inicial radicalismo socialista, pero apoyándose en sus raíces laborales para poder contrarrestar posibles huelgas u ocupaciones de tierras o empresas que un gobierno de derecha no pudiese evitar. Lula adoptó una variante ‘social’ a un modelo de libre empresa como el brasilero que requiere de cierta protección estatal a diversas ramas de su economía. El éxito de Lula se plasma en que Brasil ya entró al club de las 6 mayores economías del planeta, está por entrar como miembro permanente en el consejo de seguridad y que se ha tornado en la voz decisiva en la UNASUR, que ha creado en torno a sí.

Para la Fujimori y Capriles, Lula representa una variante ‘potable’ de izquierda que rechaza las confrontaciones y que es una alternativa mejor que la del ‘socialismo del siglo XXI’. Estas derechas creen que con un discurso menos extremo podrían lograr lo que el conservador Boris Johnson consiguió en Londres al desbancar al chavista Ken Livingstone adoptando políticas ‘sociales’ y de centro. Sin embargo, ni Fujimori ni Capriles pueden copiar de Lula el aspecto más importante que él tiene: su base social.

Son las organizaciones sindicales, agrarias y barriales que se han formado con huelgas, protestas y dirigencias izquierdistas las que constituyen el pilar del lulismo, y que hacen que el PT brasilero pueda utilizarlas para poder calmarlas. Lo opuesto ocurre con los casos de Fujimori y Capriles quienes son considerados por estas mismas organizaciones como sus grandes enemigos y por ello ambos carecen de poder para controlarlas por dentro debiendo estar preparados para una confrontación directa.



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