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Fallecimiento de Robin Gibb deja a los Bee Gees con un solo sobreviviente

Publicado el 21/05/12

Lima, may. 20. Víctima de cáncer al hígado, falleció hoy Robin Gibb, integrante de la mundialmente famosa agrupación musical The Bee Gees, tras una prolongada fase de agravamiento de su enfermedad, que incluso lo puso en estado de coma.

El músico inglés tenía 62 años de edad y su muerte deja a su hermano mayor, Barry Gibb, como el único sobreviviente de los tres hermanos que integraron uno de los grupos de música pop más exitosos de todos los tiempos.

El mal que finalmente acabó con la vida de Giba le fue diagnosticado en noviembre del año pasado, nueve años después de la desaparición de Maurice Gibb, su gemelo, a consecuencia de un ataque al corazón.

Antes que ellos, en 1988, Andy Gibb, hermano menor del clan y cantante solista de gran éxito durante la segunda mitad de la década de 1970, había fallecido también a causa de una afección cardiaca.

Robin Gibb inició su carrera musical en Australia a donde su familia había emigrado en 1958. Para 1963 los hermanos habían editado sus primeros discos, con un estilo melódico y sencillo, acorde a lo que entonces se escuchaba en las radios anglosajonas; pero sus dos primeros álbumes de larga duración, publicados entre 1965 y 1966, los mostrarían entusiastas por el ritmo de grupos ingleses como The Beatles.

En busca de un éxito mayor, los tres hermanos Gibb retornaron a Inglaterra en 1967, por entonces la meca de la mejor música pop y rock. Junto a otros tres músicos, componen nuevas canciones y las presentan en un disco llamado ‘1st’; titulo que evidenciaba su afán por empezar de nuevo.

A partir de allí y hasta 1969, publicarían discos de larga duración como ‘Horizontal’, ‘Idea’ y Odessa’, con canciones cuyo sonido recogían los sonidos e inquietudes propios de la juventud de ese entonces, pero dotadas a la vez de melodías difíciles de pasar por alto.

Composiciones como ‘I’ve gotta get a message to you’, ‘To love somebody’, ‘I started a joke’ y ‘Massachusets’ les dieron una gran popularidad en todo el mundo, siendo interpretadas inclusive en idiomas distintos, como el español, en América Latina.

Sin embargo, el éxito artístico y comercial no impidió que Robin abandonara al grupo familiar en 1969 en pos de una carrera solista cuyo primer fruto fue el disco ‘Robin’s Reign’, en el que tocó todos los instrumentos y que hoy es objeto de culto de la prensa musical y de los aficionados a la música.

Su alejamiento no duraría mucho y en 1970 volvería a los Bee Gees para registrar el disco ‘2 years on’, dando inicio a una etapa en la que la propuesta del grupo maduraría apoyándose en lo que por entonces empezó a denominarse como ‘soft rock’ o rock sueve, caracterizado por la predominancia de baladas.

A este periodo corresponden canciones como ‘How Can You Mend a Broken Heart?’ y otras de un periodo que empezaría a culminar en 1975, cuando los tres hermanos introdujeron con más énfasis cadencias propias de la música negra estadounidense.

‘Jive Talkin’’ y ‘Nights on Broadway’, grabadas en 1975, fueron una primera muestra de esa tendencia, que se consolidaría al año siguiente en el disco de larga duración ‘Children of the World’. El tema que daba comienzo a esta producción, ‘You should be dancing’, se convertiría en un éxito enorme gracias a su ritmo trepidante, que tomaba mucho de la música para discotecas en boga en aquel momento.

Esta pieza sería luego incluida en una de las escenas más memorables de la película ‘Saturday Nigh Fever’ (‘Fiebre de Sábado por la noche’), dirigida por John Badhan. La cinta lanzaría al estrellato a un joven John Travolta y su música, compuesta casi íntegramente por los Bee Gees, les daría a estos un nuevo aire y una multitud de jóvenes fanáticos en todo el mundo.

La fiebre por la música del grupo se prolongó gracias a discos como ‘Spirits having flown’, de 1979, y canciones pegajosas y bailables, como ‘Tragedy’ y baladas del calibre romántico de ‘Too much heaven’. Sin embargo, el declive de la música disco y la aparición de nuevos artistas y estilos al inicio de los años 80 implicó que las audiencias masivas perdieran interés en la agrupación.

Esto llevó a los Bee Gees a su separación, en 1984, producida tras grabar la banda sonora de la secuela de ‘Fiebre de sábado por la noche’ (‘Stayin’ Alive’, dirigida por Sylvester Stallone).

Robin, por su parte, trataría de actualizar su sonido durante esa década, editando tres discos de larga duración, con canciones como ‘Juliet’ y ‘Boys do fall in love’, que alcanzaron éxito en diversos países, incluido el Perú.

Para 1987 los Bee Gees retornarían, con una propuesta musical de corte adulto y rescatando en sus presentaciones en vivo su enorme y valioso legado artístico. Seguirían editando discos hasta 2001, pero sin la repercusión mediática y masiva de sus anteriores producciones.

Tras la muerte de Maurice Gibb, Robin y Barry prosiguieron con sus actividades artísticas. El primero grabó en 2006 su último disco, con canciones de Navidad, y en 2010 se vería severamente afectado por una obstrucción intestinal, con la que su salud entró en declive.



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