“México y Paraguay”

LIMA –

En estos dos países se están produciendo cambios de presidentes en favor de los dos partidos que más décadas han gobernado ininterrumpidamente en la América continental. Estos son la Asociación Nacional Republicana (colorados), el partido que desde que se fundó en 1887 hasta el 2008 administró la mayor parte del tiempo al Paraguay, habiendo monopolizado el poder desde 1946 hasta hace 4 años, y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el cual gobernó a México desde 1929 al 2000.

El 22 de junio el mandatario constitucional paraguayo Fernando Lugo fue removido de su cargo por un “impeachment express” en favor de su vicepresidente Federico Franco, líder de los liberales. Si bien éste es el partido tradicional rival de los colorados, estos últimos son los orquestadores de dicha deposición, quienes así esperan mejorar sus condiciones para retornar a palacio en los comicios del 2013.

El 1 de junio Enrique Peña Nieto del PRI triunfó en las presidenciales mexicanas. Él obtuvo menos del 40% (uno de los porcentajes más bajos que haya sacado cualquier presidente electo latinoamericano). El PRI retorna a palacio tras 12 años de oposición, pero con poco apoyo social descansando más en el desgaste del docenio derechista del PAN y de que el ala izquierda que se le escindió (PRD) no pudo superarlo electoralmente.

En ambos procesos, la izquierda denuncia ilegalidades. En el caso paraguayo sostienen que no se puede tumbar a un presidente elegido en las urnas con un juicio sumarísimo de menos de 48 horas y en el mexicano, su candidato López Obrador ha vuelto a denunciar otro fraude tradicional en ese país.

Los colorados y el PRI, si bien comparten el ser los partidos que más han monopolizado el poder en América (incluso más que el comunista cubano), provienen de orígenes contrapuestos. Los primeros fueron el instrumento de los hacendados ligados al Brasil que subyugó a su país en la guerra de 1864-70 y luego un partido con lazos con los nazis y dictatorialmente anticomunista. El segundo fue el heredero de la revolución mexicana de 1911, hizo la mayor reforma agraria americana de inicios del siglo XX y tuvo una política de nacionalizaciones a multinacionales y choques con EE.UU.

A pesar de que los colorados son parte de la internacional conservadora y el PRI de la socialista, sus políticas no han sido recientemente tan diversas. Los colorados adoptaron posiciones nacionalistas mientras que el PRI ahora plantea abrir la petrolera estatal al capital privado. No obstante, las bases sociales de ellos pueden empujar en otras direcciones. México adoptará una diplomacia más “progresista”, mientras que el nuevo Paraguay antichavista será una piedra en el zapato en el nacionalismo proteccionista del Mercosur.