Miercoles, 8 de Mayo del 2024 
Estocolmo, dic. 07. El flamante Nobel de Literatura, el peruano Mario Vargas Llosa, comparte una silla con el turco Orkan Pamuk, galardonado en 2006, y la rumano-germana Herta Müller, premiada el año pasado, en el restaurante del Museo Nobel.
Se trata de la tradicional firma que los premiados estampan todos los años en las sillas del café del museo, ubicado en la planta baja de la Academia Sueca.
“Es una tradición que existe desde 2001, cuando Bill Clinton visitó el museo”, cuenta Charlotta Jeppson, que trabaja como guía en la pequeña exposición de todos los galardonados desde 1901, cuando se creó el premio.
Debido al entusiasmo que despertó la visita del ex presidente estadounidense y pese a que no se trataba de un premiado, una empleada escribió luego el nombre de Clinton en la silla que ocupó mientras estuvo en el café, la 18.
La de Vargas Llosa es desde el lunes la 26. En un lugar cargado de tradiciones como la Academia Sueca, la firma de una de las sillas del pequeño restaurante se transformó desde entonces en una costumbre más durante el encuentro de los galardonados en todas las disciplinas, el “get together” celebrado este lunes.
La silla 26 tiene estampada además la rúbrica de Mohammad Yunus, premio Nobel de la Paz en 2006 junto al Grameen Bank, la institución que éste fundó en Bangladesh para la concesión de microcréditos a gente sin recursos.
Dipal Barua, que firmó en representación del banco, es la quinta persona en la silla que “ocupa” también Vargas Llosa, según recoge la agencia de noticias DPA.
El escritor peruano, que también tiene la nacionalidad española, pronunciará esta tarde dos plantas más arriba, en la Academia Sueca, el tradicional Discurso Nobel al que se comprometen los galardonados al aceptar el premio.
(FIN) Agencias/JCC/RES
