Miercoles, 15 de Mayo del 2024
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Alvaro García y Alan García

Publicado el 15/11/10

En el último quinquenio en los palacios de gobierno tanto del Alto como del Bajo Perú se encuentran dos líderes cuya inicial es A y cuyo su apellido es García. Los dos han llevado por primera vez al poder a sus respectivos movimientos de origen marxista, los mismos que en sus inicios llegaron a ser perseguidos como ‘terroristas’.

Ambos han sido electos 2 veces: Alan García Pérez como presidente peruano en 1885-90 y 2006-11 y Alvaro García Linera como vicepresidente boliviano en 2006-2010 y 2010-2014. El primero representa al APRA, partido fundado en 1924 planteando unir a Indo-América en un Estado anti-imperialista que nacionalice tierras e industrias. El segundo fue el líder de la derrotada guerrilla katarista de 1992 quien luego se sumó al indigenista Movimiento Al Socialismo (MAS) de Evo Morales.

Brasil: 121 años
En el 2,010 las 4 mayores repúblicas hispánicas celebran sus 200 años de vida mientras que el resto de la América continental hispana ha iniciado un periodo de 15 años donde se conmemora o conmemorará  el bicentenario de alguna victoria republicana en su suelo.
Uno podía esperar que el mayor país latinoamericano también debería estar cerca de festejar sus primeros 2 siglos de vida republicana, sin embargo, Brasil solo llegó a ser república el 15 de noviembre de 1889. El gigante de Suramérica también fue el último país de habla ibérica en su subcontinente en abolir la esclavitud (la cual solo lo hizo en 1888, varias décadas después del resto).
Estas fechas pueden confundir a algunos, pues Brasil pone como su día de la independencia a la proclama del 7 de septiembre de 1822 en el cual el hijo portugués (Pedro I) del rey de Portugal (Juan VI) dijo “me quedo” y creó su propio Imperio asentado en el mayor territorio portugués que existía (el de América del sur). Pedro I murió en 1834 en la misma capital portuguesa donde nació en 1798 (Lisboa). Su hijo Pedro II fue el Emperador del Brasil desde el 7 de Abril de 1831 al 15 de noviembre de 1889. Su reinado de 58 años y 222 días ha sido el más largo que se conozca que haya tenido cualquier Imperio americano antes o después de Colón.
El Imperio del Brasil (1822-1889), que duró tanto como el de los incas, hizo guerras o arrebató tierras a casi todos sus vecinos. La única guerra de independencia que libró un país hispano suramericano que no fuera contra España fue la de Uruguay contra Brasil (1825-28). La única guerra de exterminio contra una república latinoamericana no fue hecha por una potencia de otro continente sino por la Triple Alianza Brasil-Argentina-Uruguay bajo la dirección de Pedro I contra Paraguay (1864-70) en la cual las balas y las enfermedades produjeron la muerte de casi todos sus varones adultos y entre el 70% al 90% de sus habitantes.
Hoy Brasil ha limpiado su imagen. Ningún país andino conmemora las grandes pérdidas territoriales a manos de Brasil, aunque Bolivia o Perú siguen muy resentidos por que Chile les arrebató áreas menores. En Hispanoamérica se suele recordar las carnicerías de los conquistadores o las invasiones de EEUU, pero ya poco se habla de la mayor matanza post-colonial del hemisferio (la de la guerra de la Triple Alianza contra Paraguay).
Brasil no solo tiene una lengua diferente a la del resto de América Latina, sino que tiene una historia muy singular. No fueron colonia de España y, más bien, llegaron a ser el único país americano en liderar un imperio ultramarino (el portugués en 1808-1821). Mientras México o Bolivia perdieron territorios a todos sus vecinos, Brasil les arrebató grandes extensiones a casi todo su vecindario. Es el país suramericano más influido por la esclavitud (fue el último en abolirla y el que más afro-descendientes tiene fuera del continente negro).

Brasil: 121 años En el 2,010 las 4 mayores repúblicas hispánicas celebran sus 200 años de vida mientras que el resto de la América continental hispana ha iniciado un periodo de 15 años donde se conmemora o conmemorará  el bicentenario de alguna victoria republicana en su suelo.Uno podía esperar que el mayor país latinoamericano también debería estar cerca de festejar sus primeros 2 siglos de vida republicana, sin embargo, Brasil solo llegó a ser república el 15 de noviembre de 1889. El gigante de Suramérica también fue el último país de habla ibérica en su subcontinente en abolir la esclavitud (la cual solo lo hizo en 1888, varias décadas después del resto).Estas fechas pueden confundir a algunos, pues Brasil pone como su día de la independencia a la proclama del 7 de septiembre de 1822 en el cual el hijo portugués (Pedro I) del rey de Portugal (Juan VI) dijo “me quedo” y creó su propio Imperio asentado en el mayor territorio portugués que existía (el de América del sur). Pedro I murió en 1834 en la misma capital portuguesa donde nació en 1798 (Lisboa). Su hijo Pedro II fue el Emperador del Brasil desde el 7 de Abril de 1831 al 15 de noviembre de 1889. Su reinado de 58 años y 222 días ha sido el más largo que se conozca que haya tenido cualquier Imperio americano antes o después de Colón.El Imperio del Brasil (1822-1889), que duró tanto como el de los incas, hizo guerras o arrebató tierras a casi todos sus vecinos. La única guerra de independencia que libró un país hispano suramericano que no fuera contra España fue la de Uruguay contra Brasil (1825-28). La única guerra de exterminio contra una república latinoamericana no fue hecha por una potencia de otro continente sino por la Triple Alianza Brasil-Argentina-Uruguay bajo la dirección de Pedro I contra Paraguay (1864-70) en la cual las balas y las enfermedades produjeron la muerte de casi todos sus varones adultos y entre el 70% al 90% de sus habitantes. Hoy Brasil ha limpiado su imagen.

Ningún país andino conmemora las grandes pérdidas territoriales a manos de Brasil, aunque Bolivia o Perú siguen muy resentidos por que Chile les arrebató áreas menores. En Hispanoamérica se suele recordar las carnicerías de los conquistadores o las invasiones de EEUU, pero ya poco se habla de la mayor matanza post-colonial del hemisferio (la de la guerra de la Triple Alianza contra Paraguay).Brasil no solo tiene una lengua diferente a la del resto de América Latina, sino que tiene una historia muy singular. No fueron colonia de España y, más bien, llegaron a ser el único país americano en liderar un imperio ultramarino (el portugués en 1808-1821). Mientras México o Bolivia perdieron territorios a todos sus vecinos, Brasil les arrebató grandes extensiones a casi todo su vecindario. Es el país suramericano más influido por la esclavitud (fue el último en abolirla y el que más afro-descendientes tiene fuera del continente negro).

En 1985 Alan García fue el joven que supo lograr que su añejo partido debutase en la presidencia. Su gobierno se distanció de la izquierda por la masacre de los penales y de la derecha por la nacionalización de la banca.

Alan, quien llegó a ser el cuco de las grandes empresas (lugar que hoy ocupa el venezolano Chávez), volvió al poder 16 años después promoviendo la unión del centro y la derecha contra “la intromisión de Chávez”. A diferencia de su primer periodo de economía heterodoxa donde se masificaron los subsidios y se limitó el pago de la deuda externa, en su segundo mandato él continuó cierta ortodoxia monetarista heredada del fujimorismo y firmó varios TLCs.
Alvaro también se ha ‘moderado’ pero partiendo desde un inicio mucho más radical. En sus respectivas juventudes Alan lo más extremista que hizo fue discursear contra EEUU, pero Alvaro comandó una guerrilla que propuso una revolución socialista armada de ayllus.
Hoy Alvaro es el teórico de un gobierno que plantea desarrollar la democracia multipartidaria y el mercado. El, al igual que el joven Alan, cree que se debe propiciar un capitalismo nacional con un gobierno centro-izquierdista no cree pues su país no estaría maduro para el socialismo. Dentro del ALBA muchos rechazan la evolución de Alan (quien, según ellos, pasó de ser un oponente a un peón del “imperialismo”) pero aplauden a la de Alvaro.

Tuve la oportunidad de volver de platicar con Alvaro y de verlo en Londres y Oxford en su reciente visita a Inglaterra (9-13 Noviembre).
Escuché atento su extenso discurso en la LSE donde detallaba su nuevo ‘modelo post-neoliberal’. Este se parece al modelo pre-neoliberal de Alan (1985-90) en que busca promover pero de manera controlada a la inversión extranjera, hacer que el Estado domine sectores estratégicos de la economía pero dejando que la mayoría de ésta esté en manos de empresas privadas o asociativas, dar paso a una mayor descentralización regional y buscar disminuir las desigualdades sociales promoviendo una serie de subsidios y beneficios para las capas más pobres.
La diferencia entre el treintañero Alan García y el cuarentón Alvaro García radica en sus respectivas bases sociales y en el contexto internacional. El gobierno peruano de 1985-90 se dio cuando EEUU iba ganando la guerra fría mientras que el boliviano post-2006 se da cuando EEUU viene perdiendo la post-guerra fría y América Latina viene logrando su mayor margen de autonomía en su historia diplomática.
Las organizaciones laborales y campesinas de similar peso y orientación tanto en Perú como en Bolivia han tenido dos actitudes diferentes ante los dos García. Estas en su gran parte ven a Alvaro como su ‘compañero’ a quien hay que darle la mano, título que nunca le dieron a Alan, a quien se le enfrentaron.
El dúo Evo-Alvaro ha logrado cierta estabilidad porque ha logrado controlar a las organizaciones sociales y utilizarlas para contener a la oposición de derecha. Una gran concesión que les han hecho, y que Alan nunca les hizo, es la de haber cambiado la constitución para decretar que su república es una plurinacional.

Si para la ortodoxia marxista Alan y Avaro son dos expresiones del ‘nacionalismo pequeño burgués’ que capitula en distintos grados al capitalismo, para el liberalismo la evolución de Alan debería ser el sendero que siga Alvaro cuando luego quiera remplazar a Evo.
Los modelos de Alan y de Alvaro son distintos, aunque ambos se han valido de una buena ubicación de Suramérica en el contexto financiero global para hacer que crezcan sus respectivas economías y para ir moldeando al sistema partidario nacional en torno a sus ejes políticos.

Sijs y Singh

En la segunda semana de noviembre se reunieron en India los dos jefes de gobierno de las mayores democracias multipartidarias del mundo.  El mandatario estadounidense Barack Obama, el único presidente del mundo en haber sido electo rozando los 70 millones de votos se vio con Manmohan Singh (primer ministro de la India desde el 2004), quien en el 2009 fue re-electo en el cargo tras que su partido (el Congreso Nacional Indio) se convirtiera el primero en el mundo en obtener más de 150 millones de votos.

La manera en la cual ambos han sido elegidos es diferente, pero los dos tienen en común el ser los primeros jefes de gobierno de sus respectivos países que provienen de su respectiva minoría étnica. Obama es el primer ocupante negro de la Casa Blanca y Singh es el primer jefe de gobierno sij del país que, en 2 décadas, superará a China como el más poblado de la historia.

De todas las religiones organizadas que hay en el mundo los sijs ocupan el quinto lugar en número de fieles (van entre 24 y 28 millones) y el tercero en tasa de crecimiento.

Su credo surgió hace medio milenio en la India al mismo tiempo en que los cristianos iniciaban la conquista de los indios americanos y el transporte de esclavos africanos a sus tierras.

Los sijs se foguearon en medio de un gran choque cultural. No fue el que se daba entre Europa y América sino entre las dos mayores y más contrapuestas religiones que ha tenido Asia: el Islam monoteísta y el hinduismo politeísta.

De los 1,500 millones de musulmanes  que hay en el mundo solo un 20% son árabes y casi la mitad de ellos desciende de antiguos hinduistas convertidos al Islam que viven entre Indonesia y la India.

La región donde más se acentuó dicho choque fue el Punjab (donde hoy están localizadas las capitales de la India y Pakistán), y allí mismo surgió hace 5 siglos la fe sij.

Los sijs protagonizaron en su tiempo una suerte de revolución igualitaria. Rechazaron el sistema de castas de los hinduistas y la forma en la cual el Islam aceptaba la poligamia, el velo o el que las mujeres no pudiesen rezar junto a los varones.

Además, hicieron una síntesis de ambas grandes religiones. Como los mahometanos rezan descalzos sobre alfombras ante ninguna imagen en torno a un libro sagrado y solo creen en un dios. Como los hinduistas incineran a sus muertos, creen en la reencarnación y son vegetarianos.

A la prohibición musulmana de tomar licor y a la hinduista de comer carne le han sumado la de fumar.

Los sijs tienen cierto parecido a los judíos ortodoxos en que no se cortan nunca el cabello, en que rezan diariamente en la lengua de sus profetas y en su apego a la tierra de donde surgió su religión. Mientras un sector sij ha querido imitar al sionismo queriendo crear un Estado propio, la India ha sabido neutralizar ello dándoles a los sijs oportunidades para que lleguen a altas posiciones en el poder político, económico y militar de su enorme país.

Navidad sij

El primer ministro de la India Singh, quien ya ha festejado una serie de acuerdos favorables con EEUU, ahora se encuentra celebrando la navidad de su propia religión sij.

En esta época del año, cuando los más de 2,000 millones de cristianos del mundo adornan sus casas o calles para conmemorar el nacimiento de Jesús, los más de 20 millones de sijs ya celebran el nacimiento de su padre espiritual: el Gurú Nanak, el cual vino al mundo un mes antes pero 1,469 años después de Cristo.

Si para los cristianos la navidad se da pocos días antes del año nuevo, la ‘navidad’ de los sijs se da pocos días después de que la India haya festejado el Diwali (año nuevo).

Los sijs no han sido muy conocidos fuera del subcontinente indio, aunque en el último medio siglo han empezado a extenderse a Occidente. En Inglaterra, donde se encuentra la quinta mayor congregación judía del mundo, los sijs ya les duplican en número.

Su principal templo en Europa se encuentra en Southall. Este es un barrio del oeste de Londres donde solo el 10% de sus 70,000 habitantes son blancos ingleses, mientras que la gran mayoría proviene del subcontinente de la India. Allí, cerca al mayor aeropuerto europeo (el de Heathrow), se halla el barrio más indio y sij fuera del Asia.

El domingo 14 estuve allí viendo la ‘navidad sij’. Partí de la estación del tren urbano de Paddington, donde está la célebre estatua al osito peruano del mismo nombre, en medio de un barrio de clase media alta blanca inglesa. A la subsiguiente parada parecía haber llegado a la India.

El letrero de dicha estación es el único de Londres que está escrito, además del inglés, en otro alfabeto (en este caso el gurmukhi de Punjab). Multitudes de varones con extensas barbas y turbantes y de mujeres con trajes típicos indios se aglomeraban en la salida mientras que la avenida que da al metro estaba colmada con una procesión que iba desde el templo más nuevo al más antiguo de los sijs en dicha zona.

La procesión sij se diferencia de las católicas en que no se marcha detrás de una imagen, en el predominio de las banderas naranjas con los escudos sijs y en que a ambos lados de las calles hay puestos de comida, aunque ésta (donde está vetado el emplear carnes o huevos) no es vendida sino obsequiada a todos. Los portadores de platos, tés o líquidos paran a los autos para empacharles con alimentos que les regalan.

En Southall están una al lado de la otra una treintena de templos ya sean cristianos (iglesias anglicanas, católicas, evangélicas, etc.), musulmanes (mezquitas), sijs (gurdwaras) o hinduistas (mandires). De hecho quien quisiera hacer un tour para ver cómo rezan y cómo conviven fraternalmente tantos credos tan disimiles basta caminar unas cuadras por Southall, donde hasta las tiendas de artículos religiosos venden en los mismos escaparates desde ídolos hinduistas hasta símbolos monoteístas.



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