Lima, 16 de Diciembre del 2025.- La Revista Time ha nombrado Personas del Año 2025 a los llamados “arquitectos de la IA”, entre ellos Elon Musk, Mark Zuckerberg, Sam Altman o Demis Hassabis. La distinción llega en el mismo año en que la IA ha disparado el consumo energético global, multiplicando necesidades de infraestructura y elevando la presión sobre los hogares a través del precio de la luz.
Una elección simbólica que refleja la influencia creciente de los líderes tecnológicos
La decisión de Time reconoce el papel central que estas figuras han desempeñado en la expansión global de la inteligencia artificial, impulsada en parte por avances en inteligencia artificial aplicada al ámbito energético. Los líderes tecnológicos ya no solo desarrollan productos: moldean ecosistemas que influyen en gobiernos, empresas y mercados. Esta influencia explica por qué la revista ha elegido un grupo que simboliza tanto la innovación como los riesgos asociados a su crecimiento acelerado.
El reconocimiento llega en un contexto marcado por inquietudes sobre la concentración de poder en manos de grandes tecnológicas. Time subraya que estos “arquitectos” son responsables tanto del avance de la IA como de las tensiones económicas y sociales que genera. Su protagonismo refleja la complejidad de gobernar una tecnología cuyo desarrollo supera la capacidad regulatoria existente.
El auge de la IA en 2025 y su huella energética: un desafío que deja de ser abstracto
Mientras el debate público se ha centrado en los beneficios de la IA generativa, 2025 ha puesto de relieve una consecuencia tangible: la IA consume niveles de energía y agua comparables a los de industrias enteras. La expansión de centros de datos ha intensificado la presión sobre redes eléctricas europeas y ha despertado preocupación sobre la capacidad real del mercado energético para absorber la demanda futura.
Ante este escenario, las grandes tecnológicas han adoptado decisiones que confirman la magnitud del reto. La apuesta de Google y Amazon por proyectos de energía nuclear evidencia que el sistema actual no basta para sostener la expansión de la IA. Estas inversiones alimentan el debate sobre la resiliencia del sistema energético y el impacto directo sobre los costes, especialmente en países que dependen de comercializadoras para fijar precios competitivos.
Cuando la IA transforma también la economía del hogar
Aunque la IA suele asociarse a innovación y productividad, su impacto se siente cada vez más en la factura eléctrica del consumidor. El aumento estructural de la demanda y la necesidad de un suministro continuo para los centros de datos incrementan la volatilidad de los precios regulados, lo que afecta directamente al presupuesto doméstico en contextos de alta presión energética y a hogares vulnerables que dependen del bono social para equilibrar el gasto mensual.
En este contexto, los expertos de Papernest advierten que la expansión de la IA podría elevar los costes domésticos si no se impulsan políticas de eficiencia. Su análisis concluye que la revolución tecnológica, celebrada por su potencial transformador, exige una gestión más rigurosa del consumo energético del hogar para evitar que los avances digitales terminen generando nuevas cargas económicas para las familias.
Fuente: papernest.es / Foto: Time Magazine.