Viernes, 5 de Diciembre del 2025
Lima, 04 de Diciembre del 2025.-La calidad de audio de un televisor no depende únicamente del modelo o su potencia interna: la posición del equipo dentro de la sala y la distribución de los muebles pueden modificar por completo la percepción del sonido, generando ecos, distorsiones o pérdida de claridad. Optimizar estos factores permite mejorar la experiencia sin necesidad de adquirir accesorios adicionales.
“Hasta el 42% de los problemas de sonido reportados por los usuarios se deben exclusivamente a una mala ubicación del televisor y no al equipo en sí”, señala Patricia Paulet, subdirectora de Ingeniería y Tecnología de IDAT.
Seleccionar el lugar adecuado para colocar la TV influye tanto en el confort visual como en la forma en que el audio se distribuye por la habitación. Los especialistas aconsejan evitar colocar la pantalla dentro de compartimentos cerrados o muebles ajustados, ya que muchos televisores proyectan el sonido hacia la parte posterior o inferior. Cuando las paredes del mueble rodean los parlantes, se generan resonancias que hacen que la calidad se deteriore.
Lo ideal es situar el televisor sobre un mueble bajo, con algunos centímetros de separación respecto de la pared y dejando espacio libre alrededor. Esto favorece la propagación uniforme de las ondas sonoras, evitando rebotes bruscos o la sensación de que el audio suena “encerrado”.
La altura también juega un papel fundamental. Mantener el centro de la pantalla a la altura de los ojos permite que el sonido se dirija correctamente hacia el oyente. Una ubicación demasiado elevada provoca que las ondas viajen hacia el suelo y regresen con múltiples reflejos, perjudicando la nitidez de las voces y obligando a subir el volumen sin resultados claros.
Uno de los fallos más habituales es encajar el televisor en un espacio demasiado estrecho dentro del mueble principal. Esta disposición atrapa el sonido y produce distorsiones, sobre todo en las frecuencias graves, generando la sensación de que las voces están apagadas o poco definidas.
Otro error común es colgar la TV completamente pegada a la pared. Aunque estéticamente resulta atractivo, esta posición provoca rebotes inmediatos que terminan creando un sonido difuso, especialmente en escenas de diálogo.
Asimismo, instalar la pantalla muy por encima del nivel visual hace que el audio viaje en la dirección equivocada, chocando con el suelo y dispersándose antes de llegar al oyente.
La distribución de la sala influye tanto como el televisor. Cada mueble, material y objeto dentro del espacio tiene un impacto en la forma en que las ondas se desplazan.
“La mejora acústica puede aumentar entre un 25% y 30% con simples ajustes en la posición del televisor y la redistribución del mobiliario”, precisa Paulet.
Los muebles también cuentan: las mesas de vidrio suelen reflejar el sonido, alterando el canal central donde se reproducen la mayoría de diálogos. Retirar obstáculos entre los parlantes y los espectadores contribuye a una mayor precisión sonora.
