Lima, 21 de Agosto del 2025.-Ante la prolongada contracción de los créditos bancarios, las pequeñas y medianas empresas en Chile han encontrado en el financiamiento no bancario una alternativa efectiva, flexible y rápida para enfrentar sus necesidades de liquidez, inversión y crecimiento.
La situación del crédito empresarial en Chile ha alcanzado niveles críticos. Según datos de la Asociación de Bancos (Abif), las colocaciones comerciales llevan 36 meses consecutivos de contracción, mientras que los créditos para pymes suman ya 47 meses seguidos de caída, registrando una baja interanual de 0,1%.
Este panorama refleja uno de los momentos más complejos en el acceso al financiamiento tradicional para las empresas.
En respuesta, muchas pymes han comenzado a explorar fuentes de financiamiento no bancario, las cuales han cobrado fuerza gracias a su agilidad, menor burocracia y capacidad de adaptarse a las necesidades particulares de cada negocio.
Modelos como el factoring, el leasing operativo y el leaseback se han consolidado como herramientas clave dentro del ecosistema emprendedor.
Las pymes necesitan liquidez de manera rápida, y muchas veces no pueden esperar los plazos ni cumplir con las exigencias que impone la banca tradicional.
En ese sentido, el financiamiento no bancario ofrece mayor flexibilidad, procesos más simples y respuestas en tiempos mucho más cortos, lo que ha sido clave para apoyar a empresas que están atravesando dificultades o que simplemente buscan crecer.
Entre las alternativas más utilizadas destaca el factoring, que permite transformar cuentas por cobrar en liquidez inmediata. Esta solución evita los efectos negativos de pagos diferidos a 30, 60 o 90 días, ayudando a mantener la continuidad operativa sin comprometerse con deuda de largo plazo.
También ha tomado fuerza el leasing operativo, mediante el cual las empresas acceden al uso de activos productivos, como maquinaria o vehículos, a través de pagos periódicos, sin tener que realizar grandes inversiones iniciales. Esto les permite preservar capital y aumentar su capacidad operativa.
Otra herramienta destacada es el leaseback, que permite a las empresas vender un activo a una entidad financiera no bancaria y luego arrendarlo, conservando su uso y generando liquidez inmediata. Esta modalidad es ideal para obtener recursos sin afectar el funcionamiento diario de la operación.
Este giro hacia el financiamiento no bancario no solo responde a una necesidad coyuntural, sino también a un cambio de paradigma.
Además, esta opción representa una oportunidad concreta de inclusión financiera, ya que permite a empresas jóvenes o sin historial crediticio acceder a capital en condiciones más justas y accesibles, lo que refuerza el dinamismo del tejido productivo nacional.
Dentro de este ecosistema de nuevas alternativas, el financiamiento colaborativo ha ganado un lugar relevante. Plataformas como Cumplo, han abierto el acceso al crédito conectando directamente a empresas que necesitan financiamiento con personas dispuestas a invertir, todo bajo principios de transparencia, eficiencia y justicia financiera.
A través de su modelo, Cumplo ofrece condiciones más competitivas que el sistema bancario tradicional, con procesos digitales, seguros y rápidos. Esto ha permitido a miles de pymes chilenas obtener el capital necesario para operar, invertir y crecer, consolidándose como una herramienta clave para democratizar el acceso al crédito en el país.