Viernes, 6 de Diciembre del 2024
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CADEejecutivos: “La institucionalidad del Estado no es competitiva en el mercado de atracción de talentos”

Publicado el 18/01/21

Estando próximos a un nuevo proceso electoral, el estado de la institucionalidad de los partidos políticos y del servicio civil en el país sigue siendo una preocupación para muchos. Es por ello que, en el marco de la 58° edición de CADE Ejecutivos, evento organizado por IPAE Asociación Empresarial, Alfredo Bullard, Socio fundador de Bullard, Falla & Ezcurra Abogados; y María Alejandra Campos, Politóloga, compartieron sus posiciones sobre ambos temas, en una sesión conducida por Alexandra Ames, Jefa del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad del Pacífico.

 

María Alejandra Campos inició el conversatorio afirmando que “los partidos siguen siendo la única vía de entrada a la representación ciudadana. Sin embargo, tal y como los conocemos, no son instituciones viables. Están al borde de la extinción por lo poco cercanos que están a la ciudadanía”, afirmó. Si bien mucho se discute sobre la necesidad de una reforma política, Campos señaló que “mientras quienes habitan en los escombros del partido político sean quienes tienen que decidir que los partidos cambien, el cambio es inviable”.

No obstante, la politóloga demostró que muchos peruanos si quieren participar en política, pero utilizan otros canales para hacerlo. “Encontramos que 6.4 millones de peruanos interesados en la política. De esos 6.4, hay 1.6 millones de militantes, pero apenas 55,000 militantes votaron en las últimas internas. Algo está pasando para que este interés no se traslade por la vía formal sino por canales alternativos como la calle o las redes sociales”, señaló.

Es por ello que propuso que, para construir un buen sistema de partidos que invite a la participación política, los partidos no deberían ser instituciones anacrónicas y poco atractivas. Su hipótesis para lograrlo incluye “primero, modernizar la participación. Ningún peruano va a ir a reuniones de partido cuando se podría usar las alternativas que ofrece la tecnología para participar en él. Y, en segundo lugar, el poder de decidir sobre el poder del partido debe recaer en la militancia”, señaló.

Sobre el financiamiento de los mismos, agregó que este ‘se ha satanizado’. La especialista reconoció que la ciudadanía se ha acostumbrado y ha normalizado que se financien por lo bajo. “Creo que lo que se necesita es sincerar el hecho de que los partidos no pueden vivir sin financiamiento. Pero, si permitimos que las empresas privadas donen, también hay que ser conscientes de que esto debe ser transparente”, sostuvo.

Enseguida, Alfredo Bullard comenzó su presentación tocando el tema del estado del servicio público. Al respecto, mencionó que, de cara a las próximas elecciones, “Tenemos una infraestructura institucional muy deteriorada. La preocupación principal en la que nos deberíamos focalizar es, no en quién será el nuevo presidente, sino en el equipo de personas que dirigirán la infraestructura institucional”, precisó.

Es por ello que resaltó la importancia de atraer el mejor talento posible a la carrera pública. Esta acción requerirá de la implementación de buenas prácticas que parecen funcionar en la esfera pública en otros países. Algunas de ellas son, por ejemplo, “el establecimiento de salarios competitivos en el mercado laboral, estrictos procesos de reclutamiento para identificar el talento necesario y aplicación de incentivos colectivos que promuevan la eficiencia de los equipos”, propuso Bullard.

Sin embargo, señaló que, además, no se elige la carrera pública porque esta presenta riesgos y desincentivos, como “la falta de claridad en establecer criterios de responsabilidad, los roles de la Contraloría son ambiguos y la acción desproporcionada de la Fiscalía y las brechas económicas en términos de remuneración”, indicó Bullard.

En ese sentido, Bullard añade que el principal problema del servicio público es que “la institucionalidad del Estado no es competitiva en el mercado de atracción de talentos. Entonces se termina con gente con mucha vocación pero que no está dispuesta a sacrificar su vida en una institución poco atractiva o personas que no tienen la mejor capacidad para hacer lo que tienen que hacer”, finalizó Bullard.



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