Viernes, 26 de Abril del 2024 
Lima, ene. 24 . Desde hace dos años, la Argentina –que al inicio solo era “un conjunto de “idas y venidas”– se ha convertido en la nueva “base de operaciones” de Miryam Quiñones, la cantante que solo retorna a Lima de visita, las que se van haciendo más espaciadas.
Pero un público fiel siempre la espera en cada retorno. En el país del sur se va haciendo cada vez más conocida en el circuito alternativo, el dedicado a la trova, y ya tiene agendados conciertos hasta el mes de mayo, serán presentaciones entre “el interior” y la capital bonaerense, además de saltar las fronteras, a Uruguay, por ejemplo.
“Me parece que allá hay mucho interés por la difusión de la cultura desde los gobernantes, el propio público y los artistas, opina. Claro, el circuito comercial de Buenos Aires es cerrado como acá para la música que hago. Pero hay un circuito alternativo en la ciudad y en provincias muy interesante, con espacios donde se puede mostrar el trabajo de los músicos”.
Miryam –recordada por los amantes de la trova porque en el recital de Silvio Rodríguez en Lima en 2007 fue su única invitada– resalta que el público gaucho es muy abierto y receptivo a las propuestas. “Ellos siempre quieren escuchar algo distinto, con mucho respeto y atención para el artista”, agrega.
En este devenir, Miryam ha cambiado su perfil de canciones (“Se han ido incorporando nuevas canciones y recuperando otras que las había dejado de lado. Es un abanico muy variado en temas y autores”).
Su menú de canciones de hoy incluyen canciones del boliviano Cristian Benítez, del chileno Víctor Jara, de argentinos como Teresa Parodi y Jorge Fandermole, sin olvidar trabajos de sus amigos, los nacionales “Kiri” Escobar y Pepe Villalobos.
Pero siempre se ha definido como una “intérprete de canción de autor latinoamericana contemporánea”, aunque le seguimos llamando trovadora, pero es un término polémico, se le circunscribe muchas veces con la trova cubana de Silvio (Rodríguez) y Pablo (Milanés), y ella va más allá, tiene un canto que reúne todos los cantos del sur del río Grande.
Además, la guitarra, que era su fiel compañera, se ha convertido en un elemento superlativo: la toca solo en partes de su espectáculo, va en la mayoría de veces acompañada de otros músicos, de un guitarrista y un percusionista.
Nos cuenta que para este año se ha propuesto grabar su quinto álbum, esta vez en Argentina y con músicos lugareños. “Preferiría que sea un álbum de estudio, pero también hemos hecho grabaciones interesantes en Argentina para un álbum en vivo”, dice. Es su deseo, el estribillo de la canción que quiere interpretar este año.
