Martes, 10 de Diciembre del 2024
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¿Enmendaremos rumbos?

Publicado el 10/07/17

Cuando un gobierno pierde el rumbo, como lo hizo el segundo gobierno de Bachelet en Chile y el de Humala en el Perú, el que lo reemplace, debe marcar las diferencias, comunicarlas y corregirlas. ¿Lograrán los chilenos revertir los errores de la alianza del ‘socialismo-democracia-comunismo’ con Bachelet? –Suerte, el Perú no lo está logrando.

Curiosamente, después del mejor período de desarrollo de su historia, Chile eligió a una Bachelet recargada del izquierdismo decimonónico que venía de las Naciones Unidas, impuso reformas en todos los planos y fracasó en todos. Hoy los chilenos se encaminan a un cambio de gobierno y tienen la oportunidad de retomar mejores políticas públicas.

Similarmente, en el Perú, el 2011, después del mejor período de desarrollo de nuestra historia, en el que en pocos años sacamos al país de su condición de ‘Estado Fallido’ y lo tornamos en ‘Estrella Internacional’, elegimos a Humala con su cohorte de izquierdistas anti inversión privada y falsos nacionalismos, que plagaron el Estado de trabas al desarrollo.

El mandato popular que hasta en un 80% votó, en la primera vuelta, por las ideas de la economía de mercado, por el fortalecimiento de la clase media, por la desburocratización, por el crecimiento, por visiones de desarrollo prácticas y no ideologizadas

Tendría que haber enmendado el rumbo, explicando las diferencias; haberse deshecho de los burócratas del nacionalismo; promovido el regreso de la inversión privada, empezando por la minería (cuyos impactos positivos conoce de sobra); destrabado la economía; etc.; etc.

Pero después de haberse aliado con Humala y las izquierdas para llegar al poder, decidió suicidamente (para su gobierno y el destino del Perú), gobernar con ellos. Llenó su gabinete con gente afín al confusionismo sobre las políticas del desarrollo, como Marisol Pérez Tello, Alfredo Thorne (que hablaba como Piero Ghezzi, de crear otros motores y cortar la dependencia de la minería), Jorge Nieto Montesinos, Carlos Basombrío, y Salvador del Solar, entre otros. Adaptándose a la línea de PPK, el Premier Fernando Zavala se rodeó en la PCM de gente como David Rivera del Águila, víctima de prejuicios anti inversión privada.

El gobierno fue incapaz de destrabar los proyectos de infraestructuras, de sacar adelante los proyectos de inversión suspendidos por la acción política de los anti mineros, y de convocar a los peruanos a entender que ‘dos más dos son cuatro y no entre 3.8 y 4.2’, que cuando se fomentó la inversión pudimos crecer y reducir la pobreza, que frenar las inversiones produce pobreza y desaliento, pues en economía todo se conecta, todo está vinculado por ‘vasos comunicantes’, y, de manera muy importante, entender que los problemas no se solucionan solos, para resolverlos se requiere acción política.

Transcurrido un año de gobierno, por más que se le quiera echar la culpa de nuestra situación al ‘niño costero’, al escándalo del Lava Jato, o a la oposición ‘obstruccionista’ del fujimorismo, todos sabemos, por lo menos en nuestro fuero interno, que el gobierno de PPK está fracasando, nos está llevando a la recesión económica, la regresión social y a la pérdida definitiva del futuro que estuvimos construyendo hasta hace pocos años.

Lo que es peor, cuando Keiko Fujimori, la supuesta líder del obstruccionismo, rompe su propio aislamiento, y le propone al Presidente de la República, un diálogo sobre los temas más álgidos, algo reclamado a gritos por todos los peruanos, PPK acepta con remilgos. Peor aún, cuando en su programa mensual de radio en RPP, habla de la posibilidad de hacer cambios en el equipo de gobierno, como si todo estuviera en flor, dice que tal vez dos, o mejor solo uno.

O sea, este buen señor que nos gobierna, ¿piensa que estamos en el camino correcto? ¿Qué si lo que organizas no funciona, debes seguir haciendo lo mismo y ofrecer mejores resultados?

Lamentablemente, nuestra clase dirigente, con su nefasta anomia, ‘mutis por el foro’. No se escucha Padre. Sigue subsidiando a un gobierno cuyas realizaciones no figuran en su ficha de inscripción. La película no corresponde al afiche publicitario.

Con este artículo pretendemos que tanto nuestros los políticos como la clase dirigente reaccionen y podamos juntos evitar que la salud de la nación siga deteriorándose como viene sucediendo durante el primer año del gobierno destinado a conducirnos al bicentenario.

Como aliciente a nuestros empresarios a participar en la vida nacional y luchar con transparencia por las cosas que hacen y creen, líneas abajo queremos compartir la entrevista a uno de los nuevos líderes empresariales chilenos que se enfrentan a una situación parecida ala que tuvimos acá el 2016.

“No da lo mismo quién gobierne”

A tres meses de llegar a la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Alfredo Moreno analiza el año electoral. “no da lo mismo quién gobierne”, sostiene el ex ministro; y plantea que el crecimiento económico tiene que ser un tema central en la agenda de los candidatos.

Como titular de la CPC ha llamado una y mil veces al empresariado a salir de su ostracismo, defender su labor e instalarse como un actor válido y clave para el desarrollo del país. Y durante los que ha llamado a trabajar contra la desconfianza que, destaca, reina no sólo en Chile sino en el mundo entero.

Esto deriva, explica Moreno, de un cambio a una sociedad más horizontal e informada, a la cual los empresarios deben aprender a hablar y tender puentes.

Su visión coincide con la del timonel de la Sofofa [Sociedad de Fomento Fabril], Bernardo Larraín Matte. “Hay una opinión generalizada en el empresariado sobre los problemas que se han generado con las reformas de los últimos tres años”.

¿Los empresarios tienen que salir de los foros de negocios y hablar con gente de fuera de su círculo?

Es necesario hablar con la sociedad y que no estén sólo donde hay personas como uno. Seguir hablando de la productividad y crecimiento económico es importante, pero hay que llevar esos conceptos a la población, que se entienda cuál es el rol de los empresarios. Eso es fundamental para ser valorados.

¿Los empresarios tienen que hacer política?

Si entendemos política en el sentido de preocuparse de la polis, sin duda. Y esto no es sólo válido para los empresarios, sino que para todas las organizaciones. Hoy tenemos que ser más proactivos. Ese es el cambio. Hay que tener una acción más decidida, de salir a encontrase con esa sociedad nueva.

¿Es una reacción ante los casos de colusión y malas prácticas que han golpeado al empresariado en términos de reputación?

Hay cosas que han sucedido en el seno de algunas empresas, como el tema de la colusión y de financiamiento de la política, que naturalmente no cooperan y que tenemos que enfrentarlas. Las empresas, igual que todas las instituciones, están constituidas por personas. Lo que uno puede hacer es tener buenos sistemas de control y una cultura corporativa en que la ética sea fundamental. Ese es el estándar que debemos tener.

¿Qué gestos concretos debe hacer la empresa para ser validada? ¿Meterse un poco más la mano en el bolsillo, relacionarse mejor con la comunidad?

La relación entre la empresa y la comunidad tiene que ser más estrecha porque la comunidad así lo demanda. Las empresas pueden hacer grandes aportes. Lo vivimos en los incendios de principios de año. Las empresas tienen capacidades y es útil ponerlas al servicio de las dificultades que el sector público no es capaz de enfrentar por sí solo.

Chile requiere construir la economía de la cual vamos a vivir en los próximos 20 años. Ese es un tema del cual no se está conversando y la discusión es cómo repartimos lo que existe. Lo que existe se nos va a ir entre los dedos si no trabajamos en lo que hay que construir para esos años.

¿Los candidatos debieran moderar las expectativas?

Los candidatos deben considerar que los recursos hacia adelante son más estrechos, que no todo se puede resolver en forma rápida. Pero más importante es que si se quiere solucionar algo, deben preocuparse de cómo se producen esos recursos. Chile es un país lleno de capacidades, que demostró, en los últimos 30 años, que si las cosas se hacen bien, puede tener un crecimiento que se creía imposible. ¿Vamos a seguir avanzando, vamos a seguir estancados como los últimos 4 años o vamos a comenzar una declinación? Los países pueden retroceder enormemente y todo depende de lo que se elija hacer.

No hay mucho tiempo para dejar de actuar o equivocarse de camino por cuatro años. Necesitamos que se siga creciendo para que Chile sea un país desarrollado.

¿A la gente le importa el tema del crecimiento económico? Según la encuesta CEP [Centro de Estudios Públicos], no está entre las prioridades urgentes, como sí lo está la delincuencia, salud o educación…

Pienso que sí. No es distinta una cosa de otra. Para tener una buena educación necesitas tener recursos en el Estado, y si las familias quieren financiarla, se requieren recursos. Todo eso se obtiene con desarrollo y crecimiento.

La presidenta Bachelet dijo que no le interesa el crecimiento económico por sí solo.

Evidente que no es lo único necesario, pero es imprescindible. Es una condición necesaria. Sin eso, no se puede hacer nada de lo otro. Hoy cualquier cosa que se quiera acometer requiere recursos, y eso no puede provenir de otra parte que no sea el crecimiento económico.

¿Por qué es importante la elección presidencial de este año? ¿Qué se juega?

En esta elección los chilenos tienen que ver cómo se sale de un periodo de muy bajo crecimiento, cómo podemos volver a lo que ha sido un país tan admirado en tantas partes… El crecimiento de Chile de los últimos 30 años es copiado en muchos países de nuestro continente y es muy bien mirado en el mundo. Entonces cómo podemos volver a tener un desarrollo que nos permita pensar que nuestros hijos van a tener un mejor futuro que nosotros.

Y para este desafío, ¿da lo mismo quién gobierne?

No, no da lo mismo quién gobierne. El modelo chileno ha sido exitoso por muchos años con pequeñas modificaciones, pero manteniendo sus pilares fundamentales.

Cuando un país ha tenido un extenso periodo de crecimiento, a veces la gente mira el vaso medio vacío, con razón, y se olvida de la parte medio llena. Cuando ha habido un proceso de desarrollo largo, los jóvenes, sin conocer cómo era Chile hace 30 o 40 años quieren saber cómo se pueden resolver los problemas que tenemos, y tienen razón. Mi punto es que las experiencias de otros países y del pasado son muy importantes, tenemos que preguntarnos cuáles son exitosas y cuáles nos hacen retroceder.Lampadia



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