Jerusalén, nov. 22. Human Rights Watch (HRW) pidió el sábado a Israel una moratoria en la demolición de casas de palestinos acusados de cometer atentados y aseguró que esta práctica puede constituir un crimen de guerra.
“Israel debería imponer una moratoria inmediata sobre su política de demoler las casas de las familias de los palestinos sospechosos de llevar a cabo ataques contra israelíes”, dijo la ONG basada en Nueva York.
HRW deploró este tipo de “castigo colectivo”, que constituye “potencialmente un crimen de guerra”. “Israel debería juzgar, condenar y castigar a los criminales, y no llevar a cabo destrucciones vengativas que afectan a familias enteras”, agregó.
Israel destruyó el pasado miércoles por primera vez desde 2009 la casa de un palestino en Jerusalén Este, que mató en octubre a un bebé israelo-estadounidense y a una mujer ecuatoriana al arrollarlos con su vehículo en la Ciudad Santa.
La destrucción de la vivienda tuvo lugar al día siguiente del atentado cometido por los primos Udai y Ghasan Abu Jamal en una sinagoga que dejó cinco israelíes muertos, en Jerusalén Oeste. Israel prometió responder con “mano de hierro” a dicho ataque.
A las familias de Udai y Ghasan, así como de Muataz Hijazi – que en octubre disparó hiriendo de gravedad a un judío ultraderechista-, se les notificó la próxima demolición de sus viviendas, aunque su ejecución está a la espera de una decisión judicial.
El abogado de las familias, Mohamed Mahmud, explicó que la fiscalía militar examinará el domingo su recurso contra estas demoliciones, una medida abandonada hace cinco años por Israel puesto que el ejército la juzgaba contraproducente.
Tanto los primos Abu Jamal como Hijazi fueron abatidos por la policía tras cometer sendos atentados.