Martes, 20 de Mayo del 2025
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«Renacer islámico»

Publicado el 13/03/12

LIMA –

Desde hace un tercio de siglo vemos un resurgimiento de movimientos clericales islámicos. En los últimos 111 años el número de musulmanes ha pasado de 200 a 1,500 millones, pero a esa sextuplicación poblacional han contribuido otros factores, algunos de los cuales explicaremos.

Durante la guerra fría los EE.UU. se apoyaron en 3 tipos de regímenes islámicos contra los soviéticos: 1) el de Turquía, que dejó de ser el centro del califato musulmán para promover un secularismo republicano pro-occidental; 2) el de las petro-monarquías arábigas, que mantienen las sociedades más totalitarias y confesionales del mundo gracias a su oro negro; 3) el pakistaní, que combina elementos de ambos modelos y que su eje consiste en acrecentar sus diferencias con la India multiétnica de la cual se han escindido y con la cual están en disputas territoriales y carrera armamentista.

Washington, tras haber sido derrotado en Vietnam (1975), fue viendo cómo una serie de revoluciones le iban jaqueando (como las de Nicaragua, Irán y Afganistán en 1979), para lo cual Reagan decidió pasar a la contraofensiva promoviendo «contras'» haciendo una nueva carrera militar espacial y relanzando una nueva guerra fría.

Mientras en Nicaragua los EE.UU. animaron movimientos que se reclamaban democráticos, en Afganistán utilizaron la carta religiosa a fin de calar en una sociedad conservadora reacia a dar un nuevo status a la mujer y una nueva redistribución de tierras (tal y cual decretaron su nuevo gobierno izquierdista y las tropas soviéticas que le apuntalaban). Apelar a la defensa del Corán contra los invasores de origen cristiano o comunista era un recurso que podía contar con el apoyo financiero, militar e ideológico de los sauditas y pakistaníes.

De otro lado en Irán EE.UU. vio con agrado que los ayatolas, en vez de seguir el camino pro-Moscú de Nicaragua y Afganistán, fueron reprimiendo a los socialistas, pero, al mismo tiempo, quería cambiar a un régimen del que desconfiaba por sus políticas nacionalistas y populistas y por haber depuesto a un gran aliado suyo (el Shá persa).

Por ello empujó a Irak a invadirle en 1980-88 y en la cual se aliaron antiguos nacionalistas y socialistas panárabes con las arcaicas petro-monarquías arábigas. Esa guerra que causó 1 millón de muertos hizo que los ayatolas se fortalecieran identificando fidelidad religiosa a ellos con lealtad a la nación y a que éstos impulsasen nuevos movimientos religiosos contra EE.UU. en la región.

Si inicialmente Israel apuntaló a Hamas contra la OLP y EE.UU. a muchos otros clericales contra otros nacionalistas seculares a fin de debilitarles, Irán mostró a ellos una cara militante. De hecho Al Qaeda, que fue creada como un instrumento de EE.UU. y sus socios sauditas y pakistaníes contra Moscú, acabó pasando de centrarse en atacar civiles ‘comunistas’ en hacer atentados en las principales urbes occidentales.



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