Lunes, 7 de Julio del 2025
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«Fundamentalismos»

Publicado el 23/12/11

LIMA – 

El Medio Oriente y su entorno es la cuna de fundamentalismos religiosos, uno de los cuales se convirtió en la última década en el principal enemigo de Occidente.

Si bien hoy Al Qaeda está en retroceso, hay otras variantes del integrismo musulmán que están en auge. Sus mentores ideológicos y financieros se revitalizan en Pakistán y en las petromonarquías de la península arábiga, mientras los talibanes avanzan en Afganistán. Tras la caída de las 3 dictaduras semiseculares de Túnez, Libia y Egipto lo que está en alza en esos 3 países norafricanos son los partidos religiosos islámicos. Lo primero que se decretó en la Libia postGadafi fue la restauración de la poligamia, mientras que varias de las conquistas que tuvieron las mujeres libias y de dicha región se ven amenazadas por el ascenso de movimientos que simpatizan con el sistema del Golfo Pérsico donde la mujer debe andar cubierta y bajo la batuta masculina.

Esta preponderancia de la ortodoxia religiosa sobre la política es algo que estaba en declive en dicha región hace un cuarto de siglo. Sin embargo, esta reversión viene afectando incluso a Israel (que se precia de tener la democracia más estable y moderna del Asia Occidental) y a los palestinos (tradicionalmente uno de los pueblos árabes más secularizados).

Cuando surgieron el sionismo y luego la OLP varios de sus principales detractores dentro de sus respectivos pueblos fueron los ultrarreligiosos que veían a estos movimientos como proseculares o prosocialistas.

Hoy, empero, un 40% de los ministerios y oficiales militares de Israel son judíos ortodoxos. Su poder es tal que ellos deciden quién puede ser ciudadano de Israel, cómo estructurar todo gabinete y que en varias calles veten el que usen autos durante los sábados o que las mujeres anden con ciertas ropas modernas. Dentro de los palestinos la fuerza que más crece (y que controla Gaza) es el Hamas, sustentada en mezquitas integristas. Los fundamentalistas judíos y musulmanes tienen en común obligar a que las mujeres se cubran sus cabezas, a que la religión dirija la vida pública y a querer una nación purificada de religiones hostiles (por lo que los del Hamas quieren una Palestina islámica sin muchos judíos y los sionistas ortodoxos un Israel judío sin muchos musulmanes).

El crecimiento de los integrismos religiosos musulmán y judío podrá desembocar en que Tierra Santa quede dividida por dos Estados hostiles con más tendencias confesionales que democráticas, en tanto que eso, a su vez, incentiva al fundamentalismo cristiano en EEUU.



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Fuentes de Bloomberg

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