Jueves, 12 de Diciembre del 2024
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La conservación del esquivo rinoceronte de Java, un reto para los zoólogos

Publicado el 04/03/11

Paula Regueira Leal Yakarta, 4 mar (EFE).- Evitar la extinción del rinoceronte de Java, el mamífero más esquivo y enigmático, es uno de los mayores retos hasta ahora afrontados por los zoólogos de Indonesia, donde esta especie que muere en cautividad tiene su principal reducto.

Los especialistas estiman que sobreviven menos de 60 ejemplares, de los que medio centenar merodea por la densa selva del parque de Ujung Kulon, de unos 1.200 kilómetros cuadrados y situado al oeste de Java.

Los restantes rinoceronte de Java (Rhinoceros sondaicus), un animal que existió en todo el sudeste de Asia e incluso en China e India, habitan en la reserva nacional de Cat Tien, a unos 150 kilómetros al norte de Ciudad Ho Chi Minh, en Vietnam.

“En Indonesia su población se ha estabilizado en los últimos años, pero en Vietnam no tienen posibilidades de supervivencia, no hay más de seis vivos y son todos del mismo sexo”, explicó a Efe Adhi Hariyadi, director del proyecto de conservación del rinoceronte del Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF) en Ujung Kulon.

De las cinco especies de rinocerontes que se conocen, el de Java es el menos estudiado y el segundo más pequeño, con una altura media de metro y medio, y de unos tres metros de longitud.

Pero la característica más notable de este animal, cazado hasta no hace mucho por los furtivos para comerciar con su cuerno, por el que se pagan hasta 30.000 dólares para convertirlo en pócima china, es el grosor de su piel, de color ceniza y con aspecto de armadura.

Muchas de las peculiaridades y el comportamiento de este mamífero descubierto a finales del siglo XIX, continúan siendo un misterio para los expertos que intentan evitar su extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN).

El rinoceronte de Java “tiende a evitar a otras especies, es muy solitario, por lo que es fundamental interferir lo menos posible en su hábitat”, señaló Hariyadi.

Para estudiar a esta especie, solitaria y que rehuye el contacto con otros seres vivos, los expertos tienen que recurrir al empleo de cámaras con sensores de movimiento que esconden entre la vegetación para intentar conseguir sus imágenes de vez en cuando.

Las imágenes más recientes fueron las difundidas esta semana por el Fondo Mundial de la Naturaleza, en las que se aprecia a dos ejemplares con crías en una frondosa zona del parque de Ujung Kulon.

El pasado noviembre, una cámara de esta organización ecologista filmó a un rinoceronte hembra y a su cría macho caminando y un mes después captó a otra cría de un año.

Estas estampas son como un soplo de esperanza para los expertos, pues, según dicen, prueban que esta especie en peligro de extinción se reproduce tras el revés que significó el hallazgo el año pasado de tres ejemplares muertos.

“Los vídeos proporcionan información sobre su dinámica de reproducción y nos ayudan a evitar su desaparición”, apuntó el director del parque Ujung Kulon, Agus Priambudi.

Según los expertos, el rinoceronte de Java fue abundante en casi todo el sudeste de Asia hasta hace aproximadamente 50.000 años y su gradual desaparición se aceleró a raíz de la caza y la destrucción de las selvas que recubrían la región.

Los especialistas temen que la falta de diversidad genética entre estos perisodáctilos cause un serio problema de fertilidad ya que creen que es necesario que su número ascienda al menos un centenar de ejemplares para evitar la consanguinidad.

Con la finalidad de proteger a este animal en su hábitat, las autoridades de Indonesia han recolocado en otras áreas selváticas especies que eran un peligro para el rinoceronte y eliminado de la zona plantas no autóctonas cuya ingestión podía ser dañina.

El siguiente paso que las autoridades y expertos planean llevar a cabo consiste en trasladar a un grupo de estos mamíferos a un nuevo emplazamiento con el propósito de preservar, al menos un grupo, en el caso de que brote una epidemia.

“Si algo ocurriese en Ujung Kulon, una epidemia o una catástrofe natural -debido a la cercanía del volcán Anak Krakatoa- podríamos perderlos a todos y no nos podemos arriesgar”, señaló Hariyadi.

EFE



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