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Nuevo de documental de HBO: Los niños de Hollywood
16/07/2020 Espectáculos

Alfombras rojas, galas de etiqueta, dinero, fama y el mundo a sus pies. Así se ve desde fuera la vida de los privilegiados que reinan en el firmamento de las estrellas de Hollywood. Sin embargo, dicen por ahí que las apariencias engañan y según el nuevo de documental de HBOLos niños de Hollywood (Showbiz Kids), mucho más cuando se trata de los pequeños artistas que triunfan en la meca del cine. Uno de los rincones de la industria que más juguetes rotos almacena en su historia.

Ser estrella infantil no es nada fácil. Todo lo contrario. Se sufre soledad, presión, abuso laboral y se vive rodeado de un mundo de adultos, alejado por completo de la apariencia de una infancia normal. Hay quienes cayeron en adicciones o en la bancarrota, otros que sufrieron pérdidas por culpa de la mala gestión financiera de sus padres o agentes. O quienes se vieron forzados a complacer el sueño de sus progenitores, desconociendo por completo que tenían opciones, que había otro mundo allí fuera. Así lo describen todos los intérpretes que dan testimonio en este interesante documental, desde Henry Thomas (Elliot de ET) a Milla Jovovich (Regreso al lago azul), Wil Wheaton (Cuenta conmigo), Mara Wilson (Matilda), Evan Rachel Wood (Prácticamente magia), Todd Bridges (Arnold), Jada Pinkett Smith (madre de Willow y Jaden), o los recientemente fallecidos Baby Peggy (gran estrella del cine mudo desde que tenía 19 meses a los 6 años)  y Cameron Boyce (de la serie de Disney Jessie, fallecido por complicaciones de epilepsia en 2019).

¿Merece la pena renunciar a una infancia normal por ser estrellas de cine? A juzgar por el testimonio que dan todos ellos, diría que el consenso es unánime: no.

Los niños de Hollywood retrata la experiencia de varias estrellas infantiles contadas desde la adultez mientras nos muestra cómo otros pequeños viven su ascenso o deseo de triunfar en la actualidad, dejando a un lado gran parte de sus vidas por perseguir un sueño que, quizás, nunca llegará. A pesar de tratarse de un rincón oscuro de la industria, el documental transmite un candor especial y esto se debe a su director, Alex Winter -actor de Jóvenes ocultos y compañero de Keanu Reeves en Bill y Ted (era Bill)- quien aboga por eliminar el cliché que encasilla a muchos actores infantiles rodeados de polémicas o escándalos, y lo consigue contando la verdad de una experiencia difícil.

20.000 niños al año se presentan a castings en Hollywood y solo el 5% consigue trabajo. Con esta dura realidad comienza este largometraje de hora y media de duración mientras los actores que sí lo consiguieron revelan sentimientos de rencor o sensaciones encontradas al rememorar el peso que cargaron como estrellas de Hollywood cuando tenían 6, 10 o 16 años. Renuncié a mi infancia por esta industria y no fue mi elección sentencia Wil Wheaton. “No conozco ningún niño de 7 años que dice ‘lo que quiero hacer es ir a trabajar’”. En el caso del actor que saltó al estrellato con la aclamada adaptación de Cuenta conmigo de Stephen King, su madre era la encargada de su ascenso, dándose cuenta al alcanzar la mayoría de edad que podía elegir qué hacer con su vida. Y en aquel momento dio un paso atrás y comenzó a explorar otras vías profesionales, como la escritura. En su experiencia, le parece “normal” que los niños actores terminen sintiéndose resentidos y empiecen un camino de autodestrucción porque sienten que no tienen control.

Wheaton también recuerda a su compañero de película, River Phoenix -quien murió de sobredosis a los 23 años- sentenciando que “sigue enojado con los depredadores que estaban a su alrededor y que no intentaron ayudarlo” dado que él se había distanciado de River cuando éste comenzó a probar con las drogas un par de años antes de su muerte. 

 

Henry Thomas, que saltó a la fama con E.T., el extraterrestre, recuerda con resentimiento aquellos años de éxitos, sufriendo bullying escolar precisamente por la fama, perdiendo su autoestima y viendo cómo la industria lo iba rechazando a medida que crecía, sin saber siquiera si realmente quería actuar. Era un juego y se le daba bien, sin más.

Por su parte, Milla Jovovich recuerda cómo fue explotada como objeto sexual siendo una niña quedando encasillada como una de las muchas lolitas de Hollywood, como lo fueron Natalie Portman o Evan Rachel Wood. En su caso, nunca sintió que era lo suficientemente talentosa como actriz dado que su madre fue una gran estrella de cine de la Unión Soviética (aunque sus películas fueron vetadas durante 6 años por haberse trasladado a EEUU). Pero fue precisamente su madre la que vio a su hija como “su ticket de salida” al tener que trabajar como ama de llaves en casa de Brian de Palma sin que nadie la reconociera. Milla fue modelo y actriz desde niña, sufriendo la presión de las críticas cuando vapuleaban sus películas -como fue el caso de Regreso al lago azul-. Y como sus padres la habían emancipado para que pudiera trabajar jornadas de adulto, aprovechó ese documento y lo dejó todo para volver cuando Luc Besson le dio la oportunidad de reinventarse a su manera con El quinto elemento.

Baby Peggy, cuyo nombre real fue Diana Serra Cary, fue una de las mayores estrellas del cine mudo haciendo más de 150 cortometrajes entre 1921 y 1924, llegando a ser conocida como “el bebé del millón de dólares” por su salario de 1.5 millones al año. Pero terminó siendo vetada por la industria el día que su padre discutió con un productor cuando tan solo tenía 6 años. Perdió todos los millones que había ganado con su trabajo siendo explotada jornadas completas, seis días a la semana, porque sus padres siguieron viviendo de manera ostentosa hasta gastarlo todo. A pesar de haber muerto el pasado mes de febrero a los 101 años, Diana aparece en el documental revelando que durante aquellos años de duro trabajo “no tenía idea de que había otro mundo para los niños”.

Muchos coinciden en la falta de confianza que el mismo ambiente que los rodea genera al sentir que la gente se acerca, o los busca, por interés, y que muchos solo ven en ellos al niño que triunfó alguna vez. Hablan del esfuerzo de unos padres que dedicaron sus vidas para que ellos triunfaran, pero también hablan de la presión familiar que sentían de seguir trabajando aunque no quisieran. Precisamente por ese esfuerzo, o porque sentían que no podían quejarse si eran “privilegiados”.

Hablan del trato abusivo que recibían en los 70s y 80s en el lugar de trabajo, el peso de las críticas siendo apenas unos niños, el haber crecido rodeados de adultos sin ir al colegio, viviendo con una agenda organizada que no les permitía salir al mundo real y valerse por cuenta propia. Como Evan Rachel Wood, que a los 20 años se dio cuenta que no tenía habilidades para vivir la vida adulta.

El documental no ahonda en la relación de la fama con las drogas ni en los abusos sexuales, pero sí hace referencia. Sobre todo a figuras relacionadas con la supuesta pedofilia que circularñia en Hollywood. No lo hace en profundidad, pero dos de los personajes sí lo mencionan. Evan Rachel Wood recuerda haber abandonado los Globos de Oro cuando un personaje que ella asegura ha abusado de jóvenes actores ganó un premio, mientras Todd Bridges rememora su experiencia sufriendo abusos sexuales de su agente durante el éxito de Arnold. Aquella terrible experiencia sumado al hecho que su propio padre defendió a su abusador, lo llevaron por un camino de drogas, crimen y autodestrucción que casi lo lleva en prisión (fue absuelto de intento de asesinato en 1990).

Mara Wilson, la inolvidable Matilda o la pequeña de Sra. Doubtfire, dejó la interpretación para ser escritora y confiesa que durante sus años de éxito sentía que era un peso para su familia. Mientras Evan Rachel Wood habla de su experiencia siendo hija de padres artistas, sintiendo la presión de disfrutar del éxito sin quejarse solo porque ellos no lo habían conseguido, así como su difícil experiencia sintiéndose etiquetada sin poder ser libremente bisexual. “Todo actor es culpable de permitir el abuso de una forma u otra, el que diga que no está mintiendo” asegura la actriz de Westworld refiriéndose al hecho que deben permitirlo porque hay una cola de actores que quieren tomar tu lugar.

Y si en algo coinciden muchos de ellos es que no quieren lo mismo para sus hijos. “Me resulta aterrador y no me gustaría que mis hijos persigan una carrera como niños actores porque es muy destructiva” sentencia Will Wheaton. Mientras Milla asegura que cuando su hija Ever le dijo que quería ser actriz a los 4 años (y que próximamente protagonizará el reboot de Peter Pan) sus instintos le decían que no lo permitiera. Decidió ayudarla pero siempre que no trabaje mucho y pueda tener su espacio para crecer. Todd Bridges tampoco quería que su hijo siguiera en el negocio, mientras Evan Rachel Wood piensa lo mismo y ni siquiera enseña su hijo con Jamie Bell en redes sociales.

Como adulto y padre ahora te das cuenta que la experiencia quita al niño de su mundo, cuando es bonito ser niño y tener una niñez” concluye Henry Thomas.

En resumen, Los niños de Hollywood es un documental sincero que no ahonda en la tragedia como gancho principal, sino en la experiencia conjunta de este grupo de actores desde una perspectiva humana, cercana y empática. Es uno de los documentales más recomendables de los que han aterrizado en el streaming en la última temporada. De esos que consiguen llegar al corazón.

 

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