Facebook es algo más que una plataforma donde compartir opiniones, fotografÃas y vÃdeos. Es también un gigantesco foro donde se vierten cada dÃa miles de comentarios ofensivos de corte racista, machista o simplemente insultante que alientan el odio y traspasan las fronteras de la ley. Bruselas ha estrechado el cerco contra esos mensajes presionando a las redes para que actúen, y los tribunales nacionales ya podÃan pedir a compañÃas como la de Mark Zuckerberg la eliminación o bloqueo de esos ataques previa denuncia del afectado. Pero la justicia europea ha ido este jueves un paso más allá. El Tribunal de Justicia de la UE ha determinado que nada impide a los jueces de un Estado miembro reclamar también la supresión a nivel mundial de las ofensas ilegales vertidas en la red social.
Los jueces comunitarios interpretan que los magistrados que han declarado ilegal un contenido en un paÃs de la UE están facultados para pedir que se extienda su prohibición fuera de los Veintiocho. “El Derecho de la Unión no se opone a que se obligue a Facebook a suprimir comentarios idénticos y, en determinadas condiciones, similares a un comentario declarado ilÃcito con anterioridad”, ha dictaminado.
El pronunciamiento llega tras la denuncia de la antaño diputada austriaca Eva Glawischnig-Piescze. La exparlamentaria de Los Verdes fue el blanco de comentarios ofensivos y difamatorios por parte de un usuario de Facebook, que arremetió contra ella en un post que acompañaba una noticia de prensa en la que aparecÃa su foto y se recogÃan declaraciones suyas, en las que se mostraba favorable a proporcionar unos ingresos mÃnimos a los refugiados desplazados a su paÃs.
Un tribunal austriaco declaró que el comentario atentaba contra el honor de la diputada, y consultó a la Corte de Luxemburgo al respecto. En su respuesta, la justicia europea da vÃa libre a los jueces para pedir a Facebook que suprima el acceso a las publicaciones declaradas ilÃcitas a nivel mundial “en el marco del Derecho Internacional”.
La decisión ha abierto un debate sobre si es legÃtimo que la justicia de un paÃs pueda extender la prohibición de una publicación digital más allá de sus fronteras. Los responsables de Facebook no comparten esa idea, y ven en la medida un peligro para la libertad de expresión, dado que podrÃa obligarles a utilizar filtros automatizados que no siempre son tan precisos como para eliminar exclusivamente los contenidos señalados como ilegales.
La expansión de los contenidos de odio en la Red inquieta en Bruselas. La Comisión Europea puso en mayo de 2016 a las grandes empresas de Internet ante una disyuntiva: o se empleaban a fondo para eliminar los contenidos ilegales racistas, xenófobos y sexistas, o la UE les apretarÃa las tuercas con un reglamento ante el que habrÃan de responder legalmente. Tres años después, Facebook, YouTube y Twitter alegan que borran más mensajes que nunca, y la mayorÃa en un plazo inferior a 24 horas, pero la vigilancia de Bruselas ante el fenómeno sigue siendo estrecha.