Perú tuvo un mejor nivel pero los mismos errores nos dejan fuera de Rusia

Cuando Claudio Pizarro salía del campo lentamente en ese moderno carrito para transportar lesionados, nos dimos cuenta que nuestra selección no está apta para resistir un partido tan duro, menos en un campo contrario. Nuestra selección se jugó la vida en Montevideo, esto debido a muchos factores, quizás el más importante fue estar prácticamente eliminados y realizar los famosos manotazos de ahogado. Lo más importante y satisfactorio fue el recambio de jugadores, fue necesaria la lesión de Farfán y Juan Manuel Vargas para darnos cuenta que es hora que los jóvenes tengan su oportunidad, y también los no tan jóvenes pero que aún demuestran el cariño y el ímpetu por jugar en la selección, un ejemplo claro: el “mudo” Rodríguez, el defensa central de Sporting Cristal demostró que no es necesaria la vehemencia de Carlos Zambrano para ser un líder en la última línea, la experiencia del mudo fue suficiente para cortar los ataques de Cavani y el “muelón” Suárez e iniciar con esto una complejidad para el rival que no tiene otras armas para vencer. Otro de los aplicados la noche de ayer fue Jair Céspedes, el moreno lateral izquierdo tuvo nota aprobatoria en la marca y su rapidez fue vital para iniciar contra ataques, podríamos nombrar a los demás que fueron sustitutos en este partido, pero hubieron ausencias como Da Silva del PSV holandés o especialmente la falta de minutos en estos partidos del “chaval” Benavente que ahora que es titular en la primera división de Europa tampoco es tomado en cuenta, y entonces, ¿por qué convocarlo profesor Gareca?¿De qué sirvió la travesía por el viejo continente si al final se tomó en cuanta a los que no eran titulares en sus equipos?.

¿Qué paso con el compromiso?¿Cuando fue que Paolo Guerrero dejó de ser ese luchador interminable que no caía ante los golpes del rival?¿Hasta cuándo intentaremos con Pizarro y su posición de enganche?, hay muchas interrogantes para Gareca que seguro no va a querer responder o tratará de pasearnos y tranquilizarnos con el famoso tema de siempre: “el equipo ha levantado”. Ya no nos pueden vender ilusiones, basta de las falsas esperanzas al inicio de un mundial, es cierto, ayer Perú jugó en buen nivel pero se repite la historia de jugar como nunca y perder como siempre. Estamos casi eliminados de otro proceso a un mundial, con errores como la insistencia de convocar mal, de permitir que Farfán haga lo que quiera con un tratamiento evolutivo de recuperación jugando pichangas con sus amigos del barrio, de hacernos de la vista gorda con Advíncula viéndolo en una discoteca hasta altas horas de la noche al llegar a Lima cuando lo que debería hacer es descansar y mentalizarse para una fecha doble de esfuerzo, de dejar a Claudio Pizarro se ponga el buzo de entrenador a veces y quiera imponer el equipo o permitir que juegue en una posición falsa. Estamos cansados también de que Paolo esté engreído en la cancha, que se queje tanto de los golpes pero a la hora de meterla cuando está solo frente al arquero no haga su trabajo (y en esta fecha doble pasó en los dos partidos), sin embargo, estos jugadores que supuestamente son los de mejor nivel exigen volar en primera clase y otras gollerías que sin chistar les proporcionan.

El partido fue uno de esos que te hacen sufrir, esos partidos donde gana la tía del restaurante que tiene televisor, aunque todos pensaban que sería por lo menos una goleada antes de terminar la primera etapa se equivocó, uno de esos que te hacen quedar sentado hasta el último suspiro. Perú tuvo la gran oportunidad de reinvindicarse con el puntaje perdido en Lima, chocó con un Uruguay que hizo un desgaste muy fuerte en Brasil días atrás y que encontró a una selección bicolor bien parada atrás donde el mudo se encargó de anular al “mordelón” Suárez. Paolo Guerrero se llenó de miedo al tener a Muslera al frente, debe ser esa la explicación. Como siempre la falta de gol, y es por eso que pedimos tanto a Gianluca Lapadula, que renuncie a su amor por Italia y se anime a defender las raíces de su madre, porque Guerrero que a pesar de romper el record del “nene” no da la talla en la selección como antes. Aplausos para los jóvenes que cargaron la pesada mochila, creo que nadie puede criticar tanto la última opción de Andy Polo que sin piernas falló el gol que pudo ser el empate, Renato Tapia y Ascues que sin continuidad en sus clubes pudieron equilibrar un mediocampo y también para la “pulga” Raúl Ruidaz que demostró ser seleccionable en esta fecha cuando nadie daba un mango por él, al menos ha tenido un mejor nivel que Jordy Reyna en los partidos de eliminatorias.

La diferencia entre Paolo Guerrero y Edison Cavani es simple, se demuestra en dos ocasiones puntuales del partido, la falla del atacante nacional que remató a los guantes del uruguayo y la definición notable del delantero del PSG francés, fuerte y arriba para vencer a Pedro Gallese. La historia está acabando como siempre, el final triste de la novela que significa para nosotros una continuación de nunca acabar, una película de género dramático que tiene continuaciones como Harry Potter, pero que nosotros disfrutamos con canchita y chicha morada, una ilusión perdida y un fuerte sacudón para saber que el realismo debe volver. Muchos culpan a Gareca y es cierto, el profesor tuvo errores, pero algo es más certero aún, nadie quería venir a dirigir a Perú porque es un fierro caliente, aquí no solo estamos dañados sicológicamente, el compromiso simplemente no existe, desde la cabeza hasta muchos hinchas que quieren linchar a Claudio Pizarro que no es culpable de no rendir en una posición que no le pertenece. Termina el partido, pago la cuenta y me voy a casa, con la cabeza gacha y escuchando comentarios por la radio del celular, preguntándome solo una cosa ¿Se podrá para Qatar 2022?.

Fecha 6 – Eliminatorias 2018

• Colombia (3) Ecuador (1)
• Uruguay (1) Perú (0)
• Argentina (2) Bolivia (0)
• Venezuela (1) Chile (4)
• Paraguay (2) Brasil (2)

Foto: El Comercio

Escribe: Luis Angel Polin.