Estocolmo, oct. 06. Un japonés, Takaaki Kajita, y un canadiense, Arthur B. McDonald, obtuvieron hoy el premio Nobel de FÃsica por sus “históricos descubrimientos” sobre el neutrino, una partÃcula cósmica fundamental para comprender el universo y su origen.
Kajita, nacido en 1959, y McDonald, en 1943, han refutado un principio de la fÃsica cuántica, admitido durante mucho tiempo, según el cual el neutrino no tenÃa masa: asÃ, esta revelación supone el triunfo de la materia sobre la antimateria.
Sus trabajos condujeron a “la conclusión, de un considerable alcance, de que los neutrinos, durante mucho tiempo considerados como carentes de masa, la tienen, aunque sea débil” escribe el jurado, que saluda un “histórico descubrimiento”.
Todo ello permite comprender el funcionamiento interno de la materia y conocer asà mejor el universo, explicó el jurado sueco.
Contactado por la Fundación Nobel, Takaaki Kajita explicó haberse enterado del premio por sus colegas suecos, cuando consultaba su correo electrónico.
“Es una verdadera sorpresa para mÔ reaccionó. “Es un poco difÃcil creerlo”.
Arthur McDonald dijo que compartÃa el “premio con numerosos colegas que realizaron un trabajo considerable”, afirmó.
El neutrino, partÃcula elemental de la materia –que podrÃamos comparar a un fantasma o a un camaleón– está mil millones de veces más presente en el universo que cada uno de los integrantes del átomo, pero pese a ello es increÃblemente difÃcil detectarlo.
El neutrino, que intriga a los fÃsicos desde los años 60, está en efecto desprovisto de carga eléctrica, lo que le permite atravesar todo tipo de obstáculos.
Su existencia fue formulada desde 1931 por el austrÃaco Wolfgang Pauli, premio Nobel 1945, y demostrada experimentalmente, 25 años más tarde, por el estadounidense Frederick Reines, premio Nobel 1995.
En 2002, el Nobel recompensó a un dúo de fÃsicos estadounidense y japonés, Raymond Davis Jr y Masatoshi Koshiba, que revelaron sus famosas oscilaciones: al propagarse en el espacio a una velocidad cercana a la luz, el neutrino tiene la curiosa facultad de metamorfosearse en tres formas o identidades diferentes.
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Un año luz de plomo
Pero hasta ahora el neutrino mantenÃa aún sus secretos, ya que los cientÃficos discrepaban sobre la masa de esta partÃcula: algunos la consideraban nula, y otros muy débil, inferior a la millonésima parte de la masa del electrón.
Por ello, uno de los grandes desafÃos es “captar” a estos evasivos neutrinos. AsÃ, de cada 10.000 millones de neutrinos que atraviesan la tierra, uno solo interactúa con un átomo de nuestro planeta y serÃa necesario un ‘muro’ de plomo de un espesor de un año-luz para detener a la mitad de estas partÃculas.
Ahora, Takaaki Kajita, de la universidad de Tokio, y Arthur McDonald, de la de Queen’s en Kingston (Ontario, Canada), han puesto de acuerdo a todo el mundo al ‘atrapar’ neutrinos entre las redes de sus observatorios, el Super-Kamiokande en Japón y el Observatorio de Sudbury en Canadá.
En 2014, el Nobel de FÃsica fue otorgado a los japoneses Isamu Akasaki y Hiroshi Amano, asà como el estadounidense nacido en Japón Shuji Nakamura, por haber inventado las bombillas de bajo consumo LED, una tecnologÃa omnipresente hoy en nuestra vida cotidiana.
El lunes, el primer Nobel de 2015, el de Medicina, fue atribuido conjuntamente a William Campbell, de origen irlandés, al japonés Satoshi Omura y a la china Youyou Tu por haber desarrollado tratamientos contra infecciones parasitarias y la malaria.
Tras el de Nobel de FÃsica este martes, seguirá el de QuÃmica el miércoles, el de Literatura el jueves y el de la Paz el viernes en Oslo. La serie se cerrará el 12 de octubre con el galardón de EconomÃa.
El Nobel incluye una recompensa de 8 millones de coronas suecas, unos 855.000 euros o 950.000 dólares.
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