El Ejército Libre de Siria (ELS) reclama que está tomando varios puestos fronterizos y que está por deponer al régimen de Bashar Assad, cuyo comando de seguridad bombardeó el miércoles matando o hiriendo gravemente a 5 de sus principales jefes militares.
EEUU y sus aliados no han repetido lo que antes hicieron en Afganistán, Irak o Libia, bombardeando Siria. Sin embargo, eso no significa que la guerra fratricida que azota a esa república sea un conflicto meramente interno. Por el contrario, Siria se ha convertido en un campo de batalla entre distintos paÃses de la región a una escala que, incluso, podrÃa ser mayor a la de las anteriores intervenciones que Washington ha hecho en el mundo musulmán desde el 11-S-2001.
TurquÃa, que hasta la I Guerra Mundial controlaba Siria, presta su territorio a la jefatura y varios comandos del ELS. El Consejo del Golfo Pérsico compuesto por las 6 monarquÃas más autocráticas y represivas del planeta abiertamente apuntala al ELS a quien quiere reconocer como el único poder en ese paÃs, en tanto que el nuevo gobierno de Libia (que ha restablecido la bandera de su anterior rey y que depuso a Gadafi con el apoyo financiero y armado de los Emiratos y Qatar) manda ‘voluntarios’ a combatir junto a los rebeldes sirios.
Irán, por su parte, insta a defender al régimen de Assad, adoptando una actitud completamente contrapuesta a la que tuvo ante los derrocamientos de sus antiguos enemigos nacionalistas sunitas en Afganistán, Iraq y Libia, donde los ayatolas supieron sacar provecho de ello para que sus aliados locales allà avancen.
Israel no se mete abiertamente en el conflicto sirio pues si hiciera eso serÃa como darle el beso de la muerte a quien apuntalase. Quienes secundan a Assad podrÃan buscar eludir su caÃda transformando la crisis siria en un conflicto con Tel Aviv, a fin de galvanizar a los árabes para su lado.
Mientras Rusia y China vetan una intervención sobre Siria, las potencias occidentales alientan al ELS, aunque no les dan abiertamente armas y hombres, sino solo apoyos logÃsticos y de comunicaciones. Esto, aunque el tiro les puede salir por la culata. EEUU, que desde el 2003 gastó billones de dólares en invadir Iraq, ya ha visto cómo en Bagdad su anterior enemigo fue remplazado por gobiernos en donde hay muchos ministros pro-Irán. Un posible beneficiario de un eventual derrocamiento del Baath sirio serÃan los Hermanos Musulmanes, quienes podrÃan hacer un eje con Egipto. Mientras tanto Al Qaeda avanza en ese cuadro, asà como ha crecido en otras guerras (como las de Iraq, Libia o Yemen).