Y el sueño se hizo realidad. Entrevistar a una de las figuras más emblemáticas del paÃs, una leyenda de la noticia más allá de la frontera. El verdadero amigo de los colegas, quien con su humildad y sabidurÃa, propició una nueva generación de periodistas. Su nombre, Humberto Martinez Morosini, un profesional a carta cabal, que impresionó al Perú narrando la llegada del hombre a la Luna en 1,969.El querido MM nos habla de su otra pasión, el fútbol y, como siempre no se calla nada. Realmente fue un privilegio conversar con él y saber de primera mano como transita su impecable vida en calor familiar y admirado por donde va.
Don Humberto, ¿cómo está de salud?
“Gracias a Dios, voy bien y haciendo lo que está a mi alcance. Y por supuesto, atento de lo pasa en el paÃs.”
-Ud. es un hombre de fútbol. ¿Cuál es su impresión sobre nuestra selección?
“Sin duda necesitamos 3 guerreros más para llegar al objetivo internacional. Que se luche en la cancha por encima de interés de dinero.”
-¿Por qué no estamos en buen nivel futbolÃstico?
“Porque el fútbol local es un desastre. Se necesita un cambio desde los cimientos, para ser luego protagonistas y obtener triunfos como antes.”
-¿Cuánto pesa la actuación de un árbitro en el resultado?
“Es relativo, pero no debemos poner como excusa por los resultados. Se pueden equivocar una o dos veces, pero el restos de minutos, cómo lo juegas. Uno tiene que estar preparado para todas las “mañas” que se ven en el terreno de juego. Asà es a veces este bello deporte.”
-¿Cuál es el mejor gol que lo narró?
“Uf, tantos y magistrales goles. Pero me quedo con la de Tito Drago en los Panamericanos de Santiago de Chile, que se llevó a los zagueros y de “sombrero” al arquero,” la gordita” entró linda.”
Es la palabra del popular “gato”, brillante locutor, animador, presentador, maestro de ceremonias y todos los pergaminos bien hechos. Y pensar que quiso ser aviador. Sus estudios de medicina en la Universidad San Andrés-La Paz Bolivia, consolidó su vida.
-Don Humberto, ¿para Ud. cual es el jugador peruano de todos los tiempos?
“Bien complicada tu pregunta. De ayer creo Miguelito Loayza, luego César Cueto, Cubillas. Y por estos tiempos, Guerrero.”
-¿Es verdad que Ud.es hincha de Alianza Lima?
“Claro. Y la gente es sabia, porque fuera de los estadios, me decÃan cómo se nota la camiseta, ja, ja, ja.”
-Sigue de cerca los partidos locales?
“¿Qué partidos? No, lo digo con sinceridad, veo frecuentemente las ligas europeas.”
Asà de realista es Don Humberto, quién se inició en Radio Arequipa el 45 y luego fundador de Radio Panamericana en la capital. Alcanzó su consagración conduciendo “24 Horas” con Zenaida Solis y Ernesto Garcia Calderón. Que tiempos.
-¿Cómo ve la televisión actual?
“Discúlpame por esta pregunta”
-Y a quién puede destacar en conductor deportivo?
“Dispénsame contestar”
-Don Humberto, entonces, ¿cuál es el mensaje para los actuales personajes de programas deportivos?
“Que se pongan un Cristo adelante, para que los ilumine y digan lo correcto, lo preparado. Porque estar frente a un micrófono es cultura y de gran responsabilidad.”
-¿Con qué trabajo se queda. Radio, Tv. o prensa escrita?
“Gracias a Dios a todo le puse pasión y preparación, por eso que me divertÃa haciendo estos trabajos. Pero, me encanta la radio, es fascinante, no es complicado y está más cerca de la gente.”
No es un secreto, que Don Humberto Martinez Morosini nació en Arequipa en 1,929.Pero el tiempo se ha detenido en él, está con más ganas de vivir bien, en paz y regalando sonrisas a su gran legión de admiradores. No estuvo lejos de la polÃtica, pero para servir al paÃs, asà lo recordamos como Congresista en el 2,000.
-Don Humberto, ¿cual es el secreto?
“Para vivir hay que estar en paz interior. Me cuido mucho, camino lo suficiente. Por supuesto, hay cuidado en la alimentación. Me encanta leer, asisto al teatro, disfruto con las actuaciones de ballet y escucho buena música, alimenta el alma. Hay que quererse.”
Que más podemos decir y escribir sobre la trayectoria limpia y profesional de Don Humberto Martinez Morosini. Creo que él, Vale un Perú.
Por Marcos Mendoza
