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“Deseret y sus deseos”
10/02/2012 Isaac Bigio

LIMA – La primera mitad del siglo XIX es la época en la que se crearon 18 de los 20 actuales países latinoamericanos, y también de algunos otros estados que no sobrevivieron. Uno de éstos, el que más al norte estuvo de Hispanoamérica: Deseret.

Hoy pocos se acuerdan de éste, aunque los herederos de quienes fundaron dicho estado han venido cobrando tanto poder que uno de ellos, Mitt Romney, puede acabar llegando pronto a la Casa Blanca.

El Estado de Deseret se proclamó en el extremo norte mexicano a fines de 1840s y buscaba abarcar a la mayoría del territorio de dicho país que EE.UU. finalmente se anexaría. Este fue creado por los más de 10,000 mormones que viajaron desde Illinois.

Si Moisés hizo que los israelitas caminaran algunos cientos de kilómetros por el desierto de Sinaí hasta llegar a la tierra prometida de ‘leche y miel’, el segundo profeta mormón Brigham Young organizó una travesía en caravanas por unos 1,800 kilómetros hasta arribar a su “Sión” que ellos denominaron Deseret (“miel de abeja” según el Libro de Mormón).

Allí los mormones crearon el único estado totalmente teocrático y poligámico que haya tenido la América contemporánea. El profeta Young fue el gobernador y su milicia religiosa la del Estado. Los mormones buscaban diferenciarse del resto tildándoles como ‘gentiles’. Crearon su propio alfabeto, vetaban que los negros entren a sus ceremonias principales o que se emparejen con sus miembros y alentaban tener varias esposas para poder convertirse en dioses.

 Los EEUU apoyaron que pioneros religiosos les abriesen nuevas tierras en el oeste, pero no reconocieron a Deseret y removieron a Young de su cargo. Solo después que los mormones condenaron la poligamia es que en 1896 Washington reconoció a la patria mormona como su 45° Estado, pero con el nombre de Utah y con menos de un tercio del área que originalmente aspiró.

Utah aún lleva en su escudo la miel de abeja y el centro de su capital no está compuesto por una plaza de armas con su respectiva catedral, sino por el templo mormón y las oficinas mormonas.

Hasta hace poco no era posible consumir libremente alcohol en los bares de ésta. Utah sigue dominada por los mormones, quienes conforman el 60% de su población, pero detentan el 80% de su legislatura. Solo 2 personas que no han pertenecido a su iglesia han sido gobernadores.

Los mormones renunciaron a tener su Estado polígamo a cambio de congraciarse con el sistema. Hoy su iglesia es la más poderosa que haya nacido en América, tiene 50,000 sacerdotes misioneros en todo el mundo y un presupuesto anual de casi $US 50,000 millones.

Los mormones siguen hablando de Deseret aunque su mayor deseo es convertirse en una religión global y que uno de sus correligionarios más fervientes gobierne Washington y eso ayude a la gran expansión de la influencia y membresía de su credo.

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