LIMA – 

El partido conservador español consiguió el domingo 20 la mayor victoria electoral de su historia, acaparando el más elevado número de congresistas que haya tenido (186 de los 350). A ello se suman recientes triunfos que les han dado el control de 11 de las 18 autonomías (aunque en dos tienen una fuerte presencia y en Andalucía apuntan a ganarla), además de Ceuta y Melilla, la mayor parte de las alcaldías capitalinas y 23 de los 50 eurodiputados.

El Partido Popular hunde sus raíces en la derecha dura de Fraga, quien fue ministro del fascista Franco de 1962 a 1976, pero que gradualmente se fue acercando a los demócratas cristianos. Con Aznar, en 1996, el PP por primera vez llegó al poder sacando a los socialistas que llevaban en él 14 años desde 1982. Entonces su triunfo fue de alrededor de un punto (38.79% contra 37.63%), aunque en el 2000 sacaron lo que hasta hoy había sido su mejor resultado (una ventaja de casi 10 puntos: 44.52% a 34.16%), consiguiendo por primera vez una mayoría absoluta que perdieron en las siguientes 2 elecciones que les ganó el PSOE (2004 y 2008).

Esta vez el triunfo del PP se da no tanto por su propio avance (apenas conquistó 550,000 votos más) sino por el desplome socialista que obtuvo su peor resultado desde el retorno de la democracia en 1977.

El PSOE quedó a unos 16 puntos por debajo del PP reduciéndose por primera vez a apenas un 28.73% de los votos y a 110 de los 350 escaños. El descalabro oficialista no fue canalizado por la derecha sino por la izquierda Unida (que creció en un 75% su votación con respecto a la del 2008), por los nacionalistas catalanes y vascos (donde Amaiur, vinculado al radicalismo independentista, sacó más escaños que el nacionalismo moderado del PNV, haciendo que por primera vez un grupo con el que el ETA simpatice ganase en Euskadi) y por el ‘progresismo’
españolista de UPD.

La socialdemocracia española ha seguido el mismo camino que recientemente ha tenido la griega y portuguesa y en el 2010 la británica al haber perdido el gobierno siendo percibidos como los responsables de la crisis. En Europa tienden a avanzar los partidos del centro a la derecha planteando ser los más capaces de sacar a sus economías de la recesión con medidas de ajustes, mientras que en América Latina pasa lo opuesto (en medio de altas tasas de crecimiento aparecen como los que avanzan propiciando mayor distribución de la riqueza generada).

El PP va a buscar un mayor control sobre las cortes y también reducir el peso de las autonomías donde se acentuarán choques con los independentistas de los países vasco y catalán, las únicas regiones donde no ganaron y que votaron en su contra.
El que España tenga 5 millones de desempleados dio al PP argumentos para pedir más incentivos al capital privado y flexibilización laboral.

Cuando el PP deba aplicar sus recortes será inevitable que el PSOE se revitalice desde la oposición, tal y cual viene pasando con el laborismo británico.