El Papa inicia una visita de cuatro dÃas, la primera desde que asumió como Sumo PontÃfice. Muchos legisladores prometieron boicotear su discurso ante el Parlamento.
En su primera visita de Estado a Alemania, su patria, el Papa fue recibido con todos los honores en el aeropuerto de esta capital, donde también lo esperaba la canciller Angela Merkel, hija de un pastor luterano y protestante como el 30% de los 82 millones de alemanes (también hay un 30% de católicos, un 35% de no creyentes, un 4% de musulmanes y una pequeña comunidad judÃa).
Durante su visita de cuatro dÃas, el papa se reunirá con lÃderes de las comunidades judÃa y musulmana, oficiará tres servicios religiosos en tres diferentes lugares, hará otro servicio ecuménico con miembros de la iglesia luterana y posiblemente se reúna con vÃctimas que fueron abusadas por sacerdotes.
Aunque las encuestas han indicado que muchos alemanes, 30% de los cuales son católicos romanos, son indiferentes a la visita papal -su tercera desde que Joseph Ratzinger se volvió papa en 2005- muchos quisieron asistir a la primera misa y los organizadores tuvieron que moverla al estadio olÃmpico de BerlÃn y los 70.000 lugares ya están agotados.
La policÃa comenzó a bloquear las calles el miércoles en el vecindario donde el pontÃfice se estará quedando mientras esté en BerlÃn. También colocaron barricadas alrededor del Reichstag, sede del Parlamento.
Al mismo tiempo, los primeros manifestantes efectuaron las primeras acciones en la capital, incluyendo a dos personas que se vistieron como Adolfo Hitler y Benedicto XVI y posaron frente al Parlamento antes de ser alejados por la policÃa. Varios grupos han registrado manifestaciones a llevarse a cabo en BerlÃn el jueves y otras ciudades durante la visita papal.
En la vÃspera de la llegada del pontÃfice, la canciller Angela Merkel buscó aligerar las tensiones entre los legisladores que han argumentado que permitir a Benedicto XVI dar un discurso en el Reichstag viola la separación entre iglesia y Estado existente en Alemania.