Si quiere aspirar a entreabrir la puerta de la tanda de penales, el Real Madrid deberá imperiosamente meter dos goles al menos, sin recibir ninguno a cambio. A priori, esa tesitura obligará a José Mourinho a modificar su planteamiento táctico; máxime si tenemos en cuenta que tanto Pepe, el encargado habitual del marcaje a Leo Messi, como Sergio Ramos causarán baja por sanción. En el aspecto ofensivo, en cambio, el entrenador luso tiene mucho donde elegir; especialmente tras el regreso en forma de dos hombres como Gonzalo Higuaín y Kaká.

Estadísticamente, la balanza se decanta claramente a favor del Barcelona, que, de las 32 eliminatorias europeas en las que ganó la ida fuera de casa, se acabó clasificando en 30 ocasiones. Es más, su balance después de un 0-2 es del 100% (6 de 6). El equipo blanco, entretanto, solamente siguió adelante una vez en la competición continental de las cinco veces en las que perdió la ida en su feudo.

Pep Guardiola, que espera vivir “una noche complicada”, ha dedicado la semana a advertir a sus jugadores para que no bajen la guardia; y menos aún a la vista de las continuas lesiones en defensa (Gabriel Milito, Eric Abidal y Martín Montoya, entre otros) que le vienen obligando a remodelar su zaga constantemente. Como contrapartida, el técnico azulgrana puede contar con su duende mágico, Leo Messi, que parece más descansado cuanto más juega y que está completando una temporada excepcional, con 52 goles en su casillero. De ese total, 11 los ha marcado en la Liga de Campeones, con lo que dista uno solo del récord en una misma edición que posee Ruud van Nistelrooy, si bien José Altafini se apuntó 14 dianas en la Copa de Europa 1962/63.