Lima, abr. 22 . Brichero apasionado, joven pero con experiencia, cosmopolita con misticismo andino, amante cortés, pero un poco misógino. Ese es el protagonista de Mi nombre es Blac… Blac Poncho, libro de cómics del cusqueño John RodrÃguez, jugando con el famoso invasor de terrenos en El Agustino, el Poncho Negro.
“Mi personaje habla quechua mezclado con inglés y es un invasor de la feminidad, que vuelve amable el terreno erótico, que ha descubierto que todo se resuelve en la cama“, confiesa RodrÃguez.
Y, en esa lÃnea, muchas de sus historietas reflexionan sobre la mujer, el machismo, en situaciones donde el hombre no suele ser el ganador.
Pero, además, RodrÃguez propone historias tÃpicamente cusqueñas, como sucesos de extranjeros, el fútbol de Cienciano y la desaparición de casonas antiguas por modernos cafés.
“Estamos siendo invadidos, a Cusco se le va el alma. Creo que hoy o te asimilas al turismo o te resistes tercamente. Muchos nos resistimos, sabemos que vamos a perder, pero nos vamos a ir guerreando”, anota RodrÃguez.
Estas historias, dibujadas en un estilo muy parecido al del argentino Fontanarrosa, surgen de un traba¬jo de varios años. Desde la niñez de RodrÃguez, cuando lo dejaban en la biblioteca de unos tÃos y leÃa historia.
“Dibujaba lo que leÃa, so¬bre las guerras médicas o los incas, y luego mezclaba todo y los incas peleaban con los griegos”, cuenta RodrÃguez.
Luego, ya de adolescente, co¬noció tiras cómicas como las del Corto Maltés, y ejerció el mismo su “servicio brichero obligatorio”, en sus propias palabras. “Pero luego uno se da cuenta que una mujer es mucho, es una warmi y son todas, todas son pachamamas”, afirma.