Reuters
Un grupo de 284 ciudadanos rumanos de etnia gitana llegó ayer a Bucarest en dos vuelos procedentes de ParÃs y Lyon, una semana después de que el Gobierno de ParÃs expulsara a 200 miembros de esa comunidad, que, asegura, vivÃan irregularmente en el paÃs. Aunque no ha interrumpido las conversaciones con Bucarest, ParÃs tiene previsto completar próximamente la deportación de unos 1.000 gitanos búlgaros y rumanos que viven en campamentos ilegales en varias ciudades galas.
El Gobierno francés respondió este viernes al Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de Naciones Unidas (CERD, por sus siglas en inglés), que reprobó las últimas expulsiones de gitanos, y señaló que las medidas “de naturaleza discriminatoria” van en contra de “los principios y valores de Francia”.
El comité de 18 miembros ha instado a ParÃs a que intente integrar a los miembros de la mayor minorÃa étnica existente en la Unión Europea en lugar de enviarles al este de Europa y declaró que algunos de los cientos de gitanos repatriados no han sido bien informados de sus derechos ni han accedido libremente al traslado. Asimismo, también han alertado del aumento preocupante del racismo y la xenofobia en los discursos de algunos polÃticos.
Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores galo reiteró este viernes la defensa del programa de expulsiones y subrayó que “las medidas de naturaleza discriminatoria por origen, raza o religión, son ajenas a los principios y valores de Francia”. “Nuestra historia y nuestras leyes se fundamentan, en cambio, en el principio de igualdad que está claramente definido en la Constitución”, explicó el portavoz.