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Shock británico
23/06/2010 Isaac Bigio

El martes el nuevo gobierno conservador-liberal británico anunció el mayor ajuste económico en una generación. El shock busca, además, una re-estructuración del modelo social en el cual el Estado se retira cada vez más de la economía mientras el eje del crecimiento se centra en alicientes al sector privado ya sus exportaciones.

Para el gobierno de todo el Grupo de las 20 potencias el Reino Unido es la que tiene el mayor déficit. Mientras la previa administración laborista hablaba de recortar £73 mil millones ($US 110 mil millones) la coalición Cameron-Clegg pide un recorte 50% mayor (hacia £113 mil millones ó $US 170 mil millones)

El nuevo secretario de la economía George Osborne propone ‘sanear’ la economía conseguiendo £3,5 mil millones ($5 mil millones) congelando sueldos públicos, recortando £5.5 mil millones ($8 mil millones) en beneficios a los enfermos, desempleados y niños, generando £13 mil millones extra con un alza del impuesto al consumo del 17.5% al 20% y acumulando una gran suma eliminando un 25% los gastos de todos los ministerios (con excepción de salud y cooperación internacional).

Antes de las elecciones del 6 de mayo los conservadores prometieron que no subirían el impuesto a las ventas y los liberales les denunciaron por querer incrementarlo. Hoy estos dos partidos han acordado que para enero alzarán este impuesto al 20%, lo que implica que en un corto lapso la gente experimentará que el impuesto a las ventas crecerá en un tercio (con Brown del 15% al 17.5% y con Cameron del 17.5% al 20%).

El gobierno sostiene que se trata de un ajuste duro pero igualitario pues a todos afecta. Aceptando el postulado liberal de proteger a los más necesitados no impone impuestos a quienes ganen menos de £10,000 ($US 15,000) anuales. Sin embargo, los sindicatos sostienen que este ajuste promueve la ‘guerra de clases’ pues son los pobres quienes deberán sufrir más el impuesto al consumo, se congelan sueldos y beneficios infantiles, habrá una ola de despidos masivos en el sector público y, encima, los actuales y los nuevos desocupados tendrán menos beneficios.

Las predicciones sostienen que la economía solo crecerá 1.2% en el 2,010 y el 2.3% en el 2,011 (lo cual implica una tasa varias veces inferior a la de África) y que la tasa de desempleo será de un 8%. La oposición alerta que estas medidas paralizan la recuperación económica, aumentaran la desocupación en cifras mucho mayores a las indicadas y generan el riesgo de que el país entre a una inflación de dos dígitos.

Los mercados, en cambio, han reaccionado positivamente creyendo que estas medidas estabilizarán la economía. El sector privado es, precisamente, quien tiene la clave para ver si el nuevo modelo va a funcionar y a éste se le ha dado incentivos (como excepciones tributarias). Habrá que ver que pasa en Reino Unido y si esta nación logra virar rápidamente hacia un modelo tipo China o Alemania centrado en el aliciente a las exportaciones privadas.

Un fantasma que amenaza al Reino Unido es una nueva ola de protestas sociales y sindicales, mientras que el laborismo quiere aprovechar el shock para potenciarse desde la oposición y buscando romper a los liberales entre ellos y entre estos y sus aliados conservadores.

Colombia: 2 a 1

Como se preveía Santos sacó más del doble de los votos a Mockus. También la gente fue a votar menos en la segunda que en la primera vuelta, algo contrario a la experiencia de Colombia y otros países.

Según los datos oficiales Santos ganó con un 69% frente a un 27.5% de Mockus y al 3.5% en blancos de los votos válidos. En Colombia los votos no marcados o anulados no se contabilizan, aunque llegaron a representar algo más del 2% de los votos emitidos.

El ausentismo, que en la ronda inicial bordeó a la mitad de los inscritos, esta vez aumentó un 10%.

Santos triunfa con uno de los porcentajes más altos que haya sido electo un presidente no solo en Colombia sino en América Latina. Su votación supera a la de Uribe, aunque su jefe siempre ganó sin necesidad de balotaje.

Mientras Santos subió del 46.5% al 69% (trepando más del 22%) Mockus apenas escaló del 21.5% al 27.5%. Los 6 puntos que conquistaron los verdes ni siquiera llegan al 9% que en primera ronda obtuvo el centroizquierdista Polo Democrático.

Mockus no quiso ni fue capaz de crear una coalición contra Santos. Por el contrario, el oficialista obtuvo el grueso de los votos de todos los candidatos no izquierdistas que quedaron después del segundo lugar en la vuelta inicial.

El uribismo tuvo la habilidad de explotar la reciente liberación de oficiales capturados por las FARC y de presentarse como la única alternativa que podría dar estabilidad al país.

Ni los verdes ni los rojos que usan el color amarillo (Polo) pudieron presentar una clara contrapropuesta. Mockus, quien se negaba a cuestionar el modelo uribista, perdió filo al reivindicar todos los pilares del actual gobierno e incluso planteando subir impuestos. Al solo mostrar como su mayor diferencia el darle un tono más honesto y legal a las actuales políticas económicas y de seguridad, muchos prefirieron apostar por quien era el verdadero autor y comandante de estas mismas orientaciones.

El Polo quedó diluido en la segunda vuelta, pues los votos en blancos, que fueron pocos, solo se duplicaron, y el ausentismo que se dio no expresó un movimiento de masas (sino el que se daba unas elecciones con resultados prefijos y en medio del mundial y del día del padre). Ello se dio debido a que el Polo fue limando su perfil al primero aceptar varios directrices de la estrategia antisubversiva de Uribe y luego al haber querido acercarse infructuosamente a Mockus.

Polombia

El domingo 20 Polonia y Colombia tuvieron elecciones presidenciales. En ambas repúblicas -que son muy católicas y que tienen cada uno más o menos unos 40 millones de habitantes- casi la mitad de los inscritos no votaron, y la polarización se dio entre dos candidatos que apoyan mantener las bases militares de EEUU y el libre mercado.

En el país sud-americana hubo una segunda vuelta en la cual la derecha ‘dura’ de Santos más que duplicó a la centro-derecha ‘legalista’ de Mockus. El delfín de Uribe se acercó al 70% de los votos válidos, una cifra poco antes vista en la historia de las presidenciales americanas, porque su rival solo ofrecía continuar con las mismas políticas monetaristas y contrainsurgentes del gobierno, pero con un tinte más ‘sincero’, por lo que la población prefirió quedarse con lo conocido y lo consistente.

En cambio en la nación eslava se dio una primera vuelta en la cual hubo casi un empate entre representantes de las dos principales alas de la derecha europea.

Por un lado estaba ‘Paz y Justicia’, miembro (unto a los tories británicos) del bloque de partidos conservadores hostiles a un súper-estado europeo, quien obtuvo un 37.5% postulando a Jarolsaw Kaczynski, el gemelo de Lech (el presidente polaco muerto al caerse su avión el 10 de abril).

Por otra parte estaba el líder del congreso y por ende presidente temporal Bronislaw Komorowski, quien sacó un 40% liderando la Plataforma Cívica, sección del Partido Popular Europeo conformado por los democristianos y gaullistas franceses y favorables a incrementar el euro y el federalismo de la UE.

Estos dos partidos son hostiles al aborto, los matrimonios gays, la eutanasia y a cualquier reforma en las costumbres que contradiga a la iglesia, promueven una radical ruptura con el pasado ‘socialista’ y apoyan mantener tropas extranjeras en Iraq y Afganistán.

La base social de Komorowski se encuentra en la población urbana y en los jóvenes profesionales mientras que la de los Kaczynskise apoya en los sectores rurales y tradicionalistas.

La izquierda polaca, a diferencia de la colombiana, bien puede convertirse en un factor que dirima. Mientras que en Colombia Mockus no quiso acercarse al Polo para tratara de no espantar a un electorado hostil a los socialistas, en Polonia el 14% que votó por la Alternativa Democrática de izquierda (ex comunistas convertidos en socialdemócratas) es el único que podría romper con 5 años seguidos de tener a uno de los hermanos Kaczynski en el poder.

Sin embargo, cualquiera sea el resultado polaco, una cosa es segura: ese país este-europeo al igual que el que gobierne el sucesor de Uribe seguirán siendo grandes aliados de Washington . ‘Polombia’ no solo apoya a EEUU en sus guerras en el Asia occidental sino que no tendría ninguna objeción en secundarle en una nueva guerra contra Irán.

Izquierdas

En las presidenciales de Colombia y de Polonia la izquierda ha debido dirimir a cuál de los dos candidatos de la derecha o centro-derecha debe secundar en la segunda vuelta.

Una característica común que tienen los socialistas de ambas repúblicas católicas es que éstos tratan de adaptarse a la corriente adversa buscando deslindarse de un pasado ‘revolucionario’ y adoptando la nomenclatura ‘democrática’.

El Polo Democrático Alternativo obtuvo el 9% de los votos en Colombia y la Alianza Democrática de Izquierda sacó más del 13% de los votos en Polonia.

El candidato del primero (Petro) fue un guerrillero del M-19 quien empujó al Polo hacia la derecha al cuestionar a Chávez y comprometerse más apoyando a las FFAA contra las FARC. En Polonia la Alianza es el sucesor del antiguo Partido Obrero Unificado quien gobernó al país cuando éste fue parte del bloque soviético.

En Colombia el Polo sostuvo que era imposible negociar con Santos a quien tildan de un guerrerista ligado a los narco-paramilitares, por lo que le propuso un pacto al ‘verde’ Mockus. Sin embargo, Mockus se dio cuenta que sumando el 9% del Polo al 22% que él sacó quedaba a casi 20 puntos del 50% más 1 que necesitaba para ganar el balotaje. Por eso él prefirió no hacer una alianza con la izquierda pensando que esta suma le restaría votos y optó, más bien, por acercarse al electorado que en su gran mayoría simpatizaba con las políticas económicas y contrasubversivas de Uribe.

En Polonia, sin embargo, el 13-14% de la izquierda representa al principal electorado que el liberal Komorowski (quien sacó un 41%) y el conservador populista Kackzyinski (36%) necesitan ganar si quieren la presidencia. La izquierda polaca, a diferencia de la colombiana, no solo que tiene mayor poder de dirimir sino que no tienen una natural preferencia por uno de los dos finalistas, por lo que hoy anda esperando ofertas del mejor postor.

Uno de los primeros actos que ha hecho Komorowski tras conocerse los resultados fue ir a Afganistán para luego anunciar que retirarían de allí sus tropas para el 2,012. Con este gesto él quiso atraer a la izquierda, pero una base importante de ésta desconfía de sus planes privatizadores y, más bien, espera los gestos de Kackzyinski quien habla de mantener varias empresas nacionalizadas y beneficios sociales y antes hizo alianzas con los nacionalistas agrarios de izquierda.

Verdes aún verdes

En la víspera de la primera ronda presidencial colombiana las encuestas hablaban de un empate técnico entre Mockus y Santos. Tras que el primero quedó a menos de la mitad de los votos del segundo, hoy la mayoría da por asegurada la victoria oficialista.

Para revertir la gran diferencia que le separa de Santos Mockus bien pudo aliarse a la izquierda y contar con sus miles de activistas y su bases electoral de casi un décimo de los votos. Sin embargo, buscando no perder al electorado ‘anti-subversivo’, él prefirió demarcarse del Polo y con ello ha hecho que el partido que lidera la alcaldía de Bogotá fomente hoy la abstención.

Mockus pudo aliarse con los 3 candidatos perdedores de la derecha, pero no quiso ‘ensuciarse’ con ellos, con lo que ha hecho que el grueso de éstos vaya a votar por Santos.

Mockus ha desistido de toda alianza porque cree que manteniendo su independencia podrá llegar a la mitad del electorado que no fue a votar. Empero, su candidatura ha sido incapaz de mostrar una alternativa clara.

Se decantan de Uribe pero apoyan su programa económico y militar, con lo cual no hacen más que ayudar a que Santos diga que la mejor manera de asegurar la continuidad de ese modelo es apoyar a quien ha liderado esas políticas (él).

Su idea de buscar atraer a los apáticos no está dando resultados pues su falta de una clara delimitación no entusiasma a muchos y el hecho de que la gente crea que el resultado ya está definido en función de Santos (y encima que la segunda vuelta se de en medio del Mundial) hacen prever que en la ronda final no disminuya el ausentismo y que tampoco crezca mucho la votación por Mockus.

Los verdes colombianos, quienes esperaban llegar al poder en el 2,010, aún faltan madurar. Por ahora son una fruta verde.

Post re-elecciones

Este año se celebra el centenario de la revolución mexicana. Esta se dio contra el re-eleccionista presidente Porfirio Díaz, quien estuvo en el poder 31 años (los últimos 27 años de manera ininterrumpida).

Una de las conclusiones a las que llegó el nuevo régimen post-revolucionario fue a la de prohibir cualquier re-elección. Desde 1934 hasta hoy cada 6 años en el primero de diciembre jura un nuevo presidente que sabe que jamás retornará a su cargo.

Paradójicamente los sistemas que prohíben la re-elección pueden, a su vez, garantizar una mayor permanencia del mismo partido en el poder. El PRI gobernó México con 11 presidentes sexenales seguidos de 1934 al 2000 y desde hoy hasta el 2,012 el PAN detenta dos mandatos. El ARENA gobernó El Salvador con 4 presidentes quinquenales desde el 1989 al 2009. La Concertación chilena tuvo 4 presidentes consecutivos de 1990 al 2010.

En cambio, en EEUU desde 1953 solo una vez un presidente que tuvo dos mandatos fue capaz de lograr que su partido retuviese la Casa Blanca (Reagan en 1981-89), aunque solo por un cuatrienio más (Bush padre en 1989-1993). Ni Clinton ni Bush hijo lograron que sus candidatos favoritos les sucediesen en el puesto.

En lo que va de este milenio 7 nuevas democracias latinoamericanas han posibilitado que un presidente sea re-electo: Perú y Venezuela (por más de una vez), y Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia y Ecuador (por solo una vez).

En el caso peruano la segunda re-elección llevó a un estallido social que, a la postre, produjo el que Fujimori sea el único ex mandatario del mundo que haya sido extraditado para permanecer preso en su propio país. En Venezuela ello viene conduciendo a que no exista ninguna figura que pueda hacer sombra a Chávez dentro del oficialismo (y también dentro de la oposición).

De las 5 repúblicas sudamericanas donde solo puede haber una re-elección, Argentina vio como el peronismo fue incapaz de mantenerse en la Casa Rosada tras los dos mandatos de Menem, aunque hoy Colombia puede mostrar lo opuesto.

El Partido de la U se queda en Palacio Nariño y Uribe, tras 8 años en el poder, será remplazado por su delfín Santos. Esa experiencia, a su vez, ha de servir como un precedente a sus adversarios de izquierda pues en Octubre Dilma intenta que el Partido de los Trabajadores del Brasil siga en el ‘Palácio do Planalto’ tras los 8 años de Lula. En el 2,013 les tocará el turno al posible sucesores de Morales y el 2,017 al de Correa, si él opta por ir a una nueva re-elección.

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