Los seguidores se preguntan qué hay detrás de su Ãdolo, por eso siempre están pendientes de sus éxitos y horas difÃciles, incluso llegan al extremo de invadir sus espacios privados. Es el costo de la fama; al final, son queridos por muchos y cuestionados por otros.
Esta vez, entremos a la esférica vida de Julio César de Andrade Moura, el gran “Julinho”, el jugador brasileño que fue adoptado por la afición gracias a sus trascendentales goles y notoria carisma dentro y fuera de las canchas.
-Julinho, gracias por atendernos. ¿Qué se te viene a la mente, el dÃa que pisaste Perú?
“Ufff. Que llegaba a la tierra prometida y, el tiempo me dio la razón. Dejar Salvador de BahÃa fue muy nostálgico.”
-¿SabÃas que llegabas a jugar por un equipo muy querido y popular?
“Las cosas se dieron en forma fortuita en 1,991, al vestir mi primera camiseta del Defensor Lima del populoso barrio de Breña, que ya edificaba su grandeza en el fútbol local. Gracias a Dios encontré en mi camino a dos grandes, mis entrenadores Roberto Chale y “Chalaca” Gonzáles.”
-Mucho se habló, de cómo llegaste al RÃmac. ¿Cuál es tu verdad y que pasó luego?
“Con los “granates” hicimos una linda campaña y, me imagino los dirigentes de Cristal por algo se fijaron en mi. Cuando me enteré de que pretendÃan de mis servicios, sinceramente sentà una enorme satisfacción, dirÃa un anhelo. Creo realmente que el año 1,993, cuando me pongo las sedas celeste, es el inicio de mi carrera futbolÃstica.”
Razón no le falta a Julinho, porque ahà nomás llegaron los tÃtulos 94, 95, 96 y también el 2,002. Incluso, llegando a ser goleador del torneo en 1,995.
– Te cuestionaron fuerte sobre la final Copa Libertadores 97. ¿Tienes algo guardado todavÃa?
“Fue una de las etapas más difÃciles antes y después de ese partido imborrable. Porque cuando tenÃa 8 años, le prometà a mi papá que algún dÃa esa ansiada Copa, estarÃa en mis manos para dedicársela. Y como es la vida, dÃas antes del encuentro mi papá partió al Cielo y pensar que el gol que faltaba para cumplir ese sueño estuvo en mis botines. Yo duermo tranquilo hasta hoy, aunque la crÃtica especializada aún especula al respecto.”
-¿Entonces ahora cuál es tu sueño?
“Que mi hijo Lucas, de 14 años, ahora con la camiseta bien puesta de Cristal, algún dÃa llegué a un Mundial con la sagrada “blanquiroja”.Apuesto a ganador por él, tiene la 11 con una zurda prodigiosa.”
-¿Qué te merece la participación de la “U” y Alianza en la Copa Libertadores?
“Notable. Es una muestra que estamos avanzando, consolidando que nuestro fútbol es exquisito. Sentà pena y cólera de como eliminaron a Universitario, sinceramente mereció seguir en esta Copa internacional. Las mismas emociones encontradas sentà con el excelente desempeño de Alianza Lima. Los chicos cumplieron con creces, eso es muy importante.”
-Estamos a dÃas del Mundial. ¿Tienes algún favorito?
“Que duda cabe. Siempre soy Brasil, no porque están mis raÃces, sino porque pese al tiempo, a la evolución de como se practica el “Rey de los deportes”, Brasil conserva esa magia innata para jugar el fútbol, alegre como sus gentes, deslumbrando por todos los continentes. Lo considero fijo para levantarse una vez más el máximo trofeo Mundial.”
-Finalmente Julinho, ¿qué te ha dado Perú?
“Todo. Mi vida. Bendita esta tierra y su gente, por eso tengo el orgullo de haberme nacionalizado y ser feliz.”
Asà de franco y agradecido es Julinho, que también transitó en otras canchas, como en el fascinante mundo de la farándula, como “Vale la Pena Soñar”, al lado de la bella Mónica Zevallos. Hoy convertido en empresario, no ha perdido esa transparente conexión con el ciudadano de a pie que lo recuerdan gratamente.
Por Marcos Mendoza