El terrorismo ha vuelto a golpear la ciudad de Moscú tras un largo intervalo y lo ha hecho en uno de sus sistemas más vulnerables, el metro , y en horas de máxima afluencia, con dos atentados cuidadosa y estratégicamente planeados para multiplicar el efecto desestabilizador y distorsionar al máximo el tráfico en el principal medio de transporte de esta metrópoli, que es utilizado cada dÃa por nueve millones de personas .
Los atentados, que según datos provisionales han costado la vida a 38 personas y causado heridas a otras 65, ocurrieron ambos con un intervalo de algo más de media hora en dos estaciones clave, que se encuentran unidas entre sà por una misma lÃnea (la lÃnea roja) y son a la vez puntos de transbordo con otras lÃneas. Ha sido precisamente en la lÃnea roja donde han sucedido las explosiones, primero en la estación Lubyanka, a las 7.56 horas de la mañana (dos horas antes en España), y luego, en Park Kulturi, a las 8.40 horas. En el primer caso se han registrado 23 muertos y en el segundo, 15.
Aunque de momento ningún grupo se ha adjudicado la autorÃa del ataque, el Kremlin apunta como responsables a los islamistas del Cáucaso Norte, una región plagada de insurgentes y cuyos lÃderes ya han amenazado con ataques a ciudades e infraestructuras en Rusia.
En los dos casos, las explosiones han tenido lugar en el interior de trenes cuando estos se encontraban en la estación, por lo que entre las vÃctimas hay tanto pasajeros a bordo de los vagones como los que se encontraban en los andenes. A los atentados han seguido confusión y momentos de pánico, según testigos, asà como falsas alarmas sobre otros atentados que no se han confirmado.