LONDRES. Hay una serie de teorÃas que circulan sobre por qué se produjo el terremoto de HaitÃ, y seguramente ha de pasar con respecto al de Chile.
Según el famoso tele-evangelista norteamericano Pat Robertson, ex presidenciable republicano en 1988, Haità fue castigada por Dios porque hace dos siglos hizo un pacto con el diablo para liberarse de Francia. En la América Latina de 1804 Haità fue la primera república y también el primer paÃs que abolió la esclavitud (algo que luego copiaron todos los pueblos cristianos del mundo).
Según el diario ruso Pravda, los EE.UU. han logrado crear una serie de tecnologÃas que pueden inducir a alteraciones climáticas o telúricas, las mismas que habrÃan producido los últimos sismos de Eureka, Sichuán y HaitÃ, y que apuntan a hacer lo mismo en Irán. En Irán, por su parte, circulan reportes de que las FF.AA. israelÃes en Haità estarÃan robando órganos a los damnificados tal como lo habrÃan venido haciendo con los de los palestinos. Ninguna de esas aseveraciones ha sido comprobada.
Toda la capa superior de nuestro planeta está dividida en placas, las mismas que se mueven muy lentamente. Cuando se produce un choque entre éstas es que se realizan los sismos. Una gran parte de la humanidad (y la mitad de las grandes ciudades) se encuentra en los lÃmites entre placas, precisamente porque, gracias a esos movimientos telúricos, allà tienden a surgir tierras más fértiles o con más metales.
Los sismos son inevitables y lo único que nos queda es en avanzar en tecnologÃas que nos permitan predecirlos o en construir edificaciones antisÃsmicas. El terremoto haitiano fue geológicamente no muy devastador, pero sus efectos fueron catastróficos porque este empobrecido paÃs no tenÃa estructuras preparadas para resistir ello y luego para hacer frente a los damnificados.
ISAAC BIGIO