Este lunes Piñera viajó con su canciller designado, Alfredo Moreno, a la cumbre del Grupo de RÃo en México, para recibir, junto con la actual mandataria chilena, Michelle Bachelet, la presidencia por témpore del grupo.
No es la primera responsabilidad de polÃtica externa que enfrenta el lÃder de derecha desde que ganó las elecciones en enero pasado.
A dÃas de lograr la mayorÃa en la segunda vuelta de los comicios, Piñera se reunió con los miembros del gobierno chileno para conocer los detalles de la presentación que hará su paÃs ante la Corte Internacional de la La Haya, en respuesta a la demanda marÃtima iniciada por Perú.
Santiago tiene hasta el 9 de marzo próximo para realizar su presentación, apenas dos dÃas antes de que asuma el mando Piñera.
La demanda ante La Haya y la cumbre en México han obligado al presidente electo a adelantar los principales lineamientos de su agenda internacional y han permitido trazar algunos de los pasos que seguirá en cuestiones internacionales.
Según los expertos, el futuro gobierno de Piñera ya muestra claras diferencias con el de Bachelet, que mantuvo un perfil diplomático y buscó minimizar asperezas con los vecinos de la región.
Por el contrario, el acaudalado empresario ya dejó trascender su oposición al gobierno venezolano de Hugo Chávez, asà como al de Evo Morales, en Bolivia.
Más lejos, más cerca
Asà como marcó sus diferencias con Venezuela y Bolivia, Piñera también mostró una mayor afinidad que su antecesora con otros dos vecinos andinos: Perú y Colombia.
Bachelet mantuvo congeladas las relaciones con Lima, en tanto los vecinos buscan resolver su diferendo marÃtimo. En cambio, el mandatario electo ha propuesto separar la disputa por la soberanÃa de otras cuestiones bilaterales.