Perú busca un salvador. Ya con el peligro de la eliminación en el Mundial tras perder ante Dinamarca, recurrirán casi con toda seguridad al Depredador Paolo Guerrero, ídolo de un pueblo y “resucitado” justo antes del torneo tras el calvario que vivió con su suspensión por dopaje.
El sábado en la derrota 1-0 ante Dinamarca, el “talismán” con 35 goles en 90 partidos internacionales solo dispuso de media hora. Su seleccionador, Ricardo Gareca, prefirió dar el puesto de 9 a su viejo amigo Jefferson Farfán.
“Consideramos que era preferible iniciar así, porque a Guerrero le faltaba ritmo y llegó el último a la concentración. Pero entró bien en el partido”, señaló Gareca.
En sus minutos, Guerrero centró el juego ofensivo peruano y tuvo un buen puñado de ocasiones, pero no acertó a marcar.
“Hay que respetar siempre las decisiones del seleccionador y cuando me llame estaré preparado. Quedan dos partidos”, dijo Guerrero tras el encuentro.