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Perú en la Copa América 2015

Publicado el 05/07/15

Organizado por la Conmebol (órgano afiliado a la FIFA), el torneo sudamericano se realizó en Chile. Era la sétima vez que  el campeonato se efectuaba en el país sureño. El sorteo para la conformación de los grupos se llevó a cabo el 24 de noviembre del 2014. De los tres grupos eliminatorios, a Perú le tocó en suerte formar parte del grupo C. Encabezado por Brasil, el grupo lo completaban Colombia, Venezuela y Perú. Para Brasil y Colombia, se trataba de un grupo asequible. Para Perú era el grupo de la muerte. Dado que el partido definitorio ante Venezuela se iba a llevar a cabo recién en la tercera fecha, por lo menos se tenía la certeza de que la muerte no iba a ser súbita. Aunque los más pesimistas se preguntaban si no hubiera sido mejor recurrir a la eutanasia, en la modalidad de suicidio asistido. En su primer encuentro ante Brasil, se preveía que Perú iba a caer por demolición, y en su segundo encuentro contra Colombia, si es que le oponía resistencia, iba a sucumbir por nocaut técnico, es decir, por la mínima diferencia. Ni la afición ni los medios de comunicación confiaban en Ricardo Gareca, a quien veían como un sucedáneo de Sergio Markarián. Y es que bajo su mando el equipo nacional no daba muestras de un cambio sustancial. La postergación de figuras promisorias como Irven Ávila y Cristian Benavente y la persistencia en jugadores acabados como Claudio Pizarro y Juan Vargas eran una muestra clara de su renuencia a la renovación.  Flaco, viejo y demacrado, su rostro parecía reflejar la decadencia del fútbol peruano. Sin embargo, el derrotismo no cundió en todos los aficionados. Si la selección no les proporcionaba esperanza alguna, en cambio sí lo hacían los números. Los números, esos símbolos que expresan con toda frialdad, crudeza y precisión la aciaga realidad del fútbol peruano, revelaban un futuro prometedor de Perú en Chile: Nada menos que la obtención de la Copa América. A través de una lógica secuencial el equipo peruano debía de repetir la hazaña lograda hace cuarenta años: Alemania, campeón del mundo en 1974; Perú campeón de la Copa América en 1975. Alemania, campeón del mundo en el 2014; ergo, Perú campeón de la Copa América en el 2015.

Como si la cábala numérica hubiese influido en el técnico Gareca y en los jugadores, la selección ofreció en su primera etapa una actuación bastante aceptable. Se pudo apreciar un equipo ordenado, dinámico, tácticamente disciplinado, con variantes y mucha entrega. A medida que se sucedían los encuentros su rendimiento fue in crescendo Si ante Brasil mostró algunos desajustes, sobre todo en la zona posterior, ante Colombia y Venezuela tuvo un desempeño casi impecable. Clasificado en segundo lugar, debía enfrentarse a Bolivia, su alma gemela en las Eliminatorias. De todos los rivales posibles, Bolivia era el más asequible. Desde hace más de treinta años Bolivia es el amortiguador de Perú: Salvo el 2010, Bolivia ha impedido que Perú ocupe el último escalafón en la tabla de las Eliminatorias. El honor de Perú parece estar, pues, en buenas manos. Sin mayores inconvenientes, Perú derrotó a Bolivia por 3 a 1. Rememorando épocas gloriosas, la selección ganó practicando un fútbol moderno y vistoso.

Perú se había clasificado a semifinales y debía enfrentarse a Chile, en su cancha y con su público. En los primeros veinte minutos Perú no sólo neutralizó a Chile, sino que también llegó a su área con peligro hasta en dos oportunidades. Todo hacía presagiar un final feliz, pero Carlos Zambrano cometió tres faltas consecutivas que le ocasionaron la tarjeta roja. La cábala numérica había empezado a resquebrajarse. Con un jugador menos, Chile se le fue encima. Pero si bien llegaba con cierta regularidad al arco de Pedro Gallese, su ataque carecía de profundidad. En el minuto 41 Chile logró abrir el marcador. La suerte parecía estar echada. Sin embargo, en el minuto 59 Luis Advíncula lanzó un potente centro que el defensa chileno Medel envió a su propio arco. La sensación de que la cábala numérica se estaba materializando embargó a muchos aficionados. Pero ésta solo sólo duró tres minutos, pues Vargas convirtió el segundo y definitivo gol. Chile, que en el partido anterior había goleado sin piedad a Bolivia, ahora derrotaba a Perú con un marcador ajustado. Una vez más los números se pusieron al servicio de los chilenos. Una vez más las estadísticas y la historia jugaron a favor del rival. Una vez más Perú no pudo darle vuelta a las profecías de Nostradamus, a los vaticinios de San Malaquías ni a las predicciones de la Virgen de Fátima. A muchos aficionados les costó mucho asimilar el resultado. El arsenal de frases hirientes contra los chilenos les resultaba insuficiente, de modo que optaron por atacar al responsable directo de la derrota: Carlos Zambrano Ochandarte. Sin prisa pero con determinación revisaron la nómina de empleados de las tiendas Tottus, Ripley y Saga Falabella, estudiaron profundamente el árbol genealógico de su familia y, como si no fuera suficiente, exigieron una prueba minuciosa de su ADN. Diluida la ilusión de llegar a la final, Perú debía enfrentarse a Paraguay por el tercer puesto. Con un claro 2-0 Perú derrotó sin dificultad a Paraguay, adjudicándose la medalla de bronce.

Pese al poco tiempo de preparación, a los pocos partidos amistosos y al reducido grupo de jugadores de calidad, el técnico Ricardo Gareca había logrado armar un equipo sólido, competitivo y solidario, el cual le permitió alcanzar un meritorio tercer lugar, puesto absolutamente impensable para la mayoría de aficionados y medios de prensa. Si nos enfocamos únicamente en la Copa América se trata de un balance a todas luces positivo. Pero focalizada con miras a las próximas Eliminatorias Mundialistas (Rusia 2018), existen razones de peso para preocuparse. El tercer puesto obtenido en Chile ha sido a costa de triunfos sobre Venezuela, Paraguay y Bolivia. En las últimas Eliminatorias (Brasil 2014) Paraguay y Bolivia quedaron en penúltimo y último lugar, respectivamente; Venezuela se ubicó por encima de Perú, pero igualmente no pudo obtener el cupo que le permitió ir al mundial. Por otro lado, Perú no pudo derrotar ni a Brasil, uno de los equipos más débiles de su historia, ni a Chile. Según los entendidos, para aspirar con reales posibilidades a uno de los cupos mundialistas, la selección deberá contar por lo menos con veinticinco jugadores de categoría internacional. A Ricardo Gareca le espera, pues, una ardua labor: Descubrir nuevo valores, repotenciar algunos y recuperar otros. Esperemos que la desesperación no lo lleve a pretender exhumar glorias del pasado.

POR: RIVARPI



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