Rafa Nadal se va reencontrando. El tenista manacorí, después de llegar a semifinales en Montecarlo y sucumbir ante Novak Djokovic en un gran encuentro de ambos, sigue con su rendimiento ascendente y ha llegado al Conde Godó con las pilas cargadas, como se pudo ver en el primer partido.
Ahí el tenista balear se impuso a Nico Almagro, su verdugo la pasada temporada, por un resultado de 6-3 y 6-1 y una superioridad absolutamente aplastante. Pero más allá de ganar o perder, que evidentemente suma de cara a la confianza de cada uno, su Tenis es más sólido, más imponente, más parecido a lo que nos tiene acostumbrados.
Y es que Rafael Nadal no ha pasado por un buen momento en la primera parte de temporada. Eliminaciones prematuras, errores impropios y un estado físico lejos de su mejor nivel le han hecho acumular derrotas inesperadas ante rivales ante los que nunca había caído y, sobre todo, muy lejos de encontrar el golpeo limpio de pelota ni la frescura habitual en sus piernas. Él mismo catalogó su momento como un “estado de ansiedad” que tenía que trabajar especialmente en los partidos igualados. Pero nadie puede dar por muerto a Nadal y así lo ha demostrado. Si algo bueno tiene el tenista español es que es capaz de detectar siempre los errores que comete, los defectos en cada momento y, sobre todo, que siempre encuentra los medios adecuados para poder superarlo. Apoyado en su excelente equipo técnico encabezado por su tío Toni, Nadal se puso manos a la obra y parece que ya está más cerca de volver a encabezar las apuestas de tenis de bet365.
Aunque, desde mi punto de vista, levantar un trofeo debe ser el punto de inflexión más importante para definitivamente dar ese paso al frente tan esperado. Quizás sea este Godó la clave para su recuperación. Con David Ferrer como rival más importante, al que ya derrotó en Montecarlo, el Conde Godó tiene que suponer esa victoria importante que le de alas para los torneos venideros en tierra, que no son pocos. No va a ser fácil. Ferrer es otro maestro en esta superficie y Nishikori anda también por el cuadro sin hacer mucho ruido pero es, sin duda, otro de los favoritos al título final.
El objetivo es claro. Ganar lo máximo posible en Barcelona, Madrid y Roma para llegar con las mejores sensaciones a Roland Garros. Eso es terreno Nadal y el balear quiere que siga siendo así. Sus últimos años han sido demoledores y ha batido todos los récords posibles en la arcilla de París. Defender título allí sería un impulso de moral tremendo para lo que vendría por delante como la temporada de hierba y la vuelta a la pista dura con el US Open como colofón. Muchos partidos, muchos torneos pero con Fabio Fognini como rival más inmediato. Sin duda, todos esperamos que lo visualizado en los últimos partidos apunte a lo que los expertos han bautizado como “el regreso de Rafa Nadal”.