Lima, nov. 24. Un museo de la ciudad suiza de Berna aceptó este lunes la colección de arte del alemán Cornelius Gurlitt, un tesoro de más de 1.000 obras, algunas de ellas robadas a los judíos por los nazis, que serán devueltas a sus legítimos herederos.
Las obras robadas o de origen dudoso de la colección serán conservadas al principio en Alemania y las que no fueron espoliadas a los judíos serán trasladadas a Berna.
Christoph Schaeublin, presidente de la Fundación del Museo de Bellas Artes de Berna, dijo en Berlín que trabajará con las autoridades alemanas para que “todas las obras robadas de la colección sean devueltas” a sus propietarios.
“El Consejo de la Fundación del Museo de Berna decidió en una reunión celebrada el 22 de noviembre pasado aceptar la herencia” de Cornelius Gurlitt, tal como lo deseaba en su testamento, anunció Schäublin.
El acuerdo, firmado entre Alemania, la región de Baviera y el museo de Berna es “una buena solución” y “una etapa importante” en el trabajo que Alemania lleva a cabo sobre su pasado nazi, declaró por su parte la secretaria de alemana de Cultura, Monika Grutters.
Alemania está “dispuesta a restituir inmediatamente” tres obras de arte robadas a judíos, entre ellas un cuadro de Matisse, robado al marchante de arte Paul Rosenberg, abuelo de la periodista francesa Anne Sinclair, exesposa del exdirector del FMI Dominique Strauss-Khan.
En la herencia de Gurlitt figuran trabajos de Picasso, Monet o Chagall, que fueron descubiertos por casualidad en 2012 en el apartamento de Gurlitt en Múnich (sur alemán).
El valor de la herencia se estima en decenas de millones de euros, según los medios alemanes.
Una prima de Cornelius Gurlitt, Uta Werner, 86 años, reclamó sin embargo ante la justicia la herencia legada por el octogenario.
Gurlitt, que murió en mayo pasado a los 81 años, era el hijo de un comerciante de arte a quien Hitler le encargó saquear las obras de museos y coleccionistas judíos, muchos de los cuales murieron en las cámaras de gas.
Durante una inspección fiscal rutinaria, se halló este tesoro de 1.280 obras en el abarrotado apartamento de Gurlitt.
Más de 300 obras fueron también descubiertas en una casa en ruinas de Gurlitt en Salzburgo (oeste de Austria).
Aunque Gurlitt nunca fue acusado por la justicia, las autoridades alemanas confiscaron todas las obras de Múnich y las guardaron en un lugar secreto.
A pesar del acuerdo tripartito, el destino de la herencia de Gurlitt podría dar que hablar aún.
El presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald Lauder, declaró recientemente al semanario alemán Der Spiegel que el museo suizo no debía aceptar la herencia. “Abrirá una caja de Pandora y provocará una una avalancha de demandas”, advirtió Lauder.