Jueves, 28 de Marzo del 2024
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Estudio estadounidense establece una posible correlación entre el aumento de las enfermedades crónicas y el incremento en el uso del glifosato y de los cultivos transgénicos

Publicado el 27/11/14

¿Es el glifosato responsable del aumento de ciertas enfermedades en nuestras sociedades modernas? Claire Robinson analiza un reciente estudio que se plantea esta cuestión:

¿Es el aumento en los últimos 20 años en la utilización del glifosato el responsable del aumento de las enfermedades en Estados Unidos?

 Este nuevo estudio ha sido realizado por la ex científica de la marina estadounidenses Dra. Nancy Swanson y otros investigadores, que se hacen esta pregunta. Los gráficos revelan un considerable aumento de 22 enfermedades crónicas en Estados Unidos durante los últimos 20 años, algo que puede estar relacionado con el aumento en el uso del glifosato y de las superficies cultivadas de maíz y soja transgénicos.

 Las correlaciones, que aparecen en unos gráficos muy claros, son sorprendentes. Existe una correlación muy significativa entre el uso del glifosato y la incidencia de muchas enfermedades, entre las que se encuentran la hipertensión, accidentes cardiovasculares, diabetes, obesidad, cáncer de hígado y tiroides, enfermedades del rizón y Alzheimer. También se observa una correlación significativa entre el porcentaje de maíz y soja transgénicos cultivados en Estados Unidos y la aparición de estas enfermedades. Este aumento de estas enfermedades no se debe sólo a que las personas vivan más tiempo, algo que han tenido en cuenta los autores del estudio.

¿Significa esto que el glifosato cause estas enfermedades? No, no necesariamente. Como los propios autores indican, no se establecen necesariamente unas correlaciones de causalidad. Sin embargo, argumentan que dado que ya se conocen algunos efectos biológicos de los herbicidas a base de glifosato, “sería muy imprudente no considerar la causalidad como una explicación plausible”.

Si bien hay miles de sustancias tóxicas y patógenos que pueden haber contribuido al aumento exponencial de estas enfermedades, los autores afirman: “Ninguna sustancia tóxica ha incrementado más su presencia en los últimos 20 años que el glifosato”.

Es difícil ir en contra de esta interpretación. Y como científico, sin relación con la Dra. Swanson y coautores, si ya el problema de los cultivos transgénicos y sus pesticidas asociados era una patata caliente a nivel político y económico, un crecimiento tan rápido de ciertas enfermedades en la población debiera ser objeto de una investigación urgente . Esto se haría con rapidez si la causa estuviese relacionada con virus o bacterias, al haber un interés social en el desarrollo de vacunas o antibacterianos. En el caso de las enfermedades no infecciosas y cuando los responsables puedan ser los alimentos transgénicos que consumimos o los pesticidas generalmente usados, entonces la cosa cambia, se le da la espalda y aquí nada ha sucedido.

¿Qué haría falta para comprobar científicamente la correlación de causalidad? La respuesta: estudios de alimentación a largo plazo en animales utilizando diferentes formulaciones de herbicidas con glifosato, tal y como se venden a los agricultores y al público, aplicando dosis reales a las que cualquier persona está expuesta, y comprobar su seguridad. En lo que yo sé, sólo un estudio hasta ahora ha cumplido con todos estos criterios: el estudio de Seralini con el maíz transgénico NK603 de Monsanto y el herbicida Roundup, al que aquel cultivo se ha preparado para que sea tolerante. Los resultados fueron claros: con sólo la mitad de la dosis permitida en el agua de bebida en la UE se encontraron daños hepáticos y renales severos, así como alteraciones hormonales.

 Los argumentos en contra de este tipo de estudios en razón al bienestar de los animales, creemos que no tienen cabida. Si bien es algo cruel someter a unos pocos cientos de ratas de laboratorio a dosis de Roundup que se pueden encontrar en el ambiente, mucho más cruel es someter a millones de personas y animales a estas mismas dosis en un experimento no controlado, donde nadie comprueba los resultados, ni se toman medidas para que esto no ocurra.

¿Hay que sentarse y no hacer nada hasta que se puedan financiar estudios de alimentación en animales y luego esperar que con el tiempo quizás las Agencias de Regulación tomen medidas? No. Tiene sentido ya el reducir nuestra exposición a Roundup y otros productos químicos usados en agricultura. Esto significa alimentarnos con productos ecológicos, filtrar el agua, evitar el uso de pesticidas en los jardines y los cultivos, presionar a las autoridades locales para que restrinjan su uso en las escuelas, los parques, las carreteras y aceras, y presionar para que se sirvan en las escuelas menús con alimentos ecológicos y no transgénicos. Y sea donde sea que usted viva, es preciso hacer todo lo posible para evitar el cultivos de transgénicos tolerantes a los herbicidas.

 Mientras tanto, el estudio de la Dra. Swanson (del que se ofrece un resumen a continuación), proporciona argumentos contra aquellos que aseguran que a pesar de que los estadounidenses han consumido transgénicos durante décadas no se han observado problemas de salud. Nada por el estilo se observa en él.

 Los cultivos transgénicos, el glifosato y los problemas de salud en Estados Unidos

Nancy L. Swanson, Andre Leu, Jon Abrahamson, y Bradley Monedero

organic.systems.org

Journal of Organic Systems 9(2), 2014

Click to access JOS_Volume-9_Number-2_Nov_2014-Swanson-et-al.pdf

 glifosato_salud

Resumen

El gran aumento en la incidencia y prevalencia de enfermedades crónicas se ha observado en Estados Unidos en los últimos 20 años. Incrementos similares se han observado en el resto del mundo. [véase por ejemplo: http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2012/08/26/nueva-revision-cientifica-sobre-los-efectos-en-la-salud-de-los-plaguicidas-utilizados-en-los-cultivos-transgenicos/]

El herbicida glifosato empezó a comercializarse en 1974 y su uso se incrementó con la aparición de los cultivos transgénicos tolerantes al glifosato. Hay más evidencias de que el glifosato interfiere en los proceso metabólicos de plantas y animales, y residuos de glifosato se han detectado en unos y otros. [véase: http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2012/09/06/el-glifosato-y-el-impacto-de-los-transgenicos-en-los-cultivos-los-suelos-los-animales-y-el-hombre/]. El glifosato altera el sistema endocrino y el equilibrio de las bacterias intestinales, daña el ADN y favorece la aparición de mutaciones que conducen al cáncer.

Correlación entre el aumento en la aplicación de glifosato y la extensión de los cultivos transgénicos y la incidencia del cáncer de tiroides

Correlación entre el aumento en la aplicación de glifosato y la extensión de los cultivos transgénicos y la incidencia del cáncer de tiroides

En el presente estudio se utilizó la base de datos del Gobierno de Estados Unidos, datos sobre el cultivo de transgénicos, datos sobre la aplicación de glifosato, y los datos epidemiológicos de las enfermedades.

Se establece una correlación con un total de 22 enfermedades en el intervalo de tiempo indicado. Los coeficientes de correlación de Pearson son muy significativos:

(<10 [-5]) entre las aplicaciones de glifosato e hipertensión (R = 0,923), accidente cerebrovascular (R = 0,925), prevalencia de diabetes (R = 0,971), incidencia de diabetes (R = 0,935), obesidad (R = 0,962), trastorno de metabolismo de las lipoproteínas (R = 0,973), Alzheimer (R = 0,917), demencia senil (R = 0,994), Parkinson (R = 0,875), esclerosis múltiple (R = 0,828), autismo (R = 0,989 ), enfermedad inflamatoria del intestino (R = 0,938), infecciones intestinales (R = 0,974), enfermedad renal en etapa terminal (R = 0,975), insuficiencia renal aguda (R = 0.97 8), cánceres de tiroides (R = 0,988), hígado (R = 0,960), vejiga (R = 0,981), páncreas (R = 0,918), riñón (R = 0,973) y la leucemia mieloide (R = 0,878). Los coeficientes de correlación de Pearson son muy significativos (<10 [-4]) entre el porcentaje de maíz transgénico y la soja plantada en los EE.UU. y la hipertensión (R = 0,961), accidente cerebrovascular (R = 0,983), prevalencia de diabetes (R = 0,983), incidencia de diabetes (R = 0,955), obesidad (R = 0,962), trastorno de metabolismo de las lipoproteínas (R = 0,955), Alzheimer (R = 0,937), Parkinson (R = 0,952), esclerosis múltiple (R = 0,876), hepatitis C (R = 0,946), enfermedad renal en etapa terminal (R = 0,958), insuficiencia renal aguda (R = 0,967), cánceres de tiroides (R = 0,938), hígado (R = 0,911), la vejiga (R = 0,945), páncreas (R = 0,841), riñón (R = 0,940) y la leucemia mieloide (R = 0,889). La importancia y la fuerza de las correlaciones muestran que los efectos del glifosato y los cultivos transgénicos en la salud humana deben investigarse más a fondo.



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