jugadores podrían haberse imaginado un escenario tan desfavorable como aquel. Durante 90 minutos el mundo quedó pasmado frente a las imágenes.
Ser Brasil “el pentacampeón”, ser Brasil “el anfitrión” y ser Brasil “el favorito” es una mochila de expectativas difícil de cargar, pues predeterminó al equipo a conocer la victoria y, en el peor escenario, el empate. Pero, ¿qué ocurre cuando aparece lo inesperado? ¿Debió Brasil estar preparado para jugar con el marcador en contra? ¿Debió el scratch estar listo para reconfigurar su estrategia rápidamente en caso la situación empeore? Recordemos, todo ocurrió en 45 minutos.
En términos organizacionales, este episodio significó para el equipo brasileño un ataque a la operatividad de su sistema. Los esquemas de defensa y de respuesta de la organización se vieron bloqueados por un elemento disruptivo no planificado que incrementó el estrés y la incertidumbre, generalizó el caos y extravió el camino de la recuperación. El reporte de daños de los primeros 45 minutos de la crisis fue tan devastador como un terremoto, y ni siquiera la tregua de 15 minutos logró la implementación de un plan de emergencia que mitigara de alguna manera el desastre.
De allí la importancia de la resiliencia en los individuos, equipos y organizaciones. La resiliencia es la capacidad que tenemos para reducir la probabilidad de pérdida de la funcionalidad, responder de manera adecuada a los daños y recuperar de manera oportuna la operatividad. Por ende, hay cuatro puntos que Brasil, en el paralelo con los equipos y las organizaciones, debió tomar en cuenta para evitar lo que podría llamarse “el efecto Mineirao”:
- Es muy difícil salir del caos por inercia. La planificación es crucial para evitar que un riesgo se transforme en crisis y, luego, en desastre. Contemplar siempre escenarios de victoria es un error, sobre todo, si eres el líder del mercado.
- 2. Los líderes tienen que aparecer para mitigar el caos y tomar decisiones. Líder es el DT (CEO) pero también el capitán del equipo (el responsable en el lugar de los hechos) e, incluso, el capitán emocional, aquel que no lleva el cintillo pero que es un influenciador nato por su experiencia y pasión. Thiago Silva, conocido por esas cualidades, estuvo suspendido en dicho partido.
- La ruptura de la cohesión en el equipo marca el inicio de la debacle, como lo es también el colapso de la cadena de suministro para una compañía. No estar preparado para tal escenario conduce a la inacción, a la frustración y a todas aquellas respuestas que suman cero.
- La flexibilidad es la base para una estrategia de reorganización rápida frente a la crisis. Las estructuras rígidas y formales son enemigas de la capacidad de respuesta. Está demostrado que la creatividad y la participación de nuevos actores son fundamentales durante las primera etapa de un desastre. Cuán criticado fue Felipao por no tener piezas de recambio y haber traicionado la forma creativa de jugar al fútbol del scratch.