La Haya, mar. 24. Los países del G-7, los más industrializados de planeta, cancelaron hoy aquí su participación en la cumbre del G-8, prevista para mayo próximo, en la ciudad rusa de Sochi, debido a la crisis internacional en torno a Ucrania.
Tras una reunión celebrada en esta ciudad holandesa, las potencias emitieron un comunicado en que acuerdan no asistir a la cita del G-8 en rechazo a la adhesión de la república autónoma de Crimea a Rusia.
La cita del G-7, integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, se realizó al margen de una cumbre sobre seguridad nuclear que comenzó este lunes en esta ciudad holandesa.
El pasado 22 de febrero, en Ucrania se produjo un cambio de régimen, con la destitución del presidente Viktor Yanukóvic, que Rusia considera un golpe de Estado.
El 16 de marzo, la República de Crimea, que se había negado a reconocer a los nuevos dirigentes de Kiev, celebró un referéndum en el que más del 96% de los votantes se pronunciaron a favor de la incorporación de la península a Rusia.
Los miembros del G-7, que apoyan al nuevo gobierno de Kiev, se oponen a la integración de Crimea a Rusia, por lo que en los últimos días han aplicado algunas sanciones contra el gobierno de Vladimir Putin.
En este sentido, agregaron que en lugar del G-8 sostendrán otra reunión en junio en Bruselas, a la cual no invitarán a Rusia.
Poco antes, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, afirmó que para Moscú no es de gran importancia el hecho de que no se realice la reunión de mayo en Sochi, y consideró que el G-8 es un club informal. “Para nosotros no es una gran tragedia si no se reúne”, apuntó Lavrov, citado por Prensa Latina.
Asimismo, instó a Estados Unidos a reconocer el referendo en el que los ciudadanos de Crimea (región habitada mayormente por rusos) apoyaron unirse a Moscú.
Según la agencia de noticias rusa Ria Novosti, Lavrov se reunió en La Haya con su homólogo interino ucraniano Andréi Deschitsa, a quien explicó la postura de Moscú sobre la situación en Ucrania y planteó una reforma constitucional “para encarrilar el diálogo nacional”, a fin de superar la crisis política que vive el país eslavo.