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Woody Allen responde en una carta a las acusaciones de su hija

Publicado el 08/02/14

El director estadounidense Woody Allen cumplió con su palabra y este viernes dio a conocer su respuesta a la carta abierta que la semana pasada publicó su hija adoptiva Dylan Farrow, en la que lo acusaba de haber abusado sexualmente de ella cuando tenía siete años.

En una misiva publicada en la edición digital del diario The New York Times, Allen asegura, como ya había hecho hace unos días a través de su representante, que las acusaciones de su hija son completamente falsas y que los señalamientos fueron fabricados por su expareja, la actriz Mia Farrow.

“Hace 21 años, cuando escuché por primera vez que Mia Farrow me había acusado de abuso de menores, encontré la idea tan ridícula que ni siquiera pensé en ello”, comienza la carta del cineasta, quien asegura que en un principio no consideró necesario buscarse un abogado para defenderse.

Allen -quien nunca llegó a ser imputado por ningún delito- explica que creyó que las acusaciones serían desestimadas, porque “no había abusado de Dylan” y además en esa época era un hombre de 56 años que “nunca había sido acusado antes (o después) de abuso de menores”.

El realizador, de 78 años, asegura que fue su expareja quien le metió en la cabeza la idea de los abusos a su hija y explica que él aceptó someterse a un detector de mentiras para demostrar que estaba diciendo la verdad mientras que Mia Farrow se negó a hacerlo.

Allen también cita la investigación que llevaron a cabo especialistas de la Clínica de Abuso Sexual Infantil del Hospital de Yale-New Haven y cuyas conclusiones sugerían que la historia de los abusos o bien había sido inventada por su hija o había sido fabricada por un adulto que le había hecho creer a la niña que era verdad.

Dylan Farrow acusó en una carta a su padre de haber abusado de ella en una ocasión en la casa familiar.

La respuesta de Allen se produce después de la publicación, el pasado fin de semana, de la carta en la que Dylan Farrow acusaba a su padre de haber abusado de ella en una ocasión en la casa familiar, publicada también en The New York Times.

Esa misiva reavivó una batalla mediática que se había iniciado hace más de dos décadas durante la agria disputa que Woody Allen y Mia Farrow protagonizaron por la custodia de sus hijos.

“¿Cuál es su película favorita de Woody Allen? Antes de responder, usted debería saber esto: cuando tenía 7 años, Woody Allen me tomó de la mano y me llevó a un ático oscuro, casi un closet, que estaba en el segundo piso de nuestra casa. Me dijo que me acostara sobre mi vientre y jugara con el tren eléctrico de mi hermano. Luego me agredió sexualmente”, escribió Farrow en la nota hecha pública el pasado sábado.

La joven, que ahora vive en el estado de Florida con otro nombre, aseguraba en la nota que los abusos a los que la sometió su padre la marcaron mientras crecía y la llevaron a sufrir desórdenes alimenticios y a tener problemas para relacionarse con hombres.

La publicación de la carta fue recibida en Hollywood con desconcierto ya que en ella Farrow hacía referencias directas con nombres y apellidos a algunos actores y actrices que en los últimos años han aparecido en los filmes del realizador neoyorquino.

La joven desafiaba a intérpretes como Cate Blanchett, Alec Baldwin o Scarlett Johansson a que justificaran su decisión de trabajar con Allen a sabiendas de lo que había sido acusado y cuestionaba la participación de Diane Keaton en el homenaje que el director recibió el pasado 12 de enero durante la entrega de los Globos de Oro.

Allen reconoce en la carta que la opinión pública consideró inapropiada su relación con Soon-Yi.

En su respuesta de este viernes Woody Allen asegura que, igual que le sucedió con la opinión pública, Mia Farrow consideró “inapropiada” su relación con su hija adoptiva, Soon-Yi, aunque recuerda que con 19 años la propia Farrow tuvo una relación con el cantante Frank Sinatra cuando este era mucho mayor que ella.

También aprovecha para hablar de su único hijo biológico, Ronan Farrow, con quien no mantiene ninguna relación y que siempre se ha mantenido al lado de su madre.

El realizador recuerda las declaraciones que Mia Farrow ofreció hace unos meses a la revista Vanity Fair, en las que insinuaba que el padre de Ronan podía ser Frank Sinatra.

“Se parece mucho a Frank en los ojos azules y los rasgos de la cara, pero ¿qué nos dice eso? ¿Que durante todo el proceso de custodia Mia mintió estando bajo juramento y presentó a Ronan como nuestro hijo?”, se pregunta Allen.

“Incluso si no fuera su hijo, el que insinúe que puede serlo indica que tenía una relación íntima con él mientras estábamos juntos. Sin mencionar todo el dinero que di en concepto de pensión alimenticia. De Nuevo, quiero llamar la atención sobre la honestidad y la integridad de una persona que hace las cosas de esta manera”, dice el cineasta.

Allen también explica en la misiva que la batalla por la custodia de sus hijos “le partió el corazón” y asegura que Mia Farrow, tras enterarse de la relación que mantenía con Soon-Yi, llamó a su hermana y le dijo: “Ella se llevó a mi hija, ahora yo voy a llevarme a la suya”, en referencia a la pequeña Dylan.

“Por supuesto que no abusé de Dylan. La amaba y espero que algún día se de cuenta de cómo ha sido engañada para alejarse de un padre amoroso, y explotada por una madre más interesada en su propia ira enconada que en el bienestar de su hija”, agrega el director de cine.

“Nadie quiere desmotivar a las víctimas para que no denuncien, pero uno debe tomar en cuenta que en ocasiones hay personas que son falsamente acusadas y que eso es también algo terriblemente destructivo”, concluye.

Allen finaliza la carta aclarando que esta será la última vez que él o cualquiera de las personas de su entorno hablen de este asunto ya que “ya ha sufrido demasiada gente”.

La carta completa:

Hace veintiún años, cuando escuhé por primera vez que Mia Farrow me había acusado de abuso sexual infantil, encontré la idea tan absurda que no le di importancia. Estábamos en medio de una terrible separación, con una gran enemistad entre nosotros y con una batalla por la custodia de los niños.

La evidente malevolencia a su favor parecía tan obvia que ni siquiera contraté un abogado para defenderme. Fue mi abogado del espectáculo quien me dijo que estaba llevando la acusación ante la policía y que necesitaría un abogado criminal.

Inocentemente pensé que la acusación sería desestimada porque claro, no había abusado sexualmente de Dylan y cualquier persona racional podría ver el ardid. El sentido común prevalecería. Después de todo, yo era un hombre de 56 años que nunca había sido –y que nunca volvió a ser- acusado de abuso sexual infantil. Había estado con Mia durante 12 años y en ese tiempo ella nunca me sugirió siquiera nada parecido a una falta en mi conducta. Ahora, de repente, luego de que condujera hasta su casa en Connecticut una tarde para visitar a los chicos por unas horas, cuando estaría en la casa de mi furiosa adversaria, con una docena de personas presentes, cuando estaba en las etapas felices de mi nueva relación con la mujer con la que me iba a casar, elegiría este momento para embarcarme en una carrera como abusador infantil. Lo ilógico de ese escenario me pareció determinante

Sin embargo, Mia insistió en que yo había abusado de Dylan y la llevó inmediatamente al doctor para que la examinara. Dylan le dijo al doctor que no había sido abusada. Luego Mia llevó a Dylan a tomar un helado, y cuando volvió la nena había cambiado la historia. La policía empezó la investigación; una posible acusación pesó en la balanza. Por propia voluntad tomé una prueba con un detector de mentiras y la pasé, claro, porque no tenía nada que esconder. Le pedí a Mia que tomara una y no quiso. La semana pasada, una mujer llamada Stacey Nelkin, con quien había salido hace muchos años, apareció ante la prensa para decir que cuando Mia y yo habíamos tenido nuestra batalla por la custodia hace 21 años, Mia había querido que ella testificara que era menor de edad cuando salía conmigo, a pesar del hecho de que esto fuera mentira. Stacey se negó. Incluyo esta anécdota para que todos sepamos con qué clase de carácter estamos lidiando. Uno puede imaginar al leer esto por qué no quería tomar la prueba con el detector de mentiras.

Mientras tanto, la policía de Connecticut pidió ayuda a una unidad de investigación especial que se creaba en este tipo de casos, la Clínica de Abuso Sexual Infantil del Hospital Yale-New Heaven. Este grupo de hombres y mujeres imparciales y experimentados a los cuales acudió el fiscal del distrito para buscar orientación así como para procesar, pasó meses haciendo una meticulosa investigación, entrevistando a todos los que estaban involucrados, y verificando cada evidencia.

Finalmente, ellos escribieron su conclusión, la cual cito aquí: “Nuestra opinión experta es que Dylan no fue abusada sexualmente por el señor Allen. Además, creemos que las declaraciones grabadas en cámara y las que dijo ante nosotros durante nuestra evaluación no se refieren a eventos que le hayan ocurrido el 4 de agosto de 1992. Al desarrollar nuestra opinión consideramos tres hipótesis para explicar las declaraciones de Dylan. Primero, que sus declaraciones eran ciertas y que el señor Allen abusó sexualmente de ella; segundo, que las declaraciones de Dylan no eran ciertas y fueron inventadas por una nena emocionalmente vulnerable que quedó en un disturbio familiar y que estaba respondiendo al estrés que había en la familia; y tercero, que Dylan fue instruida o influenciada por su madre, la señora Farrow. Mientras podemos concluir que Dylan no fue abusada sexualmente, no podemos definir si la segunda o la tercera formulación son ciertas. Creemos que lo más probable es que una combinación de estas últimas dos formulaciones expliquen de la mejor forma los alegatos de abuso sexual de Dylan”.

¿Podría ser más claro? El señor Allen no abusó de Dylan; es más probable que una nena vulnerable de 7 años haya sido instruida por Mia Farrow. Esta conclusión desilusionó a cierta gente. El fiscal de distrito estaba impaciente por procesar un caso donde la figura fuera una celebridad, el juez de custodia, Elliot Wilk, escribió una opinión muy irresponsable diciendo al respecto del abuso sexual que “probablemente nunca sabremos lo que ocurrió”.

Pero sí lo sabíamos porque había sido determinado y porque no había equivocación en el hecho de que no había tenido lugar un abuso. Wilk fue bastante duro conmigo y nunca aprobó mi relación con Soon-Yi, la hija adoptada de Mia, que estaba en sus veintes. Pensó en mí como un hombre mayor que se aprovechaba de una mujer mucho menor, lo cual encolerizó a Mia como inapropiado a pesar del hecho de que ella había salido con un hombre mucho mayor, Frank Sinatra, cuando tenía 19. Para ser justos con Wilk, el público sintió la misma consternación al respecto de Soon-Yi y yo, pero a pesar de lo que parecía, nuestros sentimientos eran auténticos y hemos estado felizmente casados por 16 años y tenemos dos chicos geniales, ambos adoptados. (A propósito, hablando de circo mediático y falsas acusaciones, Soon-Yi y yo fuimos extra escudriñados tanto por la agencia de adopción como por el tribunal de adopción y todos apoyaron nuestras adopciones).

Mia obtuvo la custodia de los chicos y nos fuimos por caminos separados.

Yo tenía el corazón roto. Moses estaba enojado conmigo. Con respecto a Ronan, no sabía bien por qué, Mia nunca me dejó acercarme a él desde que nació. Adoraba a Dylan y ella era cercana a mí. Mia llamó a mi hermana en un ataque y le dijo: “Se llevó a mi hija, ahora me llevaré a la suya”. Nunca la vi otra vez ni pude hablar con ella, sin importar cuánto lo intenté. Todavía la quería profundamente y sentía culpa de que el haberme enamorado de Soon-Yi la hubiera puesto en la posición de ser usada como un peón de venganza. Soon-Yi y yo hicimos incontables intentos para ver a Dylan pero Mia los bloqueó todos, sabiendo cuánto la queríamos pero totalmente indiferente al dolor y al daño que estaba causando en esa pequeña niña sólo para apaciguar su propio resentimiento.

Aquí cito a Moses Farrow, cuando tenía 14 años: “Mi madre me insistió para que odiara a mi padre por separar la familia y abusar de mi hermana”.

Ahora Moses tiene 36 años y es un analista familiar de profesión: “Claro que Woody no abusó de mi hermana”, dijo. “Ella lo amaba y tenía muchas ganas de verlo cuando él la visitaba. Ella nunca se escondió de él hasta que nuestra madre tuvo éxito en crear una atmósfera de odio y miedo hacia él”. Dylan tenía 7, Ronan, 4, y ésta era, según Moses, la narrativa fija año a año.

Hago una pausa aquí para referirme rápidamente a la situación de Ronan. Él es hijo mío o, como sugiere Mia, el hijo de Frank Sinatra? Otorgo que se parece a Frank con los ojos azules y los rasgos faciales, pero si lo fuera, ¿qué nos dice esto? Que durante todas las audiencias de custodia Mia mintió bajo juramento y falsamente representó a Ronan como nuestro hijo? Incluso si no es el hijo de Frank, el hecho de que ella sostenga esa posibilidad, indica que estuvo unida íntimamente y en secreto con él durante los años que estuvimos juntos. Sin mencionar todo el dinero que pagué por manutención infantil. ¿Estaba manteniendo al hijo de Frank?. Otra vez, quiero llamar la atención sobre la integridad y honestidad de una persona que conduce su vida de esa forma.

Ahora, pasaron 21 años y Dylan aparece con las acusaciones que los expertos en Yale investigaron y encontraron falsos. Más algunas florituras creativas que parecen haber aparecido mágicamente durante nuestro distanciamiento de 21 años.

No es que dude que Dylan no haya llegado a creer que ha sido molestada, pero si desde los 7 años una madre fuerte le enseña a una niña vulnerable a odiar a su padre porque es un monstruo que la abusó, ¿es tan inconcebible pensar que, después de muchos años de este adoctrinamiento, la imagen que Mia quería establecer de mí haya echado raíces? ¿Acaso asombra que los expertos de Yale hayan elegido el adoctrinamiento maternal hace 21 años? Incluso el lugar donde el abuso supuestamente tomó lugar fue pésimamente elegido. Pero es interesante. Mia eligió el ático de nuestra casa en el campo, un lugar al que, debió haberse percatado, nunca habría ido porque es un pequeño, estrecho, cerrado lugar donde uno puede apenas pararse y yo soy un gran claustrofóbico. Las pocas veces que ella me pidió que entrara ahí para buscar algo, lo hice, pero rápidamente tenía que salir. Sin dudas, la idea del ático vino a su mente de la canción de Dory Previn, Con mi papá en el ático. Estaba en el mismo cd que la canción que Dory Previn había escrito sobre Mia traicionando su amistad al robar insidiosamente a su marido, André, Cuidado con las chicas más jóvenes. Uno debe preguntarse, ¿Dylan siquiera escribió la carta o fue, como mínimo, guiada por su madre?. ¿Acaso la carta realmente beneficia a Dylan o simplemente adelanta la agenda desgastada de la madre? Esto es para herirme con una difamación. Incluso hay un patético intento para lograr hacerme un daño profesional al incluir a estrellas de películas, lo cual huele mucho más a Mia que a Dylan.

Después de todo, si hablar era realmente una necesidad para Dylan, ella ya había hablado meses atrás en Vanity Fair. Aquí cito a Moses Farrow otra vez: “Sabiendo que mi madre nos usaba seguido como peones, no puedo confiar en nada que haya sido dicho o escrito por nadie de la familia”. Finalmente, ¿cree siquiera realmente la propia Mia que yo abusé de su hija? El sentido común debe preguntar: una madre que le enseñó a su hija de 7 años que fue abusada sexualmente (un crimen bastante horrible), ¿da consentimiento para que un videoclip de ella sea usado para honrar al abusador en los Golden Globes?

Claro, no abusé de Dylan. La amaba y espero que algún día ella comprenda cómo fue engañada sobre su padre amoroso y explotada por una madre más interesada en su propia furia que en el bienestar de su hija. Que te enseñen a odiar a tu padre y te hagan creer que abusó de vos ya causó un daño psicológico en esta hermosa y joven mujer y Soon-Yi y yo esperamos que algún día ella entienda quién la ha transformado realmente en una víctima y se reconecte con nosotros, como Moses lo ha hecho, en forma amorosa y productiva. Nadie quiere desalentar que las víctimas de abusos hablen sobre lo que les pasa, pero uno debe tener en mente que a veces hay gente que es falsamente acusada y que es algo también terriblemente destructivo. (Este artículo será mi palabra final en todo este asunto y no voy a responder a ningún comentario sobre el tema. Suficientes personas han sido lastimadas)



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