Jueves, 28 de Marzo del 2024
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EL OTRO MARKARIÁN

Publicado el 19/10/13

A fuerza de quedar fuera de los mundiales por espacio de más de treinta años, el aficionado peruano es capaz de determinar con precisión de cirujano las etapas emocionales por las cuales suele pasar en los procesos eliminatorios: Expectativa (acorde con la jerarquía del técnico), entusiasmo (desbordante en el debut), decepción (progresiva por la sucesión de triunfos y derrotas), negación (que se traduce en el apego irracional a las matemáticas),  frustración (derrotas apocalípticas, que dejan a la selección fuera del Mundial), desolación (nada, absolutamente nada alivia el sabor amargo de la eliminación) y, finalmente, superación (el objetivo se dirige hacia el final de la tabla).

Esta vez la expectativa se generó por la contratación del técnico uruguayo, Sergio Markarián, quien había dirigido con éxito a equipos como Sporting Cristal y Universidad Católica, así como también a la selección de Paraguay. Por tratarse de un técnico ganador, la expectativa fue mayor en comparación digamos a la de un técnico novel como José Del Solar. Sin embargo, el desencanto no tardó en manifestarse: En el segundo y tercer encuentro de las Eliminatorias el técnico charrúa empleó un sistema de juego poco apropiado para jugar ante Chile y Ecuador en calidad de visitantes. ¿Qué lo indujo a optar por un sistema claramente ofensivo, sabiendo de las deficiencias y falencias en la zona posterior? ¿Acaso quería contar a como dé lugar con  Claudio Pizarro, Juan Vargas, Paolo Guerrero y Jefferson Farfán? ¿En verdad creía que se trataban de los “Cuatro Fantásticos”?

Lejos de modificar su posición, Sergio Markarián siguió persistiendo en el error. A pesar de que pidió a los medios de comunicación que dejasen de llamar a los jugadores mencionados “Los Cuatro Fantásticos”, en la práctica siguió tratándolos como si en verdad lo fueran. Claudio Pizarro, Juan Vargas, Paolo Guerrero y Jefferson Farfán no rendían como fantásticos, pero se comportaban como si en verdad lo fueran: Jugaban lesionados, enfermos y cuando les parecía conveniente. ¿Qué paso con el técnico que era capaz de manejar con propiedad a los jugadores, por muy difíciles que éstos fueran? ¿Dónde se encontraba el “viejo zorro” que armaba al equipo de acuerdo con la estrategia que iba a emplear en el partido? ¿Se trataba del mismo técnico que llevó a Sporting Cristal a la final de la Copa Libertadores en 1997?

La duda sobre la identidad del técnico uruguayo comenzó aflorar. Qué duda cabe que estábamos ante un personaje cuyo volumen físico, intolerancia para con los periodistas, poca permeabilidad para las críticas, recurrencia para con las citas bíblicas lo hacían fácilmente identificable. Pero, ¿dónde estaba el gran estratega que le valió el apelativo de “mago”? ¿Qué fue de aquél que era capaz de convertir un equipo limitado en uno competitivo; de armar un sistema defensivo sólido para los encuentros de visita; de preparar estrategias que generaran contragolpes rápidos y efectivos?

La sospecha se acentuó aún más, pues no sólo la capacidad como estratega definía el perfil técnico de Sergio Markarián, sino también su predisposición para la renuncia. Su renuncia no era abrupta, sino consecuencia de una serie de renuncias previas; una cadena de renuncias que desembocaba en la renuncia definitiva. Un período de Markarián en un club era impensable sin una cuota determinada de renuncias. Tanto en Universitario de Deportes como en Sporting Cristal se le recuerda no sólo por sus importantes aportes sino por sus frecuentes renuncias. Por fuentes confiables se sabe que en club merengue Markarián renunció ocho veces. Curiosamente, la palabra renuncia jamás asomó en el proceso eliminatorio.

Aún así, cierto sector de la prensa pide que Sergio Markarián se quede en el Perú para continuar al mando de la selección peruana de fútbol. No comprenden que Sergio Markarián no puede quedarse en Perú porque sencillamente nunca llegó. Precisemos, el hombre que prometió llevarnos a la Tierra Prometida (Mundial Brasil 2014) se encuentra en Lima; el estratega que iba hacer realidad ese sueño jamás piso tierra peruana. Como José Del Solar, Julio César Uribe, Pacho Maturana, el técnico uruguayo llevó al equipo peruano a la Tierra Comprometida, un espacio comprometido con los últimos de la tabla.

 

POR: RVP



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