El Instituto Italiano de Cultura inicia este jueves 3 un ciclo dedicado al director y su actor en este caso Dino Risi y Vittorio Gassman. La película elegida es La escapada (1962), con Vittorio Gassman, Jean- Louis Trintignant, Catherine Spaak, Claudio Gora, Luciana Angiolillo. Con los comentarios de Sebastián Pimentel en el auditorio del IIC (Av. Arequipa 1055, Santa Beatriz) a las 6 p.m. El ingreso es libre.
Roma en pleno feriado de Ferragosto es una ciudad desierta. Bruno Cortona, un cuarentón fanfarrón y locuaz, manejando su vehículo deportivo descapotable, recorre la ciudad en busca de un paquete de cigarrillos y de un teléfono. Un joven solitario lo lleva a su casa para que pueda llamar. Después de un corto diálogo, el joven, llamado Roberto Mariani, decide de acompañar a Bruno en su viaje por unos días. Comienza así un trayecto a alta velocidad, lleno de episodios audaces y exóticos por las carreteras italianas.
El segundo film elegida es Los monstruos (1963) con Vittorio Gassman, Ugo Tognazzi, Michèle Mercier, Marisa Merlini, Lando Buzzanca y se presentará el jueves 10 a las 6 p.m. en el auditorio del IIC (Av. Arequipa 1055, Santa Beatriz).
La película se divide en una secuencia de 20 episodios completamente separados el uno del otro; cada episodio es de duración y estructura muy diferente de los otros, pero todos se refieren a un contexto temporal y geográfico uniforme: la Roma de los principios de los sesenta. “Los Monstruos” de Dino Risi es un mosaico cínico e irónico de una Italia que, a mediados de los años sesenta, surge del milagro económico y se enfrenta a la industrialización, al cambio de valores de referencia y a los códigos de conducta.
El ciclo concluirá el jueves 17 a las 6 p.m. con Perfume de mujer (1974) de Dino Risi, con Vittorio Gassman, Agostina Belli, Alessandro Momo, Moira Orfei, Franco Ricci, Elena Veronese, Stefania Spugnini, Lorenzo Piani.
Fausto Consolo, militar retirado, mujeriego, bebedor y ciego como resultado de una explosión accidental durante el desarrollo de unas maniobras militares, viaja desde Turín hacia Nápoles a través de Génova y Roma para encontrar a otro compañero de armas, también ciego, con quien tiene cuentas pendientes. El largo viaje en tren lo realiza en compañía de Cuccio, un joven recluta con poca experiencia contratado por el ejército para ayudar a Fausto en todo lo que necesite.