Precios al consumidor estables y una ralentización en la deflación de los precios al productor en agosto, se han sumado al argumento de que la economía de China detuvo una desaceleración prolongada y podría estar recuperando algo de impulso, ayudada por medidas de apoyo específicas y señales de una mejora en la demanda de exportación. La inflación apagada ofrece al Banco Popular de China cierto margen de maniobra para responder a cualquier sorpresa que pueda surgir, cuando la Reserva Federal comience a disminuir su estímulo monetario.