No despejó ninguna duda. Por el contrario, el expresidente Alejandro Toledo solo sembró más sospechas sobre el origen de los casi US$5 millones con los que su suegra Eva Fernenbug adquirió dos lujosas propiedades inmobiliarias en Lima, y por las cuales, ayer mismo, el fiscal de la Nación, José Peláez Bardales, anunció la apertura de una investigación preliminar al líder de Perú Posible por presunto enriquecimiento ilícito.
En declaraciones a RPP y Canal N, el exmandatario no pudo explicar por qué se crearon dos empresas de fachada en Costa Rica y Panamá: Ecoteva Consulting Group S.A. y Marintradco S.A. para concretar la adquisición, y tampoco la temporal ‘sociedad’, en la primera de las compañías, de Eva Fernenbug con una empleada de limpieza y un agente de seguridad costarricenses con ese mismo fin.
Lo más evidente fue su contradicción respecto de la procedencia de los US$5 millones con los que la madre de Eliane Karp compró una residencia y una oficina en Surco. En febrero, Toledo dijo que el dinero para la casa en Las Casuarinas era de Fernenbug.
“Ella ha acumulado el dinero de toda su vida, es su plata. (…) Hay una compensación inicial y una mensualidad que ella recibe hasta ahora, no solo por ella, sino por su mamá. Recibe también porque se llevaron a su papá, a su esposo y a su hermano (en el Holocausto)”, precisó en ese entonces. Ayer, sin embargo, el libreto del líder de la chakana dio un giro de 180 grados.
“El financiamiento ha sido con una parte pequeña del ahorro de la señora, con préstamos del Scotiabank de US$3 millones y, en consecuencia, la casa está hipotecada como garantía al banco y los documentos de esa hipoteca obran en la Fiscalía y en Registros Públicos”, subrayó.
Sin embargo, esta información fue desmentida por los fujimoristas Pedro Spadaro y Héctor Becerril quienes, mostrando copia de documentos de la Sunarp, indicaron que el inmueble de Las Casuarinas fue comprado al contado y sin intervención bancaria. Agregaron que no está hipotecada, como dijo Toledo .