En el Camp Nou a la estrella culé se la vio inquieta, siempre con las piernas en movimiento. Se paraba, se sentaba. Gritaba ante algún fallo arbitral que no era de su agrado. Hasta que le tocó empezar el calentamiento para ser parte del juego.
Messi cambió el juego del conjunto de Tito Vilanova. Creo situaicones y le dio el poderío ofensivo que faltaba para pasar a las semifinales. El partido ante PSG terminó 1-1, y el Barcelona está otra vez entre los cuatro mejores de europa. Gracias a Messi desató su desesperación en el banco, dentro del campo.