Cuatro helicópteros de combate de fabricación rusa Mi-25, que se encontraban inoperativos y abandonados durante 13 años, fueron reparados y entregados a la Fuerza Aérea para que presten servicio del Comando Especial del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Cevraem), que se encarga de las operaciones militares contra Sendero Luminoso.
Con estas unidades suman seis las aeronaves Mi-25 que recibieron un proceso de inspección mayor en la Federación Rusa, mediante un contrato por 50 millones de soles suscrito con la compañía estatal Rosoboronexport.
Los dos primeros helicópteros rehabilitados arribaron al Perú en octubre del 2011.
Las seis máquinas Mi-25 tienen especial importancia para las acciones contraterroristas en el Vraem porque están provistas un blindaje capaz de resistir los proyectiles 7,62 x 54R que disparan las ametralladoras PKM, armamento que los terroristas robaron del helicóptero Mi-17 que derribaron el dos de octubre de 1999, durante el régimen de Alberto Fujimori.
Con las ametralladoras PKM los senderistas han inutilizado al menos cinco helicópteros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional y producido numerosas bajas de efectivos en el Vraem.
TANQUE DEL AIRE
Los cuatro Mi-25 fueron presentados por el titular de Defensa, Pedro Cateriano, en la base aérea de La Joya, Arequipa. El ministro anunció que como parte del reforzamiento de la lucha contraterrorista en el Vraem, serán adquiridos otros 20 helicópteros nuevos y un número indeterminado de aeronaves de transporte.
“La adquisición de helicópteros es una decisión política que tiene como finalidad el fortalecimiento de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. Los cuatro Mi-25 serán enviados al Vraem para prestar seguridad al gasoducto de Camisea”, explicó Cateriano.
El Mi-25, diseñado especialmente para acciones contrasubversivas, permitirá que los efectivos militares se desplacen con mayor seguridad y rapidez en el caprichoso territorio del Vraem.
La aeronave posee una amplia capacidad de fuego: cuenta con una ametralladora giratoria de cuatro cañones instalada en la nariz y con visor nocturno.
La máquina está acondiciona para portar lanzacohetes de proyectiles de 57 y 80 mm., bombas de 100, 250 y 500 kilos y paquetes de cañones de 250 proyectiles de 23 mm.
Por eso el Mi-25 es conocido como el “tanque del aire”.
La máquina puede ser operada sólo por un piloto-artillero y con el apoyo de un mecánico, aunque podría transportar a ocho efectivos.
El aparato es un diseño de los años 80.
Los helicópteros Mi-25 recibieron la inspección mayor en talleres de la Federación Rusa, pero técnicos peruanos hicieron el ensamblaje de las máquinas.
El segundo comandante de la base de La Joya, comandante FAP Jorge Reátegui Bartra, informó que los motores de las aeronaves han sido modificadas para que puedan operar en zonas altoandinas y alcanzar los 4 mil 500 metros de altitud.
Reátegui estimó que las aeronaves podrán alcanzar 600 horas anuales de servicio y que tendrán 7 años de vida útil.
El jefe militar destacó que el Mi-25 cuenta con blindaje en la zona de carga, en los motores, en el sistema hidráulico y en el de transmisión.
Los helicópteros entregados llevan la matrícula FAP 648, FAP 650, FAP 697 y FAP 698. Todos fueron fabricados en la década de los años 80.
Los dos primeros los adquirió de segunda mano el gobierno de Alberto Fujimori al Ejército Popular Sandinista, en 1992, mediante una cuestionada operación comercial; y los otros dos se compraron a la Unión Soviética.
En el 2010 se compraron y destinaron al Vraem 6 helicópteros Mi-171Sh, de transporte y combate, y dos Mi-35 de guerra.
Los Mi-25 incrementarán el control aéreo en el Vraem y la capacidad de desplazar patrullas para operaciones de inteligencia contraterrorista.