El Instituto Italiano de Cultura inaugurará este martes 24 de abril a las 7:00 p.m. la exposición “Maestros y alumnos de la Academia de Bellas Artes de Brera” en la participan 64 alumnos y maestros haciendo palpable el enorme vínculo que existe entre ambos. La Academia de Brera es una de las más importantes de Italia y tendremos la invaluable oportunidad de ver la producción de sus artistas (jóvenes y consagrados).
Sobre la exposición afirma Guglielmo Ardizzone: “La exposición “Maestros y alumnos” que la Academia de Brera de Milán, junto con el Instituto Italiano de Cultura, ofrece al público de Lima, desea presentar y dar a conocer a los artistas más jóvenes del panorama italiano que, acompañados por sus maestros, se asoman a la escena del arte internacional. Este es un modo de mantener viva la atención del mundo hacia el arte italiano contemporáneo, que en los últimos años está cada vez más presente en el panorama peruano, un panorama abundante y variado que acredita a Lima como uno de los centros importantes del arte actual internacional”.
A su vez Renato Poma, director del IIC nos dice: “La exposición que la Academia de Brera presenta en Lima evidencia la fuerte relación que existe (y que siempre ha existido) entre los jóvenes artistas y sus maestros. Esta es una relación que en el arte y en la cultura italiana ha dado vida a grandes tradiciones de resultados extraordinarios.
Desde el Maestro Cimabue, excepcional intérprete que actúa en los albores del arte italiano y que enseña al joven Giotto los rudimentos de su arte, para pasar a la extraordinaria temporada del Renacimiento donde, en los talleres de Leonardo da Vinci o de Tiziano, la relación entre maestro y alumno resulta un esencial elemento de continuidad y transmisión del saber artístico, además de los secretos de técnicas refinadas, de la visión del mundo y de la vida.
Es indudable que, en el contexto del arte italiano contemporáneo, la realización sobre la que estamos reflexionando no se ha apagado y continúa a dar resultados más que positivos. Los “talleres” de los grandes artistas contemporáneos, que desde fines de la Segunda Guerra Mundial, han hecho del arte italiano un arte internacionalmente amado y apreciado, han sido a menudo centros de encuentro entre los jóvenes y los grandes maestros, así como las grandes escuelas, las Academias, donde desde siempre enseñan reconocidos artistas, han sido indudablemente un lugar en el cual los jóvenes han tenido la posibilidad de verificar las grandes capacidades técnicas de los maestros y de confrontar cuánto ellos han dado al mundo del arte; y de verificar, además, cuánto los maestros sean deudores, a su vez, de sus propios maestros”.
Texto de Giacinto Di Pietrantonio
Profesor de Teoría e Historia de los Sistemas de Representación de la Academia de Bellas Artes de Brera (Milán)
En el 387 a.C., Platón está en Atenas, donde adquiere una propiedad dedicada a Academo y allí funda una escuela que llama en su honor Academia, consagrándola a Apolo y a las Musas. Se trata de un lugar en el que la enseñanza se lleva a cabo a través de discusiones y conferencias ya sean de Platón, de alumnos más antiguos, así como de personajes ilustres de paso por Atenas, y en las que participan todos los discípulos. Es así que el nacimiento de la Academia sucede en el ámbito de la filosofía, del pensamiento, por parte de uno de los máximos filósofos de la humanidad, Platón, pero quien no tiene mucha estima por el arte y los artistas. Sin embargo, la representación de la Academia platónica es realizada por Raffaello, uno de los más grandes artistas de todos los tiempos, en un fresco titulado La Escuela de Atenas pintado entre 1508 y 1511. En éste Platón no ha sido casualmente representado con el rostro de Leonardo, el artista científico, filósofo, ingeniero…. pero que se definía “homo senza lettere” (hombre sin cultura); como quiera que sea el fresco es el testimonio del sistema del saber del Renacimiento por obra de artistas, intelectuales, príncipes…. que tenían a su cargo la transmisión del saber de la antigüedad al Renacimiento. Sobre esta tradición, fijada en modo sin par en una imagen de arte, se funda el sucesivo desarrollo de las academias que no serán solamente de arte, sino también lugares de elaboración y desarrollo del saber artístico, literario, filosófico, musical. En estos lugares de estudio, enseñanza y elaboración de la cultura, la transmisión y la relación con el saber, o los conocimientos, son fundamentales, cosa que continúa aún hoy la Academia de Bellas Artes de Brera de Milán, una de las más prestigiosas en el mundo, en la que los maestros ponen a disposición su saber, poniendo también en el centro de la discusión y la elaboración de las formas de arte como demuestra la variedad de docentes, de materias y de alumnos involucrados en esta exposición.
Es la academia que con la modernidad se ha hecho anti académica, en el sentido que la Academia, antiguamente y hasta las vanguardias era sede de transmisión de un saber que transmitía, evaluaba y conservaba los cánones en nombre de la libertad de expresión del hombre moderno. Así, mientras en el pasado el buen maestro era aquel que formaba a los discípulos a su imagen y semejanza, hoy es aquel quien mejor sabe valorizar las actitudes propias del discípulo como sucede en nuestra academia en Milán.